Cine en su casa: consejos para adquirir el primer proyector de video

Para maratonear series, ver películas, jugar videojuegos o ser sede de los partidos de la selección, los proyectores abren un nuevo mundo con una experiencia más inmersiva y menos invasiva que la de los televisores. Pero ojo: no es llegar y comprar ni instalar.




No está fácil el escenario para la selección chilena. Sólo quedan dos fechas eliminatorias por delante y, para tener alguna chance de clasificar al mundial de Catar —que se jugará a fines de este año—, La Roja debe sacar puntos ante Brasil en el Maracaná y ganarle a Uruguay como local. Pero aún consiguiendo esos resultados, deberá esperar con calculadora en mano lo que ocurra particularmente con Perú y Colombia, que también están en la pelea.

Como siempre, y principalmente en el fútbol, “la esperanza es lo último que se pierde”. Un sentimiento que en Chile seguro se traducirá en todo tipo de panoramas para ver los partidos, siempre en compañía y con ambiente de galería, proveídos de uno que otro bebestible y alimentos altos en grasas saturadas.

Por muy buena onda que sea la junta, el espacio no suele acompañar y el tamaño del televisor tampoco. No sería raro que, para no verse peleando por un lugar con buen ángulo hacia la pantalla, más de alguno esté pensando en hacerse de un proyector de video, que además de ser útil para los partidos, puede ofrecer nuevos niveles de experiencias viendo películas y series.

“El proyector da mucha más amplitud de imagen que un televisor”, dice Matías Rodríguez, fundador de Chincol Producciones, una productora audiovisual dedicada a realizar proyecciones a gran escala, como festivales de cine, eventos corporativos o publicidad. “Yo lo ocupo para preparar las intervenciones que vamos a realizar pero también veo películas, partidos de fútbol o incluso videojuegos”, dice.


Cine en tu casa

“Normalmente, el proyector en casa tiene más que ver con la experiencia del home cinema, es decir, de tener un cine en casa”, opina Óscar Castro, quien hace 10 años se dedica a apoyar como visualista a músicos nacionales en sus presentaciones en vivo. “Me ha tocado trabajar con todo tipo de proyectores y lugares donde proyectar, porque no necesariamente soy yo el que pone el equipo”, comenta el diseñador, que estará en la próxima edición de Lollapalooza Chile junto a la banda local Slowkiss.

Para Castro, el proyector tiene dos atributos principales que le dan una ventaja frente al televisor. Una, es que “la experiencia la puedes compartir” con más personas, dada la amplitud de imagen que ofrece, ostensiblemente mayor que la de un televisor menor a 50 pulgadas. Y el segundo tiene relación con la experiencia como tal, la que resulta más “inmersiva” que la que ofrece la TV, en especial cuando además del proyector se cuenta con un sistema de sonido dedicado.

Esta es, probablemente, la mejor manera de emular lo que se vive en una sala de cine. Así lo cree, también, Cristóbal Manríquez, quien desde 2017 es el coordinador de proyección y sonido de Cinépolis (ex Cine Hoyts), tanto para Chile como para Colombia, Panamá y Perú. Según él, hay cierto romanticismo en el haz de luz que emana desde el proyector durante su funcionamiento, tal como el que se puede ver en una sala de cine real. “De partida, eso da mucho ambiente”, dice.

Cuando aún era técnico, a Manríquez le tocó participar del recambio de los proyectores análogos por los nuevos equipos digitales, que comenzaron a primar en las salas del país desde mediados de la década pasada. Si hay un detalle que aventaja al uso de proyectores para ver películas por sobre el televisor, es la relación de aspecto que ofrecen. O dicho coloquialmente: la forma de la imagen que entregan.

“Si tienes el espacio adecuado, suma mucho a la experiencia usar un proyector para ver películas, ya que puedes manejar el tamaño de la imagen y posicionarla mucho mejor que una TV convencional, la que suele quedar fija y no siempre en el mejor punto”, dice Manríquez.

