No todos los trabajadores volverán a la oficina y estas no serán del mismo tamaño: el cambio de paradigma que provocó el Covid y el teletrabajo

El proyecto Laredo Paraná, en Las Condes, contempla departamentos y 24 oficinas que van desde 26 a 324 m2. Los espacios para trabajar tienen como principal ventaja estar emplazados en un sector que ofrece inmediatez a barrios residenciales, una completa oferta de servicios y una buena conectividad al estar a pocas cuadras del Metro Los Dominicos.

Diversos estudios confirman que las empresas están empezando a ajustar su presupuestos inmobiliarios y reorientarlos hacia otras áreas. En medio de esa coyuntura, la vacancia de las oficinas está en máximos de cuatro años.


El coronavirus generó muchos cambios en la vida cotidiana de la gente. Y uno de los más radicales, probablemente, es el que se ha dado en el mundo laboral, en las organizaciones que funcionaban bajo la nomenclatura trabajador-escritorio-computador-internet. La oficina.

Con sus ventas y desventajas, defensores y detractores, el teletrabajo se convirtió en un aliado para combatir la propagación de la enfermedad, permitiendo mantener el empleo y también dar continuidad a una serie de operaciones en las más diversas industrias.

En el peor momento de la pandemia, en el segundo trimestre de 2020, unas 23 millones de personas en América Latina transitaron hacia el teletrabajo, de acuerdo a cálculos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En Chile, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), esta modalidad llegó en junio del año pasado a representar el 28,9% de los trabajadores.

Teletrabajo

Aplicaciones como Whatsapp, Microsoft Teams, Google Meet y Zoom (cuya acción llegó a máximos históricos en plena pandemia) hicieron posible comunicarse, organizarse e incluso tomar decisiones.

Pero la situación va mejorando; la crisis sanitaria está empezando a dar tregua (aunque mirando de cerca la variante Delta), mientras la economía recupera el tranco y empieza a buscar trabajadores.

El mundo, y Chile, inicia el camino hacia la normalidad, pero en ese contexto surgen dos grandes preguntas en el mundo laboral.

  1. ¿Los trabajadores quieren volver a la oficina?
  2. ¿Las empresas quieren que los trabajadores regresen a las mismas oficinas?

En la era del teletrabajo muchas organizaciones descubrieron que en varias (o muchas) actividades el trabajo presencial verdaderamente no es indispensable; o no en la modalidad de lunes a viernes como era antes. Por lo tanto, en la era post Covid-19, asoma como un desacierto económico regresar a ocupar esos mismos espacios físicos.

Presupuesto inmobiliario

Un reciente estudio de Accenture ilustra el cambio de perspectiva de los directivos en cuanto a las inversiones inmobiliarias después de la pandemia. Y los resultados son claros: apenas el 1% de los CEO a nivel global afirma que no está reduciendo sus inversiones en espacio de oficinas.

De la abrumadora mayoría que planea reasignar fondos mediante la reducción en ese ítem, el 62% dice que está invirtiendo en tecnología, mientras que un 47% sostiene que va a utilizar los recursos liberados para contratar nuevos talentos o mejorar las competencias de los empleados existentes.

Según el informe Technology Vision 2021 de esa misma consultora, un 88% de las empresas chilenas proyecta mantener el teletrabajo en mayor o menor nivel en los próximos meses.

“Los directores generales están buscando una combinación de entornos tradicionales con digitales para ofrecer a los empleados más flexibilidad y ahorrar costos. Este cambio de mentalidad mitiga o elimina por completo la barrera de las fronteras geográficas”, comentó Nicolás Goldstein, presidente ejecutivo de Accenture Chile.

De acuerdo a un estudio de la consultora EY, el hecho de que los trabajadores hayan dejado de ir a las oficinas ha impulsado a casi un 29% de las compañías a revisar su estrategia inmobiliaria y planificar cambios importantes en ella.

Y ante la pregunta “¿Cuántos días a la semana te gustaría trabajar a distancia cuando vuelvas a la oficina?, un 44,4% de los consultados se inclina por tres días y un 22,2% cuatro días.

