Robert Engle y el malestar social: "Culpan a la globalización, pero la responsable es la tecnología"

La elección de Donald Trump, entre varios otros eventos de 2016, reflejó el descontento de los ciudadanos con la globalización, pero bien se podría estar responsabilizando al factor equivocado. Así lo plantea Robert F. Engle, premio Nobel de Economía en 2003, quien culpa a la tecnología. De visita en Santiago para participar del seminario organizado por Western Economic Association International y la Universidad Católica de Chile, asegura que la globalización ha generado igualdad entre los países y que el proteccionismo no traerá de vuelta los empleos a EEUU.
¿Cuál es su interpretación del creciente descontento con la globalización?
-Es el creciente descontento de la clase trabajadora con su situación, pero han malentendido las cosas. Ellos culpan de su descontento a la globalización, pero la responsabilidad real es de la tecnología.
¿Cómo exactamente?
-La tecnología ha avanzado muy rápido y muchos trabajos que antes hacía la gente ahora son hechos por las máquinas, por lo tanto no se trata de que los empleos se estén yendo al extranjero. Cuando las compañías se van fuera de EEUU es porque van a buscar mano de obra barata, pero cuando no salen no contratan para nada. Las negociaciones en curso con la administración de Trump no van a traer de vuelta los puestos de trabajo, van a incrementar la robótica que se utiliza, por ejemplo, en la industria automotriz.
¿Se está juzgando mal a la globalización?
-La globalización ha hecho un trabajo increíble mejorando la distribución de ingresos entre países. China es un excelente ejemplo, porque la gente estaba en la pobreza 30 años atrás y ahora están en una mejor situación. Pero no es solo China, lo puedes ver en muchos países.
Trump sugiere que esto le está costando empleos a EEUU...
-No estoy de acuerdo, no creo que los empleos estarían en EEUU incluso si no hubiera globalización.
¿Qué pueden hacer las autoridades en este escenario?
-Tienen que pensar mucho esto, porque lo que hace la tecnología es reemplazar personas por máquinas. Tenemos varias teorías al respecto, pero continuamos diciendo que a la gente se le debiese pagar su productividad marginal y que a las máquinas se les debiese pagar su productividad marginal. Esos son conceptos económicos que describen por qué el sueldo de las meseras debiese subir pero quizá no tanto como piensa la gente. Las máquinas nos permiten hacer más con menos personas y eso es bueno para todos, porque tienes más cosas. Pero las personas no lo ven de ese modo. Los precios no paran de bajar en Walmart y en todas las grandes tiendas, pero la gente no se siente bien por eso, ellos sienten que están peor porque los sueldos no suben.
Sin embargo, la desigualdad ha aumentado y eso ha favorecido al populismo…
-Es verdad. Ellos lo atribuyen a los inmigrantes, a los acuerdos con China, pero esas no son realmente las causas. Una forma de enfrentar esta situación es reestructurar el sistema tributario para que los más ricos paguen más impuestos. Nuestro sistema tributario ya no es tan progresivo como solía ser.
La tecnología implica que casi todos los ingresos son ganados por las máquinas, de las que el capital es propietario. Hasta ahora la discusión se ha centrado en la eficiencia y no la equidad, y las autoridades políticas sí pueden hacer algo al respecto.
¿Por qué en medio de este proceso la gente tiende a encontrar respuestas en el nacionalismo?
-No hay una relación lógica desde el punto de vista económico, sí a un nivel sociocultural. Si piensas que los inmigrantes son los culpables de tu situación, entonces vas a encontrar respuestas satisfactorias en el nacionalismo.
¿Qué medidas económicas se pueden tomar para frenar fenómenos como el populismo y nacionalismo?
-Uno de los problemas es que muchas economías, no solo la de EEUU, se están desacelerando, y el impacto de eso lo reciben primero los trabajadores de bajos ingresos. La solución tradicional a la desigualdad de ingresos es el aceleramiento del crecimiento, así los salarios de todos suben y cuando eso sucede los de ingresos más bajos no se sienten con tanta desventaja.
En ese sentido, ¿cómo ve las propuestas de Trump?
-Una de las cosas que me gusta del programa de Trump es que quiere hacer mucha inversión en infraestructura. No sé exactamente cómo lo va a hacer, porque va en contra de lo que quieren muchos republicanos. No sabemos cómo va a impulsar esta agenda en el Congreso.
Sí va a poder recortar los impuestos a las corporaciones. En estos momentos, EEUU tiene las tasas de impuestos más altas a las empresas, pero nadie las paga. Se necesita reestructurarlos y hace sentido recortarlos y poner los incentivos para que las empresas no sigan saliendo para no pagar los impuestos en el país, porque nada tiene sentido si no hay una repatriación de capitales.
Dado el contexto, ¿qué espera para el bono del Tesoro?
-Las tasas van subiendo, no sólo porque la Fed está subiendo la tasa, sino porque el mercado las está empujando, las empezaron a subir a partir del 9 de noviembre.
¿Por qué el mercado hizo este movimiento tras la elección de Trump?
-La gente está muy dividida respecto al resultado de la presidencia de Trump. De hecho, hasta ese momento no habían pensado mucho en eso, porque nadie esperaba que fuera a ganar. Pero lo que queda es que él va a reducir la regulación e incrementar el gasto del gobierno. Reducir la regulación hace feliz a todos los bancos y si logra hacer avanzar su programa de gastos y reduce impuestos estarán muy contentas las corporaciones. Es de esperar que los mercados de acciones suban.
La duda es si seguirán subiendo los bonos. Eso dependerá de si los estímulos que pretende implementar en efecto logren incrementar el crecimiento, quizá aumenten la tasa de inflación y el déficit. Las administraciones republicanas tienen mucho déficit, el mismo Ronald Reagan, su más querido presidente en la era moderna, tuvo un déficit masivo, nadie recuerda eso.
En definitiva, ¿se siente optimista o pesimista respecto a EEUU?
-Soy optimista respecto a un montón de cosas en EEUU, pero también hay muchas políticas que podrían hacerle mal a la economía. Por el momento parece que Trump va a ser bueno para el mercado de acciones, pero él ni siquiera ha asumido el cargo y lo único que hemos visto es la elección de sus ministros, que -con todo respeto- es gente no calificada, por lo que podríamos ver algunos desastres.
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