Retorno de los radares electrónicos



SEÑOR DIRECTOR:

En momentos en que la seguridad vial de nuestro país estaba viviendo su periodo más crítico, con más de dos mil fallecidos y más de 70 mil lesionados al año, el Congreso aprobó el Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (CATI), cuya institucionalidad se hará cargo de la detección, notificación y tratamiento de las multas de tránsito de manera electrónica, como el exceso de velocidad.

Para quienes aún siguen incrédulos sobre la legitimidad y credibilidad que ofrecen los fotorradares, el uso de esta tecnología ha demostrado internacionalmente ser la medida más efectiva de fiscalización y el mejor sistema para contribuir a disminuir los siniestros viales, especialmente los fatales. De hecho, la instalación de estos dispositivos en su primer año de operación debería generar al menos un 30% de reducción de muertes por siniestros viales en Chile, lo que implicaría salvar aproximadamente 600 vidas y, posteriormente, un 10% de manera anual. A esto habría que agregar el impacto en la reducción de heridos graves y lesionados, que podrían disminuir hasta en un 50%. Además, tienen el virtuoso resultado de cambiar el comportamiento de los conductores infractores que aún no han dimensionado los peligros que implica transgredir los límites de velocidad y que hoy se ha transformado en la principal causa de mortalidad en nuestras vías.

Si bien ninguna medida será suficiente si no existe un real cambio de conducta de los propios automovilistas -por esencia, los chilenos somos refractarios a todo ello que nos exige modificar nuestro comportamiento vial-, es necesario que la ciudadanía no visualice esta tecnología como una amenaza, sino como una oportunidad única para salvar vidas en el tránsito.

Alberto Escobar

Gerente de Movilidad de Automóvil Club de Chile

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