El Instituto Nacional abre sus puertas a las mujeres

Retorno a clases en Instituto Nacional

Considerado uno de los bastiones de la educación pública chilena, en el emblemático liceo volvió a tomar fuerza la discusión: ¿Debe ser mixto el Instituto Nacional? La comunidad del liceo se muestra a favor del cambio. El rector del establecimiento, Fernando Soto, en esa línea afirmó que "ojalá sea mixto en el más breve tiempo".


Fue el jueves 28 de julio de 2016. El resultado de una idea que, desde hacía unos cuantos meses no dejaba de dar vueltas en su cabeza. Lo que nació como una suerte de inquietud, solo como una intención de seguir los pasos de su padre, de golpe, se transformó en una amenaza que, por primera vez en 203 años, logró percutir una tradición que parecía inquebrantable. Marina Ascencio, 11 años, estudiante de la Escuela Guillermo Matta, estaba decidida a ser la primera mujer en ingresar al Instituto Nacional.

La ilusión de la niña se tradujo en una carta que tuvo como destinatarios al rector del emblemático liceo, Fernando Soto; a la entonces alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y a la expresidenta Michelle Bachelet. "Yo quisiera hacer un cambio, porque encuentro que no debería haber escuelas separadas por género, porque si no, después en la universidad se dificulta la interacción con el otro género. En mi experiencia de colegio mixto he aprendido a actuar tanto con niños y niñas de manera igualitaria", rezaba un fragmento de la misiva.

La aparición de la carta en La Tercera -el 18 de septiembre- aceleró un proceso que, en determinado momento, parecía complicarse: llegaron las respuestas. Desde el municipio, por ejemplo, la alcaldesa expresó que "hemos instruido al director de Educación de la municipalidad que realice la propuesta formal a todos los consejos escolares de los colegios que no son mixtos a abrir nuevamente esta discusión, pero esta vez con un carácter más formal".

En definitiva, acaso con un final predecible, Marina vio apagarse su deseo de ingresar al colegio que formó a Carlos Ascencio, su padre. Sin embargo, esta suerte de lucha permitió que, con el tiempo, se avanzara en pos de su objetivo: cimentó las bases de un debate, hoy, más presente que nunca. ¿Debe ser el Instituto Nacional mixto?

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El miércoles 16, alrededor de las 12.15, los varios puñados de mujeres que aguardaban secretamente en las dependencias de la Casa Central de la Universidad de Chile rompieron la calma que reinaba en el Instituto Nacional. Un par de improvisados gritos en código de barrista, que apuntaban a la violencia de género y, más precisamente, a los últimos acontecimientos vividos al interior del establecimiento, detuvieron las clases de la jornada matinal. Las jóvenes, unas 200 cifran los presentes, provenientes del Liceo Carmela Carvajal, ingresaron al patio y consiguieron, durante unas cuantas horas, una toma feminista no menos simbólica que histórica. Más tarde se sumaron alumnas del Liceo 1 y del Liceo Tajamar.

El viernes 11 ya habían avisado. Las estudiantes se habían instalado en las afueras del Instituto Nacional para protestar por el mensaje machista que exhibían los alumnos del 4º L en sus tradicionales polerones: "Quién fuera bisectriz pa' partirte en dos y altura para pasar por tu ortocentro", fue la frase que desató el enojo. Dos días antes, el miércoles 9, una funcionaria haitiana denunció un caso de acoso al interior de la institución: un alumno la abrazó por la espalda y realizó movimientos de connotación sexual. Luego, raudo, escapó.

Frente a este escenario, el rector Fernando Soto asume que la comunidad institutana vive un momento delicado. "Hay una crisis y qué bueno que la haya, porque la pone en la reflexión de los niños, de sus familias y de los educadores. Como comunidad, permanentemente, estamos tratando de buscar las herramientas para que esto no se repita y podamos avanzar", afirma. Sobre el mensaje en la prenda de los alumnos, asegura que el profesor que lo permitió asumió su responsabilidad y que el curso "después de la denuncia femenina tomó conciencia, hizo una reflexión interna y decidió no usar más el polerón". En cuanto a la denuncia de la auxiliar de aseo, precisa que "estamos en pleno proceso para identificar la responsabilidad de quién es la persona que hizo esta broma intolerable".

¿Qué piensa acerca de la toma de las alumnas del Carmela Carvajal en el Instituto Nacional?

No estoy de acuerdo. Están equivocadas en algún sentido. A una niña que estaba encapuchada le dije: 'La primera funa que hay que hacer contra el machismo es en la propia conciencia de cada persona'. Todos tenemos, aunque no lo queramos, a veces, ciertas manifestaciones de esta herencia cultural, que el modelo y el sistema en el que estