No solo hay covid-19: cómo evitar los contagios en esta temporada de enfermedades respiratorias

Ilustración: César Mejías

Porque no sólo de covid 19 se puede contagiar el humano, consultamos a distintos especialistas en salud para conocer sus recomendaciones, de manera de prevenir la influenza, el virus sincicial y el adenovirus, entre otras infecciones.




Y llegó el invierno. Estación incomparable para quienes gustan de los colores grises, la lluvia y las nevazones, para las y los que aman los abrigos y chaquetones, botas y bototos, aunque sea para ocuparlos al interior del hogar. Ambiente perfecto para prender la estufa, dejar correr un disco de Peter Murphy, hundirse en un tazón de chocolate caliente y atorarse con unas sopaipillas con chancaca.

Pero lamentablemente, con el invierno llegan también la mala ventilación y las emergencias ambientales, y se genera el escenario propicio para la proliferación de enfermedades respiratorias como la influenza, la parainfluenza, el virus respiratorio sincicial o el adenovirus, por mencionar algunas de las más comunes y preocupantes en materia de salud pública.

Hoy todos los focos están puestos en la lucha contra la pandemia del coronavirus, pero eso no borra por sí sola la posibilidad de contraer alguno de estos otros virus y/o bacterias, sobre todo cuando no se está confinado y se tiene una alta movilidad en el exterior.

Efecto covid-19

Dicen los especialistas que en la temporada invernal aumentan las posibilidades de que surjan casos de neumonía —tanto bacteriana como viral—, así como los de agudización de enfermedades crónicas, tales como el asma bronquial, la bronquitis y la fibrosis pulmonar, entre otras que requieren de control y cuidado permanente.

Según el Anuario de Estadísticas Vitales 2018, elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y publicado este año, las enfermedades respiratorias son la tercera causa más común de fallecimientos en el país, alcanzando el 11% de las muertes anuales. Y la mayor parte de estas se concentraron entre los meses de junio y agosto.

La estadística es similar a la de años anteriores. Sin embargo, a partir de 2020 hubo un quiebre en la tendencia. “Nos ha llamado la atención la notable disminución de enfermedades infecciosas virales, como la influenza o la parainfluenza”, afirma René Faba, médico broncopulmonar de la Clínica Indisa. Algo que ratifican desde otros establecimientos que han visto cómo las consultas y emergencias relacionadas a complicaciones respiratorias cayeron estrepitosamente ante el crecimiento de los casos de covid-19.

De acuerdo a los especialistas, los cuidados y las restricciones sanitarias contra el coronavirus, como el uso de la mascarilla, la distancia social y el confinamiento, también han permitido prevenir otras infecciones.

Invernando cuarentenados

Buena parte del país inicia el invierno en fase 1, por lo que las personas debieran mantenerse confinadas hasta nuevo aviso. Una situación que para muchos puede ser sinónimo de resguardo frente a contagios, no sólo de coronavirus, sino también de otros microorganismos.

¿Es tan así? Para el doctor Faba, podría ser. Eso sí, “siempre y cuando se mantenga a toda la familia en cuarentena”. Si un miembro de ésta sale de casa con frecuencia, sea por el motivo que sea, “la posibilidad de que se contagien aumenta considerablemente”. Algo que parece acercarse más a la realidad, o al menos así lo considera Gabriel Rada, investigador de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica.

Según él, la experiencia del año pasado, “con cuarentenas mucho más efectivas que las actuales”, fue bastante demostrativa. “La presencia de virus diferentes al SARS-CoV-2 fue extremadamente baja en comparación a lo habitual. Sin embargo, durante este año las cuarentenas prácticamente no llevan a grandes cambios en la movilidad de las personas, por lo que es razonable pensar que sí habrán otros virus circulando”.

La pediatra broncopulmonar de la Clínica Alemana, Cristina Pierry, es más drástica en su opinión. Para ella, cualquier persona tiene riesgo de contraer alguna enfermedad respiratoria, independientemente de si ésta se encuentra en cuarentena o no. “En invierno aparecen otros factores, como la contaminación, el frío, el tabaco y la contaminación intradomiciliaria por calefacción a parafina o leña, por ejemplo”, explica.

