Política

División en comando de Kast enreda puesta en escena del 14-D y echa pie atrás celebración en Estadio de La Florida

La idea de realizar un evento masivo tensionó la interna y no cuajó en el equipo del republicano, principalmente por la resistencia del jefe de campaña, Martín Arrau, quien contó con el apoyo del timonel de la colectividad, Arturo Squella. Ambos, dicen en el comando, no quieren entregar señales triunfalistas durante la jornada, por lo mismo se decantó por esperar los resultados en un hotel.

Diego Martin

La solicitud de permiso ya estaba extendida a la Municipalidad de La Florida y a la Delegación Presidencial. Sin embargo, en el comando de José Antonio Kast comenzaron las dudas y echaron pie atrás en la decisión de esperar este domingo los resultados de las elecciones de segunda vuelta en el Estadio Bicentenario de La Florida.

La producción, tal como publicó este miércoles La Tercera, estaba lo suficientemente avanzada como para demostrar que no se trataba solo de una idea preliminar.

El requerimiento para realizar el evento lo hizo Viba Producciones, la misma que organizó el acto de cierre de campaña de la primera vuelta presidencial en el Movistar Arena. Así, la apertura de la puerta del recinto estaba estipulada para las 17.00 y el evento se iniciaría a las 21.00 y concluiría a la medianoche.

Ya se habían iniciado los preparativos para que Kast, en caso de que se cumplieran los pronósticos y ganara el balotaje, realizara ahí su primer discurso y se hiciera una celebración con el cantante Américo presente. Incluso, de manera extraoficial, la convocatoria llegó a algunos alcaldes del sector que daban por hecho que la noche del 14 de diciembre tendría un cierre masivo.

Pero entre los republicanos se encendieron las primeras alertas: la normativa electoral impide realizar actos masivos hasta cuatro horas después del cierre de las urnas. Con esa imposibilidad legal sobre la mesa, otras versiones agregan que se abría la probabilidad de que se rechazara ese gasto electoral como parte de la campaña, y un gasto tan elevado, advierten, ponía en riesgo la rendición completa.

Así, se volvió a analizar las otras dos opciones que estaban sobre la mesa: seguir los comicios desde la sede republicana, ubicada en Presidente Errázuriz, o trasladarse a algún hotel del sector oriente de la capital. Esta última opción, finalmente, es por la que se decantaron y ahora están zanjando el lugar.

En el equipo de José Antonio Kast había una noción instalada desde hacía semanas: la sede de Presidente Errázuriz, a diferencia del balotaje de 2021, dejaría de ser suficiente para una noche electoral de segunda vuelta. Y es que con los apoyos formales de Chile Vamos, libertarios, más la adhesión de buena parte de Demócratas y Amarillos por Chile, en el comando ya se asumía que el flujo de dirigentes, parlamentarios y figuras políticas sería muy superior al de la primera vuelta.

Esa dificultad logística empujó la idea de trasladarse a un espacio de mayor capacidad. El Estadio Bicentenario ofrecía -entre otras cosas- acceso controlado de asistentes y una postal más masiva que la celebración de los comicios de noviembre. Ese diseño, además, emplazaba las celebraciones en una comuna popular, donde su alcalde, Daniel Reyes -electo como independiente en un cupo de la UDI-, fue uno de los que apoyaron tempranamente al republicano.

Lo cierto es que, más allá del impedimento legal, en el sector no hubo consenso sobre las características de la espera de los resultados, lo que tensionó al máximo al comando de Kast. Mientras algunos empujaron la idea de hacer un hito masivo, otros querían que la jornada fuera más austera. Esta última postura defendió con fuerza el jefe de campaña de Kast, Martín Arrau, quien, según transmiten en el comando del republicano, quería una actividad más acotada, con menos producción que la que se realizó en el Movistar Arena.

Esto, debido a que se abrió una discusión más profunda en el equipo de Kast: cuál es el mensaje que quieren entregar el día de los comicios. Si querían mostrar a un candidato triunfalista, que se preocupa de celebrar, o enviar una señal más moderada, poniendo el foco de inmediato en la preocupación de los problemas ciudadanos.

Esta última postura también la defendió el presidente del partido, Arturo Squella, quien, según las mismas versiones, ha transmitido que si ganan, las primeras horas tras el triunfo son clave las señales que se entreguen.

En la otra vereda, en tanto, estuvieron figuras como Antonio Barchiesi.

Como sea, la tensión escaló tanto a nivel interno en el comando, que varios comenzaron a cuestionar, en privado, la figura de Arrau, quien durante estos días ha estado en permanente contacto con los otros partidos de la oposición para trazar el día después de los comicios. Su figura, agregan las mismas versiones, ha tenido una instalación compleja, ya que no ha logrado acoplarse bien con el resto del equipo, a diferencia de experiencias anteriores que ha liderado.

Otros, en tanto, recalcan que los reparos solo surgieron debido a que defendió con ímpetu la idea de no mostrarse triunfalistas el próximo 14 de diciembre.

Ahora el equipo del abanderado republicano está concentrado en cerrar el hotel, el que debe cumplir tres características: tener capacidad para que asistan todos los partidos, un lugar apto para los medios de comunicación y un espacio en el exterior que permita instalar un escenario para que Kast entregue su primer discurso.

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