La estrategia sueca contra el coronavirus



Por Oscar Stenström, embajador de Suecia

Chile, Suecia y el mundo se ven gravemente afectados por el coronavirus. El objetivo general del gobierno sueco, al igual que la mayoría de los países, es disminuir el ritmo de transmisión del coronavirus y aplanar la curva del número de personas que se enferman. La política y las decisiones del gobierno sueco para limitar la propagación del virus apuntan principalmente a: limitar los contagios dentro del país, garantizar recursos para la salud, limitar el impacto sobre los sectores esenciales, mitigar las consecuencias para la ciudadanía y las empresas, informar a la ciudadanía para aliviar su preocupación y rápidamente adoptar medidas adecuadas en el momento oportuno. Es importante recalcar que Suecia no tiene una estrategia de inmunidad colectiva.

La cantidad de fallecidos en Suecia es sin duda alta y un efecto grave a causa de esta pandemia. No obstante, la edad promedio de los fallecidos es de 81 años y el número de fallecidos con menos de 70 años se ha logrado mantener en un nivel parecido con otros países. Un 65% de los fallecidos son personas de la tercera edad que, por su necesidad de cuidado y vulnerabilidad, viven en hogares de ancianos o reciben ayuda de cuidado por parte del municipio en su casa. A pesar de medidas estrictas desde un principio, como la prohibición de visitas a los hogares de ancianos, lamentablemente ha sido muy difícil proteger a este grupo. Por otro lado, lo más probable es que restricciones más fuertes en la sociedad no hubiesen sido suficientes para su protección, ya que las debilidades del sistema del cuidado anciano en Suecia son de otra naturaleza y necesitan otras medidas no relacionados con la pandemia.

Suecia comparte los mismos objetivos que otros países para frenar la pandemia. Pero la estrategia sueca se basa más en recomendaciones que en regulaciones. El uso de recomendaciones en la salud pública es una estrategia muy común en Suecia, ya que existe un alto nivel de confianza interpersonal y entre autoridades y ciudadanos. Un aspecto importante de la estrategia es instar a que personas con síntomas asociados a Covid-19 resfrío no vayan a trabajar, lo cual es posible a través de un seguro de salud extendido y universal. Además, la educación parvularia y básica sigue funcionando para garantizar el derecho de educación y fundamentalmente para que padres y madres puedan seguir trabajando (especialmente en el sector salud). Hasta el momento se ha visto que la propagación del Covid-19 en Suecia parece muy limitado en el ámbito escolar y no justifica un cierre.

Todos los países tienen historias y contextos diferentes y por lo tanto cada uno debe elegir la estrategia que más se ajuste a su realidad. La estrategia de Suecia es la que consideramos la más adecuada para nosotros.

Es demasiado temprano saber cómo ha funcionado la estrategia de Suecia, pero hasta el momento se ha logrado no sobrepasar la capacidad del sistema de salud en Suecia. Siempre hemos tenido la capacidad suficiente en nuestra atención médica. Finalmente, es importante destacar que se ha testeado principalmente a personas dentro del sector de salud, por lo que la tasa de mortalidad en relación con el número real de personas contagiadas parece sobreestimada.

Tenemos una gran tarea de aprender de la situación actual para sacar conclusiones definitivas sobre cuales medidas son las más adecuadas para enfrentar la pandemia. Pero una cosa está clara: necesitaremos una estrecha cooperación internacional en investigación, desarrollo y defensa de un orden mundial abierto basado en los derechos humanos. Chile y Suecia son amigos cercanos y pueden colaborar en conjunto en esta gran tarea que nos viene por adelante.

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