En esta línea, Pierry recomienda mantener cierto control de riesgos en el hogar. “En primer lugar, debe estar libre de humo de tabaco, que es el principal irritante de la vía aérea. Además, hay que ventilar la casa permanentemente, ya que la mala ventilación es un factor de riesgo de contagio. En la medida de lo posible, hay que evitar la calefacción de combustión interna, como la derivada del petróleo, gas, carbón o leña, y preferir una calefacción limpia”.

Faba concuerda y afirma que la calefacción debe ser por períodos intercalados por una buena ventilación. “Hay que preocuparse de ventilar unos 10 o 15 minutos, con cierta frecuencia, a fin de que el aire se renueve y, si entra un virus, éste se diluya más en el ambiente”.

Qué pasa con los niños y adultos mayores

Las campañas de prevención suelen tener foco en los segmentos más vulnerables, como los adultos mayores. “Son los más propensos a tener infecciones virales de mayor compromiso, sobre todo infecciones bacterianas”, asegura Faba. “Habitualmente, se da en enfermos de diabetes, de enfermedades bronquiales crónicas, pacientes con cáncer o enfermedades metabólicas de otro tipo; todos ellos tienen alto riesgo de tener infecciones, tanto virales como bacterianas”.

“Todos corren riesgo, pero es indudable que los adultos mayores más”, sostiene Pierry. “Si bien los niños pueden contraer covid-19, estudios han demostrado que los menores de 20 años tuvieron la mitad de riesgo de infección que los mayores de esta edad; además, las cargas virales fueron menores que los adultos”.

Al comparar la situación de riesgo de la tercera edad frente a la de las niñas, niños y adolescentes, la pediatra afirma que, en comparación, para estos últimos, “las enfermedades respiratorias son menos severas”.

Aún así, el eventual retorno a clases presenciales —incluso en fase 1, tal como buscan promover actualmente desde el Gobierno— genera preocupación entre apoderados, profesores y diversas organizaciones. Ante esto, Faba sostiene que “es posible que aumenten un poco las infecciones respiratorias por virus que no son covid, debido al contacto. Pero creo que no va a ser más que lo que puede pasar por la asistencia al mall o al comercio”.

El médico broncopulmonar de la Clínica Indisa cree que, para reducir el riesgo de contagios, será fundamental que dentro de las salas de clases “se manejen la distancia física y las medidas de control, como el uso de la mascarilla y el lavado de manos”. A su vez, esta debe estar “lo más ventilada posible, con ventanas y puertas abiertas”.

Faba, además, sugiere disminuir el tiempo de duración de cada clase: “no hacer 45 minutos, sino 20 y con recreos”.

Te hacen falta vitaminas, ¿o no?

Si alguien hiciera un kit para iniciados en el invierno, probablemente, este incluiría un chaleco, un gorro de lana, un termo con agua caliente, un guatero, y una caja de vitaminas C y probióticos. Éstas últimas forman parte del vocabulario popular en el ítem autocuidado y de prevención. Sin embargo, entre los especialistas, el tema genera discusión.

Cristina Pierry, por ejemplo, sostiene que existen diversos medicamentos que “refuerzan el sistema inmune. Hay algunos liofilizados degradados, derivados de bacterias, que actúan como inmunoestimulantes. También están los probióticos y las vitaminas, y dentro de estas la vitamina C”. Además, llama a controlar y reforzar especialmente la vitamina D —la del sol, como se conoce popularmente—, “ya que debido a la pandemia se ha visto particularmente baja en los niños”.

En tanto, otros, como Gabriel Rada, aseguran que tanto la vitamina C como los probióticos y otros, no tienen un real impacto en el sistema inmune. Él es presidente de Epistemonikos, una organización sin fines de lucro, que busca acercar la evidencia científica en salud. Actualmente, apoyan con información al Ministerio de Salud —por ejemplo, en la guía de tratamiento de covid-19—, al Colegio Médico, al Sernac, al Senda, y a otras sociedades científicas, equipos de investigación y entidades de la sociedad civil.

