Empresas concesionarias de casinos Junaeb bajo presión

Proveedoras de alimentos que atienden a casi 2 millones de niñas, niños y jóvenes del país, están en alerta. La pandemia derivada del Covid-19 ha impactado directamente en su posición financiera.


Las licitaciones del Programa de Alimentación para las niñas, niños y jóvenes del país más vulnerables son las que mueven más dinero al año para el Estado: $645 mil millones, lo que es equivalente a más de dos millones de salarios mínimos, que movilizan a una industria de empresas concesionarias que suelen estar fuera del radar de la memoria del común de las personas.

Cada año, la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (Junaeb) licita por una duración de tres años alrededor de un tercio de la cobertura de colegios que necesitan alimentación para sus alumnos, programa que hoy por hoy -sumando también a la Junta Nacional de Jardines y Fundación Integra- tiene un alcance total de alrededor de 1,8 millones de niñas, niños y jóvenes a lo largo del país, que reciben raciones de desayuno, almuerzo y algún snack.

La Asociación Gremial Nutre Chile agrupa a 11 de las 26 empresas proveedoras de alimentos de los programas de alimentación preescolar y escolar de Chile, que significan la mitad de la cobertura nacional, donde destacan entre las firmas más grandes Aliservice, controlada por Luis Alberto Yapur; COAN, de capitales brasileños; Salud y Vida, controlada por Jaime Abumohor, y Las Dalias, cuyo dueño es Jorge Orellana.

Hay otras firmas relevantes que no son parte de este gremio, como Merkén -ligada a la administradora de fondos estadounidense The Rohatyn Group- y Soser, controlada por Patricio Rey.

Hoy por hoy, las concesionarias acusan el golpe de la pandemia y revelan que están bajo presión.

El primer conflicto que enfrentaron con la llegada del Covid-19 fue el cierre de las entidades educacionales. “Los concesionarios y el Estado tuvimos que hacer esfuerzos importantes para seguir entregando la alimentación a los niños, dado que lo que proveemos es la única alimentación que reciben en el día por lo menos el 70% de los niños”, relata Darío Calderón, presidente de Nutre Chile. Por eso, comenta que se ideó el sistema de entrega cada 15 días hábiles de canastas de alimentos en 15 mil establecimientos educacionales, jardines infantiles y salas cunas que contienen los productos para que se puedan cocinar en las casas.

El líder gremial revela que “como se tiene el supuesto que los colegios no reanudarán sus actividades antes de agosto, se está pensando en que habrá que seguir por a lo menos seis semanas más con esta modalidad de canastas de emergencia”. No obstante lo anterior, Calderón revela que al inicio de la pandemia los concesionarios enfrentaron problemas de desplazamiento para poder llegar con las canastas.

La escasez que encendió las alarmas

Los concesionarios pasaron de cocinar los alimentos en los colegios a tener que desplegar una inusitada logística para armar canastas de alimentos que tienen que durar 15 días hábiles. En ese contexto, distintos actores de esta industria reconocen que falló la cadena alimenticia en varias zonas, especialmente en las más extremas del país, como Chiloé, donde hay que llevar comida a alumnos de todas las islas.

Si bien esta semana se hizo la quinta entrega de la canasta desde que se inició la emergencia nacional -se han repartido más de seis millones de cajas-, Calderón asegura que hoy por hoy “se han atenuado en algo” los problemas de escasez, pero desclasifica que en abril y mayo “se vivieron momentos complicados”. Indica que hubo problemas en el abastecimiento de distintos productos, donde resaltaron los huevos, pastas, aceites y legumbres, lo que lo atribuye en parte a “la duplicidad con la canasta Covid”. El tema se solucionó con la importación de productos provenientes de países vecinos, afirma.

Parte de la solución a la escasez ha sido el reemplazo de alimentos, donde las concesionarias expresan que “es imprescindible que Junaeb sea flexible respecto a los productos de la canasta, entendiendo que los problemas de abastecimiento escapan a la voluntad y capacidad de los concesionarios”. En ese sentido, ejemplifica que reemplazaron huevos por atunes, o productos que tuvieran nutrientes similares para cubrir las 1.000 calorías que se le exige a cada alimentación diaria por niño, compuesta de dos raciones y un complemento para la tarde.

Alza del precio de los alimentos

“Hemos tenido muchas dificultades, como el alza tremenda de los productos, donde además los proveedores quieren el pago al contado, cuando antes nos daban un plazo de 30 o 45 días, por lo que hemos tenido que ocupar líneas de crédito, ahorros y todo lo que tenemos para salir adelante, porque no podemos no cumplir”, indica el dueño de una concesionaria que sirve a cerca de 15 mil niñas y niños del colegios de ciudades como Santiago y Concepción.

Otro concesionario, quien también prefiere no publicar su nombre, asegura que “los fideos que nos costaba $ 195 la unidad, ahora valen $ 490. Las legumbres que las comprábamos a $ 490 el kilo, ahora están hasta a $1.800. Los chicos tenemos problemas, porque los distribuidores prefieren venderles a los más grandes que les compran más cantidad”.

