Supervisión basada en riesgos: moderna, transparente y efectiva

Entrevista a Eric Parrado
07 de Noviembre de 2014/SANTIAGO_. Imagenes para El pulso, de la entrevista al Superintendente de BAncos, Eric Parrado_. FOTO: PEDRO CERDA/AGENCIAUNO_.

Por Eric Parrado. El objetivo es que la SBIF sea un supervisor bancario moderno y que contribuya a la estabilidad financiera del país, acorde con los desafíos que implica el uso de nuevas tecnologías en la industria, y las mejores prácticas a nivel internacional que se han desarrollado los últimos años.




La estabilidad financiera es el objetivo principal de toda agencia a cargo de la supervisión del sistema financiero. Para llevar a cabo con éxito esta responsabilidad, existen dos herramientas fundamentales, contar con un marco regulatorio prudencial moderno y un marco de supervisión efectivo.

Mientras el cumplimiento regulatorio ha sido una herramienta de supervisión estandarizada a nivel internacional, no existe tal consenso respecto de los modelos que pueden aplicar los supervisores para identificar y corregir en forma preventiva las prácticas inadecuadas de gestión que se pudieran observar en la banca.

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Esta materia, que ha cobrado gran relevancia tras las crisis bancarias de las últimas décadas, se conoce como enfoque de supervisión basada en riesgos y consiste en la evaluación de la calidad de la gestión de riesgos de las entidades supervisadas.

En Chile, la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) ha aplicado este enfoque desde hace aproximadamente dos décadas, pero durante los últimos cuatro años lo hemos perfeccionado con el fin de contar con un modelo de supervisión moderno y efectivo.

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Este desarrollo tiene que ver con nuestra meta de que la SBIF sea un supervisor bancario moderno y que contribuya a la estabilidad financiera del país, acorde con los desafíos que implica el uso de nuevas tecnologías en la industria, y las mejores prácticas a nivel internacional.

Indicadores de competitividad publicados por el Foro Económico Mundial y que incluyen aspectos relacionados con la estabilidad financiera de los países, posiciona justamente a la banca chilena en el puesto cinco de 144 países en el reporte de 2017-2018 y que contrasta con la posición diez en 2014. Esto solo demuestra que el comportamiento de la industria, su regulación y supervisión contribuyen a estos importantes logros.

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Dada nuestra experiencia, hemos orientado nuestro quehacer a promover aquellas materias que consideramos relevantes para que el sector financiero sea sustentable en el largo plazo, y hemos definido como un pilar de acción la necesidad de aumentar nuestra transparencia y accountability de modo de acercarnos a la comunidad.

En este contexto, recientemente la SBIF publicó por primera vez el documento "Modelo chileno de supervisión basada en riesgos", que describe el esquema de supervisión basada en riesgos aplicado al sistema bancario en Chile. El objetivo es el de contribuir a la generación de mayores niveles de consenso y convergencia internacional en materia de supervisión bancaria efectiva.

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La publicación de nuestro modelo de supervisión basado en riesgos busca que la comunidad y grupos de interés conozcan no sólo nuestro modelo de supervisión, sino también los resultados que hemos obtenido tras más de dos décadas de aplicación de este moderno enfoque.

En este documento damos a conocer los cinco elementos claves que han facilitado la aplicación exitosa del modelo de supervisión basado en riesgos por parte de la SBIF. El primero es la disponibilidad de un amplio y detallado sistema de información que permite el seguimiento oportuno de los riesgos.

Un segundo elemento es la aplicación de un proceso de supervisión intrusivo basado en el monitoreo in situ periódico a la totalidad de las instituciones, lo que se traduce en extensas revisiones con el objeto de clasificar la gestión de los bancos al menos una vez al año, y el mantenimiento de un contacto permanente con las principales contrapartes.

Un tercer elemento es la utilización sistemática de un conjunto de principios de buenas prácticas de gestión para evaluar a las entidades; mientras que el cuarto elemento es la creación de instancias de revisión transversal al interior de la SBIF, lo que ha facilitado la aplicación de criterios homogéneos de evaluación para las distintas entidades supervisadas y, a la vez, ha promovido la formación de un juicio supervisor basado en elementos objetivos consensuados institucionalmente.

Por último, un quinto elemento fundamental ha sido nuestra revisión y actualización permanente del modelo.

Esperamos que esta publicación sea un aporte al desarrollo de la supervisión bancaria efectiva en el futuro, y que contribuya a la generación de consensos a nivel internacional en materia de buenas prácticas en la supervisión bancaria.

*El autor es superintendente de Bancos e Instituciones Financieras.

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