Carlos Ominami, exsenador: "Si Bolsonaro hace lo que dice, se vienen tiempos complejos para América Latina"

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El exmilitante del PS dice que volvería a firmar la carta de apoyo a Lula da Silva que suscribió en julio. Además, advierte los riesgos de un triunfo del ultraderechista y cree que solo un "milagro" haría que Fernando Haddad gane el balotaje en Brasil.


En su casa, en Providencia, el exsenador Carlos Ominami (exmilitante del PS) se sienta en su comedor. Frente a él hay diarios, cartas y algunos libros. Y en la mayoría, hay dos palabras que se repiten: "Brasil" y "Bolsonaro". En ese mismo lugar, para la primera vuelta de la elección presidencial brasileña recibió a algunos amigos para esperar los resultados de los comicios, algo que repetirá este domingo a la espera del balotaje que definirá al próximo mandatario de ese país.

Usted firmó una carta de apoyo a Lula da Silva...

Yo estoy tranquilo con la carta, y si se volvieran a plantear las mismas condiciones, la volvería a hacer. No tengo ningún tipo de arrepentimiento. Creo que fue un testimonio solidario que se inscribe en la mejor tradición internacionalista de la izquierda, que fue bueno para la izquierda brasileña y para el PT. La verdad es que yo me siento tranquilo, creo que no comparto para nada aquellos que dicen que esto fue un error y que fue inútil. No fue un error.

Con el mensaje original de la carta se buscó la defensa de Lula, que él pudiera ser candidato. ¿Qué se podría decir que sí logró?

Logró generar una solidaridad internacional más fuerte, acrecentar más la idea de que el proceso contra Lula es un proceso trucho, que es objeto de persecución política, y creo que estas iniciativas son las que también explican cómo durante ese tiempo el apoyo a Lula en las propias encuestas fue subiendo.

¿Usted cree que Lula todavía se puede considerar un referente de la izquierda?

Yo creo que sí. América Latina tiene muchos casos de dirigentes que fueron o denostados en su momento o simplemente proscritos. Yo no creo que esta sea la muerte de Lula, creo que esta historia todavía tiene un capítulo muy importante que jugarse. Lula todavía está en edad y tiene la fuerza para jugar un papel.

¿Su pronóstico, entonces, es que va a ganar Bolsonaro?

Yo creo que va a ganar Bolsonaro. Me parece que una diferencia de 17% puntos en primera vuelta, estando él a solamente 4% de la mayoría absoluta, es muy difícil de remontar. Creo que ahora va a ganar Bolsonaro, salvo que Dios exista. Este sería el verdadero milagro brasileño, que Haddad ganara, pero creo que sería francamente un milagro.

¿Cuál sería, si llega a ganar Bolsonaro, la influencia que tendría esta elección en la izquierda y derecha chilena?

Yo creo que ahí hay que ver cómo las cosas pasan. Creo que si Bolsonaro hace las cosas que él está diciendo, se vienen tiempos bien complejos para América Latina y América del Sur. Vamos a tener un Brasil que no va a ser un componedor, un gran articulador de la integración latinoamericana, sino que va a ser un Brasil ideológico, que va a entrar en una confrontación mucho más abierta con Venezuela y que va a buscar, según ellos anuncian, articularse con los gobiernos más de derecha en la región.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de esto para Chile?

Creo que hay por lo menos tres enseñanzas sobre esta situación respecto de Chile. Uno, que no se puede ser condescendiente. Creo que el PT también pecó de sectario. Hay una grave responsabilidad en haber mantenido una izquierda desunida. Eso se los diría también a los amigos del Frente Amplio: que aquí las divisiones de la izquierda, no tener un concepto de alianzas amplias entre la izquierda y el centro, conduce a las peores tragedias.

¿El FA debería lograr juntarse con la izquierda más de centro?

Aquí en Chile no hay en las fuerzas políticas de centro y de izquierda con suficiente conciencia de las amenazas que hoy estamos enfrentando. Creo que hay una amenaza. Lo de Brasil no es un producto puramente carioca, es un fenómeno que se inserta dentro de una tendencia mucho más global. No ver eso es simplemente no advertir que aquí hay un peligro mayor, y no puede ser que las que son contradicciones secundarias entre nosotros sean puestas como una contradicción principal.

¿Podría, entonces, aparecer una derecha más extrema aquí en Chile y que le funcione?

Creo que ese es un riesgo que está latente en Chile. Creo que Chile no está vacunado de fenómenos populistas, que la gran prédica en contra de la política, la gran desconfianza que hoy existe en contra de las élites, abona el terreno para que liderazgos populistas autoritarios de derecha puedan seguir creciendo en el país.

¿Y para prevenir eso usted dice que la izquierda tiene un rol?

Yo creo que la izquierda tiene que entender que tiene una responsabilidad con la democracia, me parece a mí que es muy importante que todos asumamos esa responsabilidad: la izquierda histórica y también la nueva izquierda. Yo soy de las personas que piensan que lo que hace falta en Chile es una confluencia entre lo mejor de la izquierda histórica y lo mejor de esa izquierda nueva, y que esa izquierda sea capaz también de generar una alianza clara, nítida y honesta con el centro, porque cada vez que el centro se va hacia la derecha, se precipitan las tragedias.

¿Entonces, el FA se debería juntar con la ex Nueva Mayoría con objetivos electorales

Buscar, hay que buscar. Hay que tener presente algo que es un sentido común de la vida, que hay contradicciones principales y hay contradicciones secundarias, hay adversarios y hay también sectores con los cuales uno también tiene diferencias, pero que uno no puede, a quienes pueden terminar siendo potenciales aliados, transformarlos en los adversarios principales.

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