Ausencia por razones médicas de Teillier complejiza el debate por sucesión en el PC

El comité central del Partido Comunista, encabezado por su presidente, Guillermo Teillier, llegan al Palacio de la Moneda para reunirse con el Presidente de la República.
FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO
El comité central del Partido Comunista, encabezado por su presidente, Guillermo Teillier, llegan al Palacio de la Moneda para reunirse con el Presidente de la República. FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

La salud del líder comunista del PC, quien completará 18 años al mando de su colectividad en marzo, se ha transformado en tema complicado para el partido que originalmente tenía previsto abordar este año la renovación de directiva. Incluso, algunos dirigentes admiten que es de mal gusto abrir una discusión en estos momentos y otros proponen que la definición se postergue después de que culmine el nuevo proceso constituyente.


“Mi salud está cada día mejor, agradezco todos los buenos deseos y preocupación ofrendados”, decía el presidente del PC, Guillermo Teillier, hoy alejado de sus actividades políticas por razones médicas, en una carta que fue leída durante la tradicional actividad del “caldillo de congrio”, con la que el Partido Comunista convoca a los medios de comunicación cada primero de enero.

“Estimado Lautaro, hubiera querido estar de manera presencial en tan importante evento, como lo es el tradicional caldillo de congrio, pero no ha sido posible. Por ello, junto con saludarte, te pido transmitas este pequeño mensaje a nuestras compañeras y compañeros, amigas y amigos y, por cierto a las y los periodistas con mis deseos de un feliz Año Nuevo”, señala la misiva que fue leída por el secretario general de la colectividad, Lautaro Carmona.

La salud de Teillier -que posiblemente lo mantendrá en un estado de cuidados dos o tres meses más- se ha transformado en tema complicado para el PC, que originalmente tenía previsto plantear el debate de la sucesión este año.

No es una materia que se discuta abiertamente, ya que en parte de la militancia se considera de “mal gusto” hablar de la sucesión mientras el líder PC cumpla reposo médico. Lo cierto es que Teillier sigue afectado por las secuelas del Covid-19 y una posterior neumonía, que lo llevaron a ser hospitalizado en diciembre.

El problema es que había un compromiso tácito del XXVI Congreso del Partido Comunista del 2020, el último que realizó la colectividad en medio de la pandemia, que establecía que el período de Teillier duraría hasta fines de 2022 o inicios de 2023.

A pesar de que legalmente los cargos directivos pueden elegirse por un período máximo de cuatro años, el último cónclave fue convocado con cierta “emergencia”, a raíz de las limitaciones sanitarias, por lo que -a juicio de algunos dirigentes- no se pudo discutir con profundidad y se optó por continuar con la dirección establecida, prácticamente sin cambios, manteniendo a Teillier a la cabeza. Entonces, el PC estaba moroso en el cumplimiento de la nueva Ley de Partidos Políticos, que obligaba a renovar directivas mediante la modalidad de “un militante, un voto”.

“Hay una noción compartida de que el último congreso fue uno de transitoriedad, de apertura para el que debería venir ahora”, señala un dirigente del comité central.

La decisión de no innovar, acordada en 2020, ratificó el récord que ostenta el exdiputado desde el retorno a la democracia. En marzo próximo, Teillier cumplirá 18 años al mando de la colectividad, plazo que solo es superado por Luis Corvalán, quien asumió en 1958 (entonces la cabeza del PC era el secretario general) y dejó la jefatura partidaria en 1989. La diferencia es que Corvalán, quien sumó 31 años a la cabeza del PC, estuvo gran parte de ese período en el exilio y sin poder ejercer sus deberes y derechos políticos, producto de la disolución de los partidos que decretó la dictadura.

La definición de prolongar el mando de Teillier también estaba ligada a la necesidad de no tensionar a la colectividad con una eventual contienda de sucesión en medio de un ciclo político marcado por el anterior proceso constituyente y las elecciones municipales, regionales, parlamentarias y presidenciales, entre 2021 y 2022.

