
Tras casi 20 años intentándolo, mujer queda embarazada gracias a la inteligencia artificial
Tras casi dos décadas intentando ser padres, una pareja logró el embarazo gracias a un sistema de inteligencia artificial capaz de detectar espermatozoides invisibles al ojo humano. El avance marca un hito en la medicina reproductiva.

“Todavía me despierto por las mañanas y no puedo creer si esto es cierto o no”, dijo Rosie, de 38 años a Time, quien está embarazada por primera vez tras casi dos décadas intentando formar una familia junto a su esposo. Después de 15 ciclos fallidos de fertilización in vitro (FIV), decenas de tratamientos, cirugías y mucha espera, finalmente lo lograron gracias a un innovador sistema de inteligencia artificial llamado STAR.
Su caso es el primer caso documentado de embarazo conseguido mediante esta tecnología, desarrollada por el Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia en Estados Unidos. El sistema permitió detectar e aislar espermatozoides extremadamente raros en la muestra de su pareja, diagnosticado con azoospermia, una condición que afecta a algunos hombres infértiles y en la que no hay espermatozoides visibles en el eyaculado.
Tras casi 20 años intentándolo, mujer queda embarazada gracias a la inteligencia artificial
Detrás de este avance se encuentra el doctor Zev Williams, director del Centro de Fertilidad de Columbia, quien lideró durante cinco años el desarrollo del sistema STAR, sigla de Sperm Tracing and Recovery (Rastreo y Recuperación de Espermatozoides).
La herramienta combina un algoritmo de inteligencia artificial con un chip fluídico que analiza millones de células para encontrar espermatozoides en muestras que, a simple vista, y hasta bajo microscopio, parecen estériles. “Es como encontrar una aguja escondida en un pajar. Pero puede hacerlo en un par de horas, y con tanta suavidad que los espermatozoides que recuperamos pueden utilizarse para fecundar un óvulo”, explicó Williams.

La inspiración del equipo vino de una fuente inesperada: la astronomía. Así como los astrofísicos usan IA para detectar nuevas estrellas y planetas en el firmamento, Williams pensó que ese mismo enfoque podía aplicarse para encontrar células ocultas. “Si podemos observar un cielo lleno de miles de millones de estrellas e intentar encontrar una nueva, o el nacimiento de una nueva estrella, quizá podamos usar ese mismo enfoque para examinar miles de millones de células e intentar encontrar la que buscamos”, señaló.
La azoospermia representa alrededor del 10% de los casos de infertilidad masculina en EE. UU., y hasta ahora las alternativas para estas parejas eran escasas y muchas veces agresivas. Algunos métodos implicaban cirugías, uso de químicos que podían dañar el esperma o incluso depender de donantes.
Rosie -quien pidió usar un seudónimo para proteger su privacidad- y su esposo llegaron a contratar a un experto extranjero para intentar recuperar espermatozoides manualmente, sin éxito. Por eso, cuando escucharon hablar del sistema STAR a través de su comunidad judía ortodoxa, se aferraron a la esperanza. “Sabíamos exactamente qué era y qué intentaban hacer. Si podían obtener esperma de forma más natural, sin químicos, y con suerte, elegir los buenos... sabíamos que teníamos más posibilidades”, relató Rosie.
La implementación fue sencilla: STAR no requirió procedimientos adicionales al proceso estándar de FIV. La IA escaneó ocho millones de imágenes en apenas una hora, logró detectar y aislar espermatozoides en la muestra de su esposo y con ellos se fecundaron los óvulos. “Después de tantas decepciones, mantuvimos nuestras esperanzas al mínimo”, reconoció ella. Pero esta vez fue diferente. A las pocas horas, supieron que los óvulos habían sido fecundados con éxito y estaban listos para ser transferidos. Hoy, Rosie cursa su cuarto mes de embarazo.
Tecnología con potencial transformador
Más allá de este primer caso exitoso, Williams cree que STAR podría cambiar radicalmente la forma en que se abordan muchos casos de infertilidad masculina. Una de las pruebas más convincentes ocurrió durante la etapa de validación: los embriólogos revisaron durante dos días una muestra sin encontrar espermatozoides, pero STAR halló 44 en una hora. “Los embriólogos se esforzaron mucho, ya que no querían que una máquina los eclipsara”, recordó el médico.
Lo más revolucionario de STAR es que no solo detecta, sino que también recupera los espermatozoides localizados. De esta forma, se pueden almacenar o usar directamente para fecundar óvulos. El equipo también congela lotes de espermatozoides recuperados previamente, como respaldo, en caso de que el día de la ovulación no se encuentren nuevos.
El doctor Williams se muestra optimista: “El sueño es desarrollar tecnologías para que quienes les dicen ‘no tienen ninguna posibilidad de tener un hijo’ puedan ahora tener hijos sanos”. STAR es apenas el comienzo. Con el poder de la inteligencia artificial, la medicina reproductiva podría estar entrando en una nueva era.
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