“Aunque desde hace más de 70 años existe la creencia de que la vitamina C previene el resfrío, la evidencia científica es categórica: no tiene ningún beneficio. Ni ésta ni ninguna otra vitamina”, establece Rada.

La misma sentencia correría para los suplementos alimenticios —probióticos, prebióticos y simbióticos—, así como también para hierbas e infusiones. “Se han hecho miles de estudios intentando probar si tienen algún rol y lamentablemente la respuesta ha sido siempre la misma: no tienen beneficio”, dice el especialista.

Pasa, explica, Rada, que “la ciencia ha avanzado muchísimo en muchas áreas, pero la investigación en enfermedades respiratorias, en especial aquellas que no conllevan consecuencias muy importantes, como el resfrío, se ha quedado estancada. A veces se pretende hacer creer que la cura a estas enfermedades ha sido esquiva a la ciencia. Pero no es así. Se ha investigado con muchísimo menos empeño que otras enfermedades”.

Pero no todo está perdido, cree el especialista. “La cantidad de conocimiento que se ha generado durante la pandemia, sin duda, marcará un quiebre”.

Tratamientos a futuro

Siempre se puede ver el vaso medio lleno, diría un optimista. Acá le agregamos unos hielos para darle mejor sabor a esa percepción. Sin querer queriendo, el covid-19 puso la atención científica en las enfermedades respiratorias —considerando que ya existían otros coronavirus que permitieron no partir de cero en el estudio del SARS-CoV-2. Así es como también se han explorado diversos tratamientos para enfermedades respiratorias que, según Rada, han mostrado “efectos interesantes”.

“Hay algunos que ya están demostrando beneficios frente al covid-19, y que es muy probable que medicamentos similares puedan desarrollarse para otras infecciones respiratorias en el futuro. El grupo más destacado es el de los anticuerpos monoclonales: un tipo de ‘terapia molecularmente dirigida’. Es decir, un anticuerpo creado sintéticamente pero con las mismas funciones de uno normal. Los anticuerpos pueden unirse a una porción específica del virus y así evitar su acción”.

Quien sabe si de esta pandemia salimos, de paso, con mejores tratamientos para la neumonía, la influenza, el asma y más.

Recomendaciones

Dado que, en cuanto a su propagación, los otros virus respiratorios se comportan exactamente igual al covid-19, las recomendaciones base de prevención contra éste sirven también para evitar su contagio.

Repetir como un mantra: usar mascarilla, lavarse las manos con frecuencia —idealmente cada dos horas— y mantener el distanciamiento físico. “Es la tríada de consejos básicos para prevenir cualquier infección de tipo viral: influenza, parainfluenza o virus respiratorio sincicial”, dice René Faba.

Gabriel Rada además recomienda evitar los espacios cerrados y mal ventilados, “en especial si existen aglomeraciones”. Y resalta la efectividad del uso de la mascarilla. “En muchos países que experimentaron la pandemia previa por coronavirus —el SARS y MERS—, se ha mantenido el uso de mascarilla durante el invierno”.

Cristina Pierry hace especial hincapié en la ventilación del hogar. “Pese al frío, hay que ventilar, ya que en los espacios cerrados es donde más se producen los contagios, tanto de covid como de otros virus respiratorios”.

La pediatra sostiene que es importante, además, que las personas con patologías respiratorias crónicas, como asma bronquial, continúen con controles médicos y mantengan “los tratamientos y la medicamentos en forma permanente; no los suspendan sin indicación médica”.

La alimentación sana, con abundantes frutas y verduras, y evitar la comida chatarra y alimentos procesados pueden ayudar a mantener firmes las defensas. “Recordemos que la obesidad es un gran factor de riesgo para cursar una enfermedad grave por coronavirus”, dice Pierry.

Finalmente, en el caso de los adultos mayores, niños y niñas menores de dos años, embarazadas y enfermos crónicos, las precauciones deben ser mayores, como el evitar los cambios bruscos de temperatura. El llamado de los especialistas y autoridades es que esos grupos se vacunen contra la influenza. Si necesitas buscar centros de vacunación para ello, puedes revisar este link.

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