Política

Búsqueda implacable: el relevo de negociadores que se viene en el Senado

La inminente salida del Congreso de los principales articuladores de grandes acuerdos políticos amenaza con agudizar los problemas de gobernabilidad, por lo que, desde las distintas colectividades, ya están colocando sus fichas en los parlamentarios que deberán asumir el liderazgo en las próximas negociaciones, a partir del 11 de marzo de 2026.

A comienzos de este año, dicen en el Partido Republicano, José Antonio Kast y Arturo Squella se reunieron para tomar algunas definiciones cruciales para el proyecto político que buscan encabezar a partir de marzo de 2026 si los resultados de la próxima elección presidencial le son favorables.

Sobre la mesa estaba la posibilidad de que el timonel del Partido Republicano -uno de los hombres de mayor confianza de Kast- “se guardara” para asumir un cargo relevante en el gabinete si llegaban a La Moneda.

La idea seducía a Squella, pero Kast le tenía preparado otro desafío: competir por un escaño al Senado y convertirse en el articulador de los republicanos en el Congreso, ante la inminente salida del Parlamento de gran parte de los negociadores de las diferentes tiendas políticas y artífices de los acuerdos de la última década.

“Esa fue la razón por la cual definimos que fuera candidato al Senado”, admite Squella.

Se trata de una preocupación que ronda en los partidos, pero también en los círculos empresariales, gremios, fondos de inversión y en los pasillos de la misma Cámara Alta.

La falta de gobernabilidad es uno de los grandes temores. Todos se están haciendo las mismas preguntas: con quién nos vamos a entender, con quiénes se podrá conversar, quiénes van a articular los acuerdos”, reconocen senadores de las más diversas corrientes políticas.

Precisamente fueron esas las preguntas que debió responder el senador por Coquimbo y militante de Demócratas Matías Walker, a comienzos de esta semana, en un conversatorio al que fue invitado por el Fondo de Inversiones Larraín Vial. Las mismas peguntas que hizo meses atrás un grupo de empresarios mineros de Antofagasta que viajaron a Valparaíso para reunirse bajo ley del lobby con senadores de esa región para exponer la situación de las mineras en el Norte Grande. Más de la mitad de la conversación, señala uno de los parlamentarios que los recibió, giró en torno a los escenarios que se abren con la reconfiguración del Senado tras la elección del 16 de noviembre próximo.

El tema también es visto con preocupación desde La Moneda, más allá de que esta administración está viviendo sus últimos meses.

El 11 de marzo próximo dejarán sus cargos el UDI Juan Antonio Coloma (no puede ir a la reelección por haber cumplido ya dos periodos) y el presidente de RN, Rodrigo Galilea (no quiso ir a la reelección). Ambos son considerados desde el oficialismo y la oposición como piezas claves en la articulación de acuerdos, como fue la reciente reforma de pensiones.

También dejan sus escaños el expresidente del Senado José García Ruminot (RN), el senador de Evópoli Felipe Kast y la presidenta de Demócratas, Ximena Rincón. Mientras que del actual oficialismo dejan la Cámara Alta, tras cumplir los dos periodos consecutivos, el senador PPD Ricardo Lagos Weber y el timonel de esa colectividad, Jaime Quintana.

El problema se agudiza por la alta incertidumbre que existe en torno al comportamiento electoral que tendrán entre cuatro a cinco millones de “votantes no habituales” que este año concurrirán a las urnas bajo el sufragio obligatorio. Varios senadores con larga trayectoria política y parlamentaria, que han sido fundamentales en la construcción de acuerdos, como el socialista José Miguel Insulza, la UDI Luz Ebensperger, u otros como la timonel del PS, Paulina Vodanovic, de quien desde el Socialismo Democrático esperan que asuma la coordinación de su bancada y la búsqueda de puentes con otros partidos, aún tienen cuesta arriba su triunfo en sus respectivas circunscripciones.

Valparaíso, 30 de septiembre 2025. Vista general de la sesión del Senado. Raúl Zamora/Aton Chile RAUL ZAMORA/ATON CHILE

De los actuales cinco integrantes de la poderosa e influyente Comisión de Hacienda del Senado, tres dejarán de ser parte de la Cámara Alta a partir del 11 de marzo próximo (Rincón, Galilea, Lagos Weber). Sólo el senador por O’Higgins Javier Macaya (UDI) no tiene reelección este año, por lo que asegura cuatro años más en la corporación, mientras está por verse la suerte que corra Insulza con su traslado a Valparaíso.