“Hoy muchas películas vienen en formato tipo Scope (2.39:1), con un cuadro de imagen más ancho, pero muchos televisores le cambian su relación de aspecto a 4:3, la cual nos entrega un cuadro mucho más cuadrado”. Eso significa que los proyectores, a diferencia de las smarTVs, no modifican el tamaño de la imagen. “Creo que esto ayuda mucho en la experiencia”.

Tipos de proyector

Fue el fotógrafo e investigador británico Eadweard Muybridg quien a fines del siglo XIX creó el zoopraxiscopio, una aproximación primitiva al proyector. La invención dio pie para el desarrollo del cine cuando aún no existía el cinematógrafo. Harto han evolucionado desde entonces: en el mercado se puede encontrar aparatos con distintos tipos de tecnología, como los de ampolleta, los LED, los láser, los LED-láser y los 3LCD, entre otros.

De acuerdo a Matías Rodríguez, cada uno de estos tipos de proyectores sirven para distintas instancias, por lo que, “no hay una variedad mejor que otra”. Más bien se debe optar según el uso que se le quiera dar. “Por ejemplo, los proyectores de ampolleta, que son de baja luminosidad, sirven para salas educativas; y el proyector láser funciona para eventos”, señala.

Los proyectores de ampolleta son una buena opción de entrada para Cristóbal Manríquez. “Tienen una muy buena performance, pero su gran problema es que la lámpara tiene una vida útil finita, poco a poco irás notando la pérdida de intensidad. Es cierto que poca gente lo usará todo el día o todos los días para ver películas, pero de todas formas el proyector agotará su fuerza con el tiempo”. En todo caso, la vida útil de la ampolleta se informa en la descripción de los productos.

Los láser, en tanto, presentan “una mejor performance en su calidad lumínica”, según el coordinador de Cinépolis. “Es mucho más extensa y posiblemente con menor consumo energético. Esto permite que podamos tener un equipo más pequeño y con mejor luz. Puede pasar más desapercibido en la instalación que hagas en tu hogar”.

El tamaño del proyector es otro punto que destacan los entrevistados como argumento para tener uno en casa. “Como es pequeño, no tendrás un aparato gigante contaminando el ambiente visual de la casa cuando no lo ocupas, como sí lo haría un televisor grande”, dice Rodríguez.

Manríquez cree que con un presupuesto de 100 mil o 200 mil pesos se puede obtener un buen equipo de inicio. “Son de una sola entrada y de tiro corto”, dice. “Ya por 500 lucas pillas algo con más entradas, cosa de que puedas poner un Apple TV y una consola conectada en simultáneo”.

Proyector Q9 Full HD


En qué fijarse

¿Cómo distinguir un buen proyector entre el océano de aparatos que se pueden encontrar en el mercado? Los entrevistados recomiendan fijarse en el valor de contraste que ofrece cada producto. “Para mí es primordial”, sostiene Manríquez. “Nos dará la cantidad de pasos que tenemos entre el blanco y el negro y nos ayudará a tener un abanico más grande de colores”.

Óscar Castro afirma que, a mayor contraste, “la separación de colores, objetos y figuras se entiende mejor”. Para hacerse una idea, la relación de contraste de los equipos de gama baja y media es de 16 mil a 1.

El valor de los ansi lúmenes —que se refiere a la potencia lumínica que tiene el equipo— es otra característica que las propias marcas resaltan en sus productos. Esto es materia de debate entre los entrevistados: Manríquez cree que es un detalle más “marketero” y “difícil de cuantificar”.