“Las empresas están repensando sus formas de trabajo. Han entendido que no es factible volver a un sistema 100% rígido, ya que esto impactaría en el mediano plazo la atracción de talento y el nivel de compromiso de las personas con las organizaciones”, sostiene Daniela Saavedra, associate partner People Advisory/ Transformación y Estrategia Organizacional de EY.

Lo que se ha observado en las empresas locales es que el actual escenario los ha obligado a repensar la estructura organizacional y el tema logístico para dar paso a nuevos lugares de trabajo más funcionales, oficinas más pequeñas o incluso espacios de Co Work.

“En estos nuevos espacios de trabajo se retomará una dinámica presencial enfocada en la coordinación y planificación de los equipos, la cual se puede realizar con algunos días de trabajo colaborativos, para dejar el desarrollo y la producción del día a día en una modalidad online”, sostiene Rodrigo Gorostiza, gerente de marketing y experiencia de cliente de Trabajando.com.

Las oficinas

El escenario entonces no resulta demasiado esperanzador para el mercado de oficinas. Un estudio de la empresa de servicios inmobiliarios corporativos de Cushman & Wakefield, reveló que en Chile la vacancia de las oficinas clase A (las más sofisticadas del mercado) viene aumentando en los últimos cinco trimestres, mientras que el precio UF/M2 ha caído en los últimos cuatro cuartos.

La firma dijo que desde que estalló el Covid-19 la vacancia aumentó hasta 8,22%. Se trata de la cifra más alta desde el cuarto trimestre de 2017. No obstante, dijo que ese número dista bastante de lo que se observa en otros países de la región, donde se encuentran habitualmente cifras de dos dígitos.

En un artículo que publicó recientemente Pulso, Carolina Uribe, gerente comercial de Chile Sotheby’s International Realty, sostuvo que la tendencia actual en las empresas, al menos en los casos que le ha tocado ver, es la búsqueda de espacios más reducidos y contratos más flexibles.

“Los niveles actuales de vacancia son preocupantes. La pandemia ha hecho que nos reinventemos en la manera de trabajar. Menos metros cuadrados y mayor flexibilidad de estos mismos. Empresas que contaban con tres plantas libres en un edificio hoy se están instalando en espacios de menor tamaño”, describe Uribe.

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Hacia el futuro cree que el sector estará cruzado por dos elementos: por una parte, el efecto de la vacunación, que permitirá flexibilizar las restricciones sanitarias y alentar la recuperación del mercado, pero, al mismo tiempo, el auge del teletrabajo actuando en sentido contrario.

Ariel Benzaquen, country manager de Cushman & Wakefield, hace un matiz en medio de la situación de su sector y destacó lo que está pasando con mercados como EEUU o Europa, en donde la transición entre los modelos de trabajo no implicará el fin de las oficinas tal como las conocemos, sino más bien su mutación hacia métodos de trabajo más ágiles pensando en espacios colaborativos, con mejoras tecnológicas para que quienes estén participando de manera telepresencial no sientan disminuido su aporte.

El gran ahorro de Google

Las restricciones por el covid-19 se están levantando, por lo que cada vez más personas comienzan a reservar viajes y hoteles en línea, lo que es muy bueno para el negocio de publicidad de Google. Sin embargo, los empleados de Google están trabajando desde casa y no viajan tanto con el dinero de la compañía, y eso también es bueno para su negocio.

Durante el primer trimestre, Alphabet Inc., empresa matriz de Google, ahorró US$268 millones en gastos de promociones, viajes y entretenimiento de la compañía, en comparación con el mismo período del año anterior, “principalmente como resultado del covid-19”, según una presentación de la compañía.

Sobre una base anualizada, eso se traduciría en más de US$1.000 millones. De hecho, Alphabet señaló en su informe anual a principios de este año que los gastos por publicidad y promociones disminuyeron en US$1.400 millones en 2020 debido a que la compañía redujo gastos, suspendió o reprogramó campañas y modificó algunos eventos a formatos solo digitales debido a la pandemia. Los gastos de viaje y entretenimiento cayeron en US$371 millones (Bloomberg).

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