“Por supuesto que hay preocupación. Tener personas dispuestas a cruzar el puente para llegar a entendimientos no es fácil. Antes era costumbre que te juntaras a tomar un café y a conversar con gente muy diversa. Ahora no es así, muchos parlamentarios lo que buscan es armar lotes y se entienden solo entre ellos, no con el resto. La lógica del amigo-enemigo, de que cualquier cesión es entreguismo, de que cualquier acuerdo es cuestionable, ha hecho que las cosas no funcionen bien”, admiten varios senadores.

Y añaden: “Son muy pocos los que están dispuestos a decir ‘yo me la juego para alcanzar acuerdos de interés nacional, aunque eso implique ir en contra de lo que parece popular o de lo que mi sector me indica’”, admiten parlamentarios de Chile Vamos que solicitaron reserva de sus nombres.

Reemplazar liderazgos consolidados y con capacidad para sacar adelante grandes acuerdos es más complejo de lo que muchos creen. “Este no es un sistema parlamentario en el que los partidos designan a sus voceros y representantes en las negociaciones. Más allá de los talentos propios, son los mismos senadores los que tienen que irse ganando esos espacios”, aseguran.

Y los tiempos en el Senado no son precisamente rápidos. Senadores de Chile Vamos y del oficialismo afirman que un parlamentario “recién llegado” puede tardar hasta un periodo legislativo (seis años) para posicionar un liderazgo efectivo. Lo que hace aún más complejas las apuestas que están haciendo desde los partidos políticos con miras a esta elección.

En números gruesos, todo apunta a que el próximo Senado tendrá una configuración parecida a la actual, es decir, una mayoría estrecha de 27 escaños para las actuales oposiciones y 23 para el oficialismo. Mientras que en la Cámara de Diputados la holgura en favor de las derechas podría ser más amplia, debido a la dispersión de votos que se podría producir como consecuencia de ir en dos listas parlamentarias.

Desde Chile Vamos, sin embargo, algunos senadores advierten que esas mayorías podrían diluirse en caso de que Kast ganara la presidencial. “Claramente, en algunas de sus propuestas no tendrá tan fácilmente los votos de los senadores de Evópoli, Demócratas, Amarillos y de un sector de RN”, remarcan.

No son pocos los que prevén una relación compleja de un gobierno encabezado por Kast y el Congreso, más aún después de que el propio candidato republicano relativizara la importancia del Parlamento para sacar adelante la agenda gubernamental.

“Hemos sido bien claros en que si llega a ganar José Antonio, se va a iniciar un gobierno de emergencia enfocado en temas bien específicos. En seguridad, los grandes acuerdos en temas sustantivos van a estar dados en materias donde no deberíamos encontrar resistencias, al menos entre quienes ahora estamos en la oposición”, dice Squella.

En la UDI, en tanto, admiten que no será fácil el relevo del senador Juan Antonio Coloma, uno de sus históricos articuladores en el Senado. El abogado y expresidente de la UDI, tras tres periodos consecutivos como diputado (1989-2002), llegó al Senado tras ganar un escaño por el Maule en la elección de 2001, y casi una década después se convertiría en el principal negociador de su partido en el Parlamento al tomar la posta dejada en su sector por Pablo Longueira.

Ahora la directiva gremialista encabezada por el diputado Guillermo Ramírez está apostando fuerte en que sea el diputado y secretario general de la UDI, Juan Antonio Coloma Álamos, quien tome el relevo de su padre si es que, como pronostican las encuestas, logra uno de los cinco escaños en disputa.

Aunque los sondeos en el Maule -una de las tres regiones junto a Valparaíso y La Araucanía, donde de verdad se juega la elección senatorial entre oficialismo y oposición- señalan que quien va primero es el senador ex RN y actual militante socialcristiano Juan Castro, y al hecho de que la lista de Chile Vamos sufrió la pérdida de una candidata fuerte en la zona como Rincón, en la UDI confían en que Coloma hijo mantenga el escaño de su padre.

Igual, en el gremialismo apuestan también por otras dos cartas para asumir roles de articulación en el Parlamento. Una de ellas es la exsecretaria general de la UDI María José Hoffmann, y el otro es el actual jefe de bancada de diputados gremialistas, Henry Leal, quien busca saltar al Senado en uno de los cinco escaños en disputa en la Región de La Araucanía.

Parlamentarios de Chile Vamos, sin embargo, afirman que dentro de su sector es Renovación Nacional la colectividad que está más complicada.

No veo que quede un líder reconocido por toda su bancada que pueda articular las opiniones de todos los senadores de su bancada”, señala un parlamentario de Chile Vamos.