El presidente de Nutre Chile es tajante en señalar que “el alza que tuvieron los productos alimenticios fue fuera de lugar, lo que deja a los concesionarios en una posición muy debilitada, dado que han tenido que entregar las canastas sin que éstas cubran su costo, por lo que han tenido que hacer frente con recursos propios de su caja”.

Calderón indica que se han reunido con distintas autoridades gubernamentales para plantearles esta situación, evidenciándoles la realidad de las distintas regiones del país. Acusa que “hemos notado especulación de precio en los productos que compramos”.

Por lo anterior, el presidente de Nutre Chile comenta que le han hecho saber su preocupación por esta situación a las empresas que les venden los alimentos, como las de pastas, huevos y legumbres, y dice que “ha sido muy difícil hacerles entender que aquí el esfuerzo tiene que ser común, que no pueden aprovecharse de este momento de tremenda demanda para subir los precios”. Añade que “cuando ha habido abusos atroces, hemos enfrentado el tema y amenazado con denuncias de rigor. Les hemos solicitado a nuestros concesionarios asociados denunciar con documentos en mano, evidenciando la ostensible alza en los precios de algunos productos”. De todos modos, indica que estas denuncias aún no las concretan y que están en etapa de estudio.

¿El gobierno ha intervenido en este problema de precios? Calderón indica que sí, “han estado muy encima a través de Junaeb y la Contraloría General de la República, quienes están supervisando esta situación”. Sin embargo, el director de Junaeb, Jaime Tohá, expresa que “no tenemos ninguna denuncia formal sobre alzas de precios ni tampoco es resorte nuestro intervenir en esa materia”.

La primera empresa que cayó

Entre las distintas vallas que han tenido que sortear las concesionarias en medio de la crisis del coronavirus, hay una empresa que no pudo cumplir sus compromisos.

“Debido a repetidos incumplimientos y negligencias por parte de la empresa Dipralsa -que han impactado negativamente en la calidad y oportunidad del servicio de alimentación entregado a beneficiarios del programa de alimentación de las provincias de Chiloé, Llanquihue, Osorno y Palena-, Junaeb se vio en la obligación a dar término anticipado del contrato que mantenía con esta empresa concesionaria en la Región de Los Lagos”, detalla el director de Junaeb.

Sobre este caso, Calderón dice que se trata de “una empresa grande y antigua de nuestro gremio”, y reconoce que “ésta no pudo cumplir completamente la primera entrega de canastas -principalmente, por problemas logísticos derivados de la compleja situación geográfica y de abastecimiento del territorio que atendía-. Eso le significó un problema enorme y que Junaeb decidiera retirarle el contrato sin atender a sus descargos. Por suerte se pudo cubrir la entrega de comida, mediante trato directo, con un concesionario -Las Dalias- que funciona en zonas cercanas para no interrumpir el servicio”.

Con todo, distintos actores de la industria reconocen que cada vez es más complejo competir por problemas logísticos y economías de escala. Para poder hacer frente a estos complejos meses, algunos indican que han podido obtener créditos Fogape.

“La industria cada vez se ha ido consolidando en empresas grandes, porque las chicas no han podido resistir la competencia por escalas y la caída del precio en las licitaciones”, explica el líder de Nutre Chile.

Respecto a ayudas del gobierno que pudieran recibir las grandes concesionarias, Calderón opina que las firmas del gremio que dirige “son claramente empresas estratégicas y cada cual de manera individual ha conversado con las autoridades para acogerse a ayudas del Estado”. Remarca que el gran problema ha sido el aumento del salario de los funcionarios que manipulan los alimentos. Ilustra que hace cuatro años los salarios de este personal equivalían al 30% del valor de cada ración, y hoy es casi un 60%.

Empresas se ponen a disposición para colaborar en ollas comunes

Esta semana, un grupo de parlamentarios UDI propuso que la Junaeb pueda organizar un plan para las ollas comunes que existen a lo largo del país. Frente a esto, el director del organismo, Jaime Tohá, responde que “es una idea propuesta por algunos parlamentarios que deberán discutir las instancias pertinentes. Como servicio del Estado, hoy nuestra preocupación está en cumplir de la mejor manera para llegar con canastas individuales de alimentación a los estudiantes beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar y de Párvulos, donde, a la fecha, en los cuatro procesos de entrega, ya hemos distribuido 6.700.000 canastas, equivalentes a 80 millones de toneladas de alimentos”.

De todos modos, las empresas concesionarias de casinos Junaeb recogieron el guante ante la propuesta de parlamentarios.

El presidente de Nutre Chile, Darío Calderón, comenta que apenas supo de esa propuesta llamó al director de la Junaeb. “Me puse a disposición inmediata y le comenté que en caso que esto prosperara, cuenta con todo nuestro apoyo. Él valoró la ayuda e indicó que lo conversará con las autoridades”.

El líder gremial responde que no temen al rechazo que pueda significar la ayuda empresarial en sectores marginados.

“No tememos para nada, nuestros concesionarios cuentan con la experiencia, trayectoria y logística para llegar a los lugares más apartados del país”, remató.

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