La apuesta fue ganadora. La cadena de hoteles Atton -ligado a las familias Angelini, Elberg y Said Handal- logró revertir las pérdidas que sufrió durante 2016 y comenzar el año con cifras azules.

La cadena de hoteles cerró 2016 con un avance de sólo 0,5% en sus ventas, debido a una mayor competencia en la industria turísrica en Chile y un menor rendimiento de su negocio en Perú debido a las elecciones presidenciales. De este modo, sufrió pérdidas por $189 millones. Sin embargo, en el primer trimestre la historia se revirtió: la cadena anotó una utilidad de $539 millones, que se compara con pérdidas por $51 millones obtenidas en igual período del año anterior, según consta en el detalle de los resultados de Siemel, el holding de inversiones del grupo Angelini.

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La razón principal detrás de este aumento es el buen desempeño de Atton Brickell Miami, que inició sus operaciones en julio del año pasado. Con 275 habitaciones, el inmueble pasó a ser uno de los principales hoteles de la cadena, detalló Siemel. De hecho, fue responsable del alza de 31,3% que registraron los ingresos del grupo al primer trimestre, en relación a igual período del año pasado. Así, las ventas sumaron $9.165 millones (US$13,5 millones), lo cual habría sido suficiente para compensar los mayores gastos por depreciación y el costo financiero asociado al hotel de Miami.

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Según detalló la compañía, el Ebitda aumentó 30,9%, alcanzando los $3295 millones, explicado igualmente por la actividad del hotel de Miami, el cual se encontraba en su etapa pre-operativa durante el primer semestre del 2016.

Atton administra actualmente 1.600 habitaciones en ocho hoteles ubicados en Chile, Perú, Colombia y Estados Unidos. El plan es ir por más. Así, según ha detallado la misma compañía, en los próximos años se sumarán a su oferta tres hoteles que se encuentran en fase de desarrollo en Viña del Mar, Medellín y Miraflores.

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