En el oficialismo y en la oposición coinciden en que el senador por Atacama Rafael Prohens podría convertirse en el relevo de Galilea y de García Ruminot como el principal negociador de su bancada. En contra le juegan, sin embargo, dos factores. El primero es personal. El senador privilegió un rol regionalista y no nacional, pese a que entre 2001 y 2002 asumió la presidencia de RN. El segundo es ganar la reelección en una circunscripción en la que hay dos escaños en disputa. “En Atacama la presentación de dos listas en la derecha y la omisión del FRVS deja una pequeña probabilidad de que se elijan ambas candidatas de la lista oficialista” (la actual senadora DC Yasna Provoste y la diputada socialista Daniela Ciccardini), proyectaba a inicios de octubre el analista electoral Pepe Auth.

En Chile Vamos algunos parlamentarios dicen que ni Manuel José Ossandón ni la senadora Paulina Núñez, quienes no tendrán que disputar su reelección en noviembre próximo, podrían convertirse en los relevos que necesita el partido. “Paulina tiene incidencia solo sobre un sector de RN, la llamada disidencia, pero no sobre toda la bancada. Y Ossandón no cuenta con muchos apoyos en el resto de la derecha”, remarcan las fuentes. En Chile Vamos aún recuerdan la derrota que sufrieron para la renovación de la presidencia del Senado, luego de que Ossandón se aliara con el oficialismo para llegar a la testera.

A diferencia de RN, tanto Evópoli como Demócratas, cuyas bancadas son pequeñas, las cosas están prácticamente definidas. A partir del anuncio de Felipe Kast de su alejamiento de la primera línea de la política, todas las fichas quedaron puestas en el senador por Santiago Luciano Cruz-Coke para que asuma como articulador y negociador de Evópoli en el Senado. En Demócratas, en tanto, será el senador por Coquimbo Matías Walker quien tomará la posta tras la impugnación por parte del Tricel de la candidatura de la líder del partido, la senadora Rincón. Ambos ya han respondido afirmativamente a la solicitud de sus colectividades.

En el oficialismo, afirman senadores de todos los sectores, donde más dudas hay en esta materia es en el Partido Socialista. “Todos sabemos que con el PS hay que dar la vuelta larga, en cada negociación tenemos que hablar uno a uno con sus siete senadores y cada uno tiene una opinión distinta”, reclaman sus pares.

“Es evidente que si Paulina Vodanovic gana su elección en el Maule, como presidenta del partido debiera jugar el rol de articulación de los parlamentarios de centroizquierda. Esa era precisamente una de las tareas que se esperaban de ella cuando reemplazó en el Senado a Álvaro Elizalde, quien era uno de los negociadores del PS”, señalan parlamentarios de oposición. Pero en los tres años que lleva en el cargo, sostienen senadores de oficialismo, no ha ejercido totalmente ese rol.

La otra carta fuerte para esta tarea es Insulza, pero está por verse si el exministro y exsecretario general de la OEA logra ganar un escaño en una región como Valparaíso, donde 26 candidatos pelean por uno de los cinco cupos disponibles.

Congreso de Valparaíso. RAUL ZAMORA/ATON CHILE

Por lo mismo, no son pocos los que buscan perfilar al senador por Valdivia Alfonso de Urresti, quien no tiene que disputar su reelección, como eventual negociador de la bancada. Algo similar ocurre en el PPD, donde varios parlamentarios han pedido al senador por Antofagasta Pedro Araya que asuma la articulación de su sector. Ambos integran la Comisión de Constitución -en la que también participan Cruz Coke, Luz Ebensperger y Paulina Núñez-, en la que han negociado los nombramientos de fiscal nacional, de la contralora general de la República y de ministros de la Corte Suprema

Para el Frente Amplio, el regreso a Chile de Beatriz Sánchez fue providencial. La colectividad del Presidente Boric lleva tres candidatos al Senado: el diputado Diego Ibáñez, por Valparaíso; el médico Rodrigo Araya, por Aysén, y la periodista y exabanderada presidencial por el Maule.

Pero es en la exembajadora de Chile en México donde están puestas las fichas de su colectividad para asumir el rol de articulación en el Senado. En el FA señalan que la idea no estaba en los planes iniciales de Sánchez. Pero aceptó después de varias conversaciones “al más alto nivel” para que asumiera el desafío. Entre los factores que la impulsaron, afirman sus cercanos, está el convencimiento de que es indispensable salir de la beligerancia con que se está llevando la política actual.

Sánchez y su equipo confían en que los números que le están dando algunos sondeos son buenos, pero son conscientes de que la elección en el Maule es muy compleja. Por lo mismo, el FA también mira con atención los resultados que pueda sacar el diputado Ibáñez en Valparaíso.

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