Que más de 800 mil argentinos se hayan reunido este sábado para presenciar la largada del Dakar en la Plaza de Mayo, es una notable muestra del fanatismo que despierta este evento deportivo en el país trasandino.

Este fervor se complementa con una gran cultura “tuerca” que por años ha levantado a grandes figuras del mundo motor y es razón suficiente para que la ASO haya optado por establecer la partida y la meta de esta versión (n°37) en la capital argentina, que durante todo el fin de semana tuvo el tránsito cortado alrededor de la Casa Rosada.

Para los expertos, esta pasión se debe, en parte, a la fecha en que se inicia la competencia. Desde 2009 (año en que el Dakar se traslada desde África a Sudamérica), el fútbol y el tenis del país vecino descansan en el calendario durante los primeros días del año.  De esta forma, el Dakar se toma los noticieros argentinos en enero, vanagloriando a figuras como Orly Terranova (autos), Javier Pizzolito (motos) o a los hermanos Patronelli (que este año no participan en la competencia).

Un gusto por los fierros que para Nicolás Espinoza, director del sitio deportivo Racing5.cl, tiene muchas décadas. “Mientras en Chile se diluía una gran cultura tuerca desarrollada en los años ‘80, cuando Las Vizcachas se repletaba de gente que iba a ver la Fórmula 3, Argentina alcanzaba una infraestructura local mucho mejor, con autódromos de calidad en cada una de sus provincias y comunas pequeñas”, reconoce Espinoza

Además, Argentina posee grandes exponentes del automovilismo como Juan Manuel Fangio en la Fórmula 1, Carlos Alberto Reutemann y el actual José María “Pechito” López, campeón del Mundial de Turismos. Para los fanáticos son una especie de “Maradona”, del mundo motor. Esto ha llevado además a que los argentinos sean también hinchas de ciertas marcas o equipos que están en el  Dakar. Así como son fanáticos por Boca o River, lo son por Chevrolet o Ford.

En cambio, en Chile, el único gran referente conocido a nivel global ha sido Eliseo Salazar. “Por ejemplo, en la Súper TC 2000 (categoría automovilística argentina), que se hizo por primera vez en el autódromo de Codegua en noviembre pasado, no fue masiva. Posiblemente, si hubiese sido en Buenos Aires, miles habrían acampado dos días antes para verla, algo que ya está sucediendo en los cerros por los que pasa el Dakar en Argentina”, dice Espinoza. De hecho, la versión 2014 del Dakar produjo una verdadera fiebre en los habitantes de la fronteriza ciudad de Salta. Algo que posiblemente volverá a repetirse este año.

Inversión

Pero también existe un importante apoyo por parte de las autoridades trasandinas. Por ejemplo, el gobierno argentino ha destinado US$28,55 millones para el Dakar 2015, superando lo invertido por los gobiernos de Chile y Bolivia. (US$4 millones y US$10,5 millones respectivamente).

“Es el evento turístico más importante de la historia argentina. Esta competencia representa una nueva oportunidad de promocionar a nuestro país en todo el planeta. Pero a la vez, una posibilidad renovada de apelar al turismo como herramienta para afianzar a las economías regionales”, declaró el ministro de Turismo de Argentina, Enrique Meyer en una conferencia de prensa, en los días previos a la partida del Dakar 2015.