Al menos dos grandes compañías mineras ahora se sienten cómodas con el nivel de riesgo político en Perú. Southern Copper Corp. y una unidad de la brasileña Nexa Resources SA presentaron ofertas el martes por el proyecto de cobre Michiquillay, que podría requerir más de US$2.000 millones para su desarrollo.

Un intento de subasta del proyecto en diciembre fracasó luego que los posibles postores decidieran no participar en medio de una crisis política que culminó en un intento del Congreso por destituir al presidente Pedro Pablo Kuczynski.

Al final, Southern ganó la subasta con un precio de transferencia de US$400 millones y una regalía del 3%, en comparación con los US$250 millones de Nexa y una regalía del 1,875%.

Pero hubo una larga lista de precalificados, que incluía a Cia. de Minas Buenaventura SA, Minsur SA, y unidades de Hudbay Minerals Inc., Hochschild Mining Plc y Rio Tinto Group, que no presentaron ofertas en la subasta del martes.