Figuras históricas del PS advierten que ataques a la democracia "facilitan aventuras autoritarias y peligrosos populismos"

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En una carta suscrita por más de 80 militantes, entre ellos, Insulza, Rabindranath Quinteros, Marcelo Schilling y Ricardo Núñez, señalan que el discurso contra la democracia "puede pavimentar el camino a la instauración por las armas de un régimen dictatorial que pacifique un Chile arrasado e inerme ante una guerra alimentada por los dos extremos del espectro político". Y llaman a los partidos de la izquierda democrática "a oponer razones y argumentos frente a esta dañina perspectiva".


Más de 80 militantes socialistas, entre ellos, figuras históricas como los actuales senadores José Miguel Insulza y Rabindranath Quinteros, el diputado Marcelo Schilling, los exministros Juan Gabriel Valdés y José Antonio Viera-Gallo y el varias veces expresidente Ricardo Núñez, emitieron una fuerte declaración pública en la que abordan la actual crisis social y la violencia en las calles y advierten sobre sus posibles consecuencias.

En un primer subtítulo del documento titulado "la democracia está en riesgo" señalan que, "en estos difíciles momentos hay quienes, de buena fe o movidos por radicalizadas e interesadas visiones, propagan la idea de que en Chile no hay democracia, lesionando la cohesión social y sembrando la desconfianza en torno a este noble valor. No solo, también ofenden a toda una generación de hombres y mujeres que lucharon, a costa de sus vidas, seguridades y libertades, por terminar la dictadura de 17 años y recuperar el preciado bien de la democracia", dice el texto sin mencionar a dirigentes sociales ni a partidos políticos.

El grupo afirma que aquel discurso "corroe los fundamentos de la vida democrática y facilita salidas de fuerza hacia aventuras autoritarias y peligrosos populismos", señalando que "es nuestro deber oponer razones y argumentos frente a esta dañina perspectiva".

En ese sentido hacen un llamado a su partido y a otros: "La izquierda democrática debe emprender una decidida batalla ideológica, cultural y política contra esta amenaza que puede pavimentar el camino a una respuesta de toda otra índole: la instauración por las armas de un régimen dictatorial que "pacifique" un Chile arrasado e inerme ante una guerra alimentada por los dos extremos del espectro político. La lucidez política y social que tuvimos para luchar y terminar con la dictadura, debemos levantarla nuevamente para conjurar el peligro que la inmensa mayoría del pueblo no desea. Sin ambigüedades, ni menos justificaciones".

 "En estas semanas se han visto tres Chile"

En la segunda parte del documento titulado "Ataque al Estado de derecho", dicen que "hay un amplio Chile que observa con preocupación la crisis y el caos y que en algún momento hará oír su voz, la que deberá ser democráticamente escuchada".

Se dedica un párrafo para destacar, como lo han hecho todos los partidos políticos, la concentración pacífica, como la realizada en Santiago el 25 de octubre, que congregó a 1,2 millones de personas. Por ello concluyen que "en estas semanas se han visto tres Chile: aquél de los millones de personas que han marchado y se han manifestado pacífica y civilmente, exigiendo derechos a seguridad y mejor vida ante las intolerables injusticias, inequidades y abusos de un sistema que se requiere cambiar. Apoyamos sin matices esa batalla política y social".

Y otros dos que califican como "minorías, que, al amparo de estas justas causas, se han dedicado a ciega destrucción, al vandalismo y al pillaje".

Sobre este grupo señalan: "En estas minorías coexisten lumpen y sectores marginados, bandas criminales ligadas principalmente al narcotráfico, y grupos extremistas y antisistémicos, altamente ideologizados y organizados en torno a un único objetivo: destruir las instituciones públicas y privadas y arrasar con el Estado de derecho y la democracia chilena".

A juicio de este grupo de socialistas, la destrucción de servicios públicos, infraestructura y otros, "dan cuenta de los blancos de una furia irracional, pero también de los objetivos de un fanatismo ideológico que ataca directamente al Estado de derecho democrático, la única y poderosa protección de las personas e instituciones frente al despotismo, la barbarie o la tiranía".

"El clima ha sido creado, ya desde hace tiempo, por el odio e intolerancia hacia quien piensa distinto"

Sobre el origen del estallido social y la violencia de los grupos que han destruido las ciudades, la carta señala que "el clima propicio ha sido creado, ya desde hace tiempo, por el odio y la intolerancia hacia quien piensa distinto". "Las descalificaciones, los insultos, agresiones y falsedades creadas que circulan profusamente por las poderosas redes la web y por la calles de Chile han otorgado la temperatura ideal para la violencia y destrucción", se añade.

En materia de derechos humanos lesionados, la misiva señala que "comprendemos el humano malestar de Carabineros por los numerosos efectivos heridos y por la agobiante y riesgosa labor que deben cumplir en este mes de caos y devastación, pero no podemos justificar la coacción excesiva de algunas acciones denunciadas, ni la violación a los protocolos policiales en la contención de la violencia. Nos unimos, pues, a las condenas y denuncias de las personas afectadas y de los organismos dedicados a la protección de estos derechos".

Para agregar que "confiamos en la acción de las querellas y los debidos procesos de la justicia chilena para que Carabineros sea constreñido a realizar una profunda revisión de su estructura, sus métodos y su forma de ejercer la función disuasiva que la institucionalidad democrática les encomienda, sancionando además a aquellos elementos responsables de estos deplorables hechos".

Finalmente valoran el acuerdo suscrito el viernes 15 por partidos de oficialismo y oposición (donde también está el PS) para avanzar en una nueva Constitución para Chile que abra una nueva época en Chile: "Da una respuesta viable y democrática al evidente clamor ciudadano que exigía un pacto social que inaugurase una nueva época para Chile, traducido en el itinerario base para avanzar hacia una nueva Constitución, hecha en democracia y con los instrumentos de la democracia. Es un buen marco que, acompañado de profundas reformas sociales y económicas, finalmente deberá otorgar justicia, mayor igualdad y oportunidades, ayudando a quienes necesitan la presencia de un Estado solidario, de bienestar y seguridad social".

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