Jóvenes le pasan la cuenta al fast fashion por el daño medioambiental

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La responsabilidad del 20% de la contaminación del agua y de grandes emisiones de gases de efecto invernadero se le atribuyen al sector en el que fue pionero Forever 21. La firma presentó su quiebra el domingo.


El complejo panorama del retail volvió a sentirse, pero esta vez no solo el avance del comercio electrónico es el responsable. El daño medioambiental del fast fashion jugó un rol fundamental en la pérdida de interés por Forever 21, la firma pionera en el sector, que el domingo se acogió al Capítulo 11 en Estados Unidos, a partir del cual pide protección por bancarrota.

La fórmula que estrenó la empresa en 1984, ropa barata y el lanzamientos de más de una docena de temporadas por año, alcanzó su máximo esplendor a principios de siglo, cuando -siguiendo a Zara de Inditex y H&M- comenzó a ofrecer piezas inspiradas en grandes diseñadores. Pero ahora los jóvenes le dan la espalda. Como lo reflejan las recientes protestas y el surgimiento de liderazgos como el de Greta Thunberg, su preocupación se centra en el desarrollo sustentable, materia en el que esta industria está al debe.

Cuestionamientos al modelo

En dos décadas el consumo de vestimenta ha aumentado 400% y considerando que para la elaboración de una polera se utilizan 2.700 litros de agua, la huella de carbón implicada es de marca mayor. De hecho, el sector textil es el responsable del 20% de la contaminación de agua, segundo después del petróleo, mientras que suma daños con el uso de pesticidas e insecticidas para la fabricación de fibra, así como con la quema de 2.625 kilos de ropa por segundo en el mundo, cantidad equivalente a llenar un Empire State y medio diariamente, de acuerdo a World Resources Institute.

"No es ningún secreto que la moda rápida ha sido responsable de un nivel catastrófico de contaminación ambiental. El trío del uso de materias primas, la contaminación del agua y las emisiones de gases de efecto invernadero son solo una parte de la historia", indicó a Forbes el experto en retail Sanford Stein, quien subraya que lo peor puede ser el "comportamiento circular", de comprar, usar y tirar en vertederos.

En ese marco, The New York Times reporta cambios en los hábitos de consumo de los jóvenes estadounidenses, por ejemplo, con el aumento de la preferencia de ropa de segunda mano. En tanto, en Europa las preocupaciones han escalado hasta la Comisión Europea, donde el año pasado se establecieron mecanismos de economía circular a implementar entre sus miembros a más tardar en 2025, en función de los desechos que se generan.

Desafíos para el sector

Pese a la toma de conciencia respecto a la contaminación de esta industria, que se suman a anteriores cuestionamientos por las condiciones laborales que ofrecen las fábricas del fast fashion, Forever 21 no logró reaccionar a tiempo al juicio de sus potenciales clientes.

"Esta era una marca que parecía estar arraigada para siempre en 1984. No se movió para adoptar la moda sostenible para sus mercados objetivo cada vez más preocupados por el medio ambiente", sostuvo a Pulso Jonathan Reynolds, vicedecano del Oxford Institute of Retail Management, quien también destaca las dificultades de la firma para ganar presencia online y enfrentar el encarecimiento del arriendo de tiendas, mientras "su red de tiendas aún extensa seguía muy expuesta".

Pero la compañía con sede en Los Ángeles no es la única firma de este sector en particular que enfrenta problemas. En el presente ejercicio Topshop anunció el cierre de sus 11 tiendas en EEUU, después de las 200 sucursales que bajaron sus cortinas en el Reino Unido en los últimos tres años. En tanto, de acuerdo a un informe reciente de Euromonitor Internacional, el crecimiento en H&M y Zara también se ha desacelerado.

De todas maneras, este tipo de empresas cuenta con margen de reacción en nuestra región. "La tendencia de moda ética ha ganado mucha relevancia en el mundo, pero el consumidor de América Latina aún no tiene mucha consciencia ambiental", indica Carmen Silva, analista de la mencionada consultora. Esto explica en buena medida que Forever 21 mantenga sus tiendas en Chile y el resto del vecindario, mientras se apresta a cerrar 350 en EEUU, Europa y Asia.

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