“Es muy similar a lo que ocurre con la potencia en el sonido. Te pueden vender un parlante de 75 watts y un equipo de fiesta de 3 mil watts que al final suenan igual. Sólo ponen números grandes para ser rimbombantes. Si alguien compra un proyector de 25 mil lúmenes para tener en casa, es como tener un Ferrari para correrlo en Santiago a la hora del taco”. Sin embargo, para Castro y Rodríguez el valor de los ansi lúmenes es relevante y, para el caso de un proyector pensado para la casa, estos deberían rondar los 2.500 y 3 mil lúmenes.

La conectividad y la cantidad de puertos que tiene el equipo también es importante para Castro. “Por ejemplo, el computador lo conectas al proyector por HDMI, pero el audio lo traes por un sistema de sonido, o puede ser desde el proyector, dependiendo de sus características. Normalmente, lo que uno hace es conectar por HDMI el computador al proyector y por ahí sacas el audio”.

El diseñador sugiere, además, tener en cuenta la disponibilidad de repuestos. “Hay marcas que tienen mayor penetración en Chile, entonces por ejemplo es más fácil encontrar una ampolleta de esas que de otras marcas menos conocidas”.

Matías Rodríguez apunta a la óptica que ofrece cada proyector. “Si es ultra corto, es para espacios pequeños. En los lentes medios y estándar, a mayor distancia de la superficie a proyectar, mayor será la imagen”.

Finalmente, la resolución que entrega cada equipo puede ser relevante para la decisión final, aunque los proyectores 4K son ostensiblemente más caros

Epson Home Cinema 880 con telón retráctil


El espacio

Pero no sólo hay que considerar las características propias del proyector al momento de elegir uno. Es fundamental tener en cuent el lugar en el cual se instalará. Lo primero a entender es que estos aparatos necesitan de un ambiente de baja luminosidad, por lo que deben ubicarse en espacios donde se pueda controlar la luz a antojo.

“Entre más oscuro sea el espacio, mejor performance de luz del proyector obtendremos. Si se va a usar en un lugar iluminado, entonces se necesitará de un proyector con mayor capacidad”, sostiene Manríquez.

Para él, la posición en la que se instala el equipo es otro factor que influye en su rendimiento. Según explica, debe quedar paralelo a la pantalla y apuntando hacia el centro de ésta. “Tener el proyector inclinado nos causará el efecto keystone, que es generar un trapezoide en la pantalla”, advierte Manríquez. Algunos proyectores pueden compensar esto, “pero nos deformaría la imagen”.

La superficie sobre la cual se proyectará es otro punto relevante. Si bien algunos equipos incluyen un telón en la compra, la mayoría no lo hace. A falta de uno, la opción más popular es proyectar sobre la pared. Pero, ¿se recomienda esto?

Óscar Castro dice que sí: “A mí me gusta proyectar sobre la pared. Los telones te limitan de cierta forma, en especial los que a veces vienen con los proyectores, que son muy cuadrados”, dice el diseñador. Aunque aclara que si no se tiene una pared lisa, blanca y “con las características básicas necesarias”, es mejor tener un telón.

¿Cuáles serían esas características básicas? “Que sea lo más lisa posible. Si tiene relieves, pliegues o algo similar, nos podría generar sombras. Ideal en color blanco, pero que la pintura sea mate, así evitamos que exista exceso de brillo, el que a la larga nos cansa a la vista”, describe Manríquez.

Pese a los buenos resultados que se pueden obtener proyectando sobre una pared, Matías Rodríguez recomienda un telón, porque “son de un material especial que favorece la imagen”.

Tan importante como los factores mencionados es la distancia que debe haber entre el proyector y la superficie que servirá de telón. Cada equipo tiene sus propias especificaciones en torno a lo que se conoce como el “factor de proyección”.

“Te da una relación respecto a la distancia a la que se debe instalar el proyector. Si te pasas, empieza a perder calidad y color”, dice Castro, que de pasada recomienda el sitio especializado Projector Central, el cual permite calcular el factor de proyección de cada equipo según sus características, de manera que puedas obtener el mejor rendimiento de éste.


*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 28 de febrero de 2022. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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