El rally de los bonos reduce el miedo a la inflación en Estados Unidos

En esta foto de archivo, se puede ver el edificio de la Reserva Federal el 19 de marzo del 2021 en Washington, DC. (Photo by Daniel SLIM / AFP)

La amenaza de un decepcionante crecimiento económico preocupa más a los inversionistas que los precios, a medida que sopesan los riesgos del mercado.


La caída de un mes en los rendimientos de los bonos ejemplifica la creencia de los inversionistas de que la inflación probablemente no sea el mayor problema que enfrenta la economía estadounidense y mundial.

La fuerte caída en los principales índices bursátiles (por una masiva venta de acciones en corto) de Estados Unidos destacó la creciente preocupación de los inversionistas de que el mayor riesgo para los mercados en este momento es un crecimiento decepcionante, en lugar de los incrementos desbocados de precios que se temían a principios de año. Al mismo tiempo, muchos inversionistas piensan que las lecturas de inflación pueden ser altas durante un período y luego disminuir por sí solas o hacer que la Reserva Federal suba las tasas de interés y desacelere la economía.

Los inversionistas aún esperan una recuperación económica decente. Tanto los rendimientos de las acciones como de los bonos subieron el miércoles, extendiendo su repunte del día anterior. El Promedio Industrial Dow Jones subió 286,01 puntos, o un 0,8%, a 34798,00, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq Composite registraron ganancias similares. Los tres índices principales permanecen cerca de puntos récord.

Sin embargo, los rendimientos del tesoro tienen un largo camino por recorrer para volver a sus peaks recientes. El rendimiento del bono de referencia del Tesoro de Estados Unidos a 10 años cerró en 1,279% el miércoles, frente al 1,181% del lunes, cuando los inversionistas se apresuraron a buscar activos más seguros, pero aún por debajo del 1,3% del viernes y su máximo del 2021 de 1,749% establecido en marzo.

Los rendimientos del tesoro, que aumentan cuando bajan los precios de los bonos, subieron abruptamente a principios de año, impulsados por las apuestas de que la economía de Estados Unidos alcanzaría el pleno empleo con una velocidad notable debido a una recuperación impulsada por vacunas y gracias a un gasto gubernamental a gran escala.

A la subida se sumaron señales de los funcionarios de la Fed de que evitarían subir las tasas de interés hasta que la inflación superara su objetivo del 2% durante un período sostenido. Eso reforzó la confianza de los inversionistas en que la Fed dejaría que la economía se calentara, creando una inflación sostenida que el banco central podría controlar más tarde con aumentos de tasas oportunos.

Un decepcionante informe de empleo en mayo ayudó a sacudir ese consenso. Aunque la contratación se ha recuperado constantemente a través de los meses, se ha mantenido por debajo del ritmo de un millón al mes que muchos habían estado anticipando. Mientras tanto, la aparición de variantes del coronavirus ha erosionado el optimismo sobre las perspectivas de toda la economía mundial.

“La sensación de que esperábamos estar pasándola mejor en este momento es relevante”, afirmó Steve Englander, director de investigación global de divisas del G10 y estrategia macroeconómica de América del Norte en la sucursal de Standard Chartered Bank en New York.

A principios de año, dijo, los inversionistas esperaban grandes ganancias laborales y estaban satisfechos con el ritmo de las vacunas contra el coronavirus. Pero en junio, las cifras de empleo habían decepcionado y los inversionistas “seguían viendo casos positivos de covid-19”.

La caída en los rendimientos del tesoro ha sorprendido a muchos en parte porque se produjo al mismo tiempo que los datos apuntaban a un repunte de la inflación, reflejado nuevamente a principios de este mes cuando el Departamento de Trabajo dijo que el índice de precios al consumidor aumentó un 5,4% en junio desde un hace un año, la tasa de 12 meses más alta desde agosto de 2008.

A menudo, una inflación más rápida se traduce en mayores tasas de interés a corto plazo y mayores rendimientos de los bonos. Sin embargo, muchos inversionistas han descartado en gran medida esas ganancias, considerándolas exageradas por las comparaciones con precios profundamente deprimidos del año pasado y sesgadas por las interrupciones de la oferta a corto plazo relacionadas con la reapertura de la economía.

En todo caso, los informes de inflación han ayudado a reducir los rendimientos a largo plazo al suscitar temores de que el banco central pueda subir las tasas de interés demasiado rápido y dañar la economía. Algunos analistas también han expresado su preocupación de que el fuerte aumento de los precios al consumidor pueda frenar el crecimiento al frenar el gasto de los hogares.

Los indicadores de las expectativas de inflación a más largo plazo han disminuido en los últimos meses. La tasa de inflación de equilibrio a 10 años, que muestra las apuestas de los inversionistas sobre la inflación anual promedio durante la próxima década, fue del 2,26% el martes, frente al 2,54% de mayo, según datos de la Reserva Federal. Las tasas de equilibrio se basan en el rendimiento adicional que exigen los inversionistas para mantener bonos nominales del Tesoro sobre bonos protegidos contra la inflación.

Un factor detrás de la caída de los rendimientos es la opinión de que la inflación en su forma actual es un “impuesto sobre el consumo...no evidencia de una economía sana y sobrecalentada”, afirmó Ian Lyngen, jefe de estrategia de tasas de tasas de interés de Estados Unidos en BMO Capital Markets.

Dado que los rendimientos han caído en los últimos meses, muchos inversionistas también han argumentado que la caída fue causada más por factores idiosincrásicos, como la demanda de pensiones y bancos centrales extranjeros, que por una reevaluación fundamental de las perspectivas económicas.

Respaldando ese punto de vista: los inversionistas han seguido comprando activos más riesgosos, impulsando los índices bursátiles a récords e impulsando los rendimientos de los bonos corporativos a nuevos mínimos. Sin embargo, debajo de la superficie, algunos analistas notaron signos de preocupación incluso en el mercado de valores, ya que los inversionistas favorecían cada vez más las acciones tecnológicas de gran capitalización sobre las más sensibles a la economía.

Una posible consecuencia del repunte de los bonos es que los rendimientos más bajos de los bonos del Tesoro, en igualdad de condiciones, pueden ayudar a elevar los precios de las acciones al reducir los costos de endeudamiento para las empresas y empujar a los inversionistas a comprar activos más riesgosos en busca de mejores rendimientos. Muchos inversionistas también utilizan el rendimiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años como tasa de descuento en fórmulas para valorar las acciones, con un rendimiento más bajo que hace que las ganancias futuras de las empresas valgan más en los términos actuales.

Sin embargo, muchos continúan creyendo que los rendimientos eventualmente recuperarán terreno, argumentando que el repunte de los bonos ha superado los fundamentos económicos.

John Sheehan, un administrador de cuentas de renta fija de Osterweis Capital Management, dijo que los fondos que administra todavía están posicionados de manera que un movimiento más alto en los rendimientos no los perjudicaría tanto como los índices de referencia.

“Incluso si la inflación se modera de un 5% a un 3%, no creemos que sea consistente con una nota de 1,18% a 10 años”, sentenció.

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