Además, a pesar de las disidencias a su conducción, transversalmente a Teillier se le reconoce el crecimiento electoral que ha llevado al PC a ganar municipalidades y escaños parlamentarios, entre ellos dos cupos que le permitieron volver al Senado después casi 40 años, además de haber sido parte de dos gobiernos.

A nivel partidario, algunos plantean que el 2023, en un año económica y políticamente complejo, con un nuevo ciclo electoral y con el proceso constituyente reiniciado, será dificultoso entrar en un proceso para renovar directiva.

De acuerdo a la modalidad que tiene el PC, las elecciones internas son la etapa final de un congreso partidario, que requiere de tres a cuatro meses de deliberaciones por parte de la militancia, donde además se resuelven candidaturas y otros cargos internos.

¿Postergar nuevamente el congreso?

Una vez que se retomen las actividades, que habitualmente realiza el PC en el verano, el diputado y jefe de bancada PC, Boris Barrera, no cree que haya novedades en materia de sucesión para la próxima Fiesta de los Abrazos, hito político y cultural del partido que se desarrolla en los primeros días de enero. ¿La razón? El parlamentario advierte que no están las condiciones políticas para desviar esfuerzos en la interna.

“El congreso del PC lo hemos estado aplazando por la coyuntura y con lo que se viene para el próximo año, que tiene que ver con el nuevo proceso constituyente, que está marcado por varios hitos en el año, va a ser difícil que nos podamos meter en un congreso con el proceso constituyente en paralelo. Vienen las elecciones de los expertos, del consejo, la discusión del texto, hay que trabajar para el plebiscito de salida. El próximo año no va a tener las mejores condiciones para enfrentar un congreso”, dice Barrera.

Visión distinta plantea el exdiputado y exconvencional Hugo Gutiérrez. El también miembro del comité central plantea que existe una promesa planteada en el congreso anterior de dar una discusión política más de fondo que se vio alterada durante 2020 y, por ende, renovar las dirigencias. “Hay un compromiso de las autoridades partidarias de hacer un congreso en toda regla para discutir la línea política del partido, porque la discusión política no se dio en profundidad en el congreso pasado. Hay un compromiso con la militancia de que discutamos en serio. No puede ser que se debata solo en los plenos de dirección, y eso tiene que darse -a mi parecer- este 2023″, señala.

El mando, por ahora, está en manos del secretario general, Lautaro Carmona. Y si se siguiera la tradición comunista, sería la carta natural para asumir la sucesión. Sin embargo, Carmona, quien representa un sector más “duro” o tradicionalista del partido, ha sido blanco de críticas tras la negociación del acuerdo constitucional.

También se han barajado nombres de la generación “intermedia” del PC, como el del senador Daniel Núñez, hoy cercano a Teillier, pero que también concita simpatía en los círculos más tradicionales del partido. También se ha barajado el nombre de otro cercano a Teillier, el exconvencional y exministro, Marcos Barraza.

Un factor a considerar es que en el último congreso, las votaciones denotaron una evidente presión por el recambio generacional y de figuras femeninas. De hecho, la miembro del comité central más votada fue la actual ministra Camila Vallejo.

Como sea, Guillermo Teillier ha intentado aquietar las aguas sobre su ausencia y si bien se encuentra con indicación de reposo médico, sigue en permanente contacto con Carmona y otros dirigentes.

Suele hablar con regularidad en los medios de comunicación ligados al partido, El Siglo y Radio Nuevo Mundo. Recientemente hizo una evaluación del 2022, señalando que fue un año políticamente “regular” -a propósito de la derrota del Apruebo-, y también se refirió al nuevo proceso constitucional: “Aunque sabemos que este nuevo proceso constituyente no cumple todas las expectativas democráticas, pensamos que es un paso adelante en la idea y el objetivo de cambiar la Constitución pinochetista”, dijo.

También tuvo palabras para la evaluación del primer año de gobierno. “Podría afirmar que el gobierno ha ido de menor a mejor. Se ha visto reforzado en su base de sustentación. Ha superado la etapa de inexperiencia que tuvo en la instalación y primeros meses de gestión”, señaló.

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