Una propuesta que busca la coherencia



Por Miriam Henríquez, decana de la Facultad de Derecho Universidad Alberto Hurtado

¿Cuáles son los “riesgos” de que las y los convencionales no sean expertos en asuntos constitucionales o no tengan experiencia en la redacción de una norma jurídica? ¿Cuáles son las posibilidades y consecuencias de que el borrador de Constitución sea un texto incoherente? Estas y otras preguntas inquietaron a los electores en el plebiscito de apertura al momento de decidir por el órgano constituyente, pero sobre todo en las elecciones de las y los integrantes de la Convención Constitucional.

En tiempo récord, la primera propuesta de reglamento presentada por la Comisión de Reglamento disipa estas dudas. Se plantean una serie de mecanismos que van desde principios rectores, lineamientos, un número acotado de comisiones temáticas, debates y votaciones sucesivos que concluyen con el trabajo de una comisión de redacción y armonización. Estas medidas hacen innecesaria la aprobación final y general del texto por los dos tercios de los convencionales, cuya finalidad -entre otras- era dotar de coherencia al borrador.

La propuesta de reglamento presentada el pasado viernes fija ciertos principios rectores, destacando el de “coherencia”, que busca orientar una interpretación de sus preceptos, los procesos y trámites en favor de la consistencia de la propuesta final del texto constitucional y que faciliten un trabajo sistemático. Por su parte, los lineamientos generales orientadores para la nueva Constitución -cuya inclusión en el reglamento generaron gran debate estos últimos días- y que se aprobarían por mayoría en el pleno, también pretenden guiar el trabajo de las siete comisiones temáticas y, de esa forma, evitar que se regulen asuntos constitucionales conexos con sentidos contrarios.

El diseño orgánico también pretende alcanzar la tan anhelada coherencia. Así, la secretaría técnica podrá informar a la mesa directiva de la Convención cuando observare posibles incongruencias o errores formales manifiestos en el trabajo de las comisiones. La misma mesa directiva, al sistematizar las iniciativas, podrá identificar aquellas que fueran contradictorias. E incluso se contempla un órgano especialmente encargado de hacer consistente el texto constitucional: la Comisión de Armonización. Su tarea será, una vez cerrado el debate constitucional y presentado por la mesa directiva el proyecto de Constitución, revisar su redacción y estilo; velar por la calidad técnica y la coherencia de las normas constitucionales aprobadas por el pleno; identificar las incongruencias; incluir una recomendación para superarlas; y considerar las indicaciones de armonización que presenten las y los constituyentes.

Finalizada la votación de todas las propuestas e indicaciones de armonización, la presidencia de la Convención declarará terminado el proceso de revisión y ordenará a la Comisión de Armonización consolidar todas las correcciones aprobadas. Este texto, ya ajustado, será la propuesta de Constitución que se someta a plebiscito nacional. Con este diseño, los temores o inquietudes -de persistir en este ámbito- debieran comenzar a disiparse.

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