SEÑOR DIRECTOR:
Esta semana se dio a conocer un superávit fiscal de 1,1%, la mejor cifra desde 2011. Esto se explica, entre otros factores, por un menor gasto público y mayores ingresos del Estado respecto de 2021, cuando estábamos en pandemia y existían mayores ayudas sociales. En los ingresos hubo una gran relevancia del cobre y el litio, cuyo mercado se reactivó y con ello aumentó su valor, además de la histórica recaudación de Corfo por los contratos de arriendo con las dos compañías que producen litio en el país.
Si miramos con atención esto último, nos damos cuenta que pudo haber sido bastante mayor. Últimamente se habla mucho del gran aporte que existe por concepto de impuestos en la explotación del litio, pero falta hacer énfasis en que, hace décadas, la industria está cerrada a solo dos actores, que produjeron cerca de 200 mil toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE)en 2022.
Si Chile abriera su industria, la cifra podría triplicarse fácilmente. Nuestro país tiene las mayores reservas de litio del mundo y no las estamos aprovechando. Nuestra política de Estado respecto del litio debe ser más competitiva, innovadora y atraer más inversión. Así podríamos producir al menos 600 mil toneladas de LCE al año, lo que triplicaría los ingresos del Fisco por concepto de royalty e impuestos en esta materia.
Además, abriríamos paso a nuevas tecnologías de explotación sustentable, que hoy existen y están esperando para operar en Chile. Las inmensas piscinas de evaporación que se usan para producir litio generan un importante daño al balance hídrico y biodiversidad de los salares, como también a las comunidades aledañas.
Es fácil mirar el vaso medio lleno y aplaudir la contribución del litio a Chile. Pero hoy deberíamos ver el vaso medio vacío y entender que el país podría beneficiarse mucho más de este mineral. Por eso, es urgente que el gobierno dé el puntapié inicial para abrir la industria y veamos realmente cuánto más podemos crecer.
Rodrigo Dupouy
Presidente para Latinoamérica de Sorcia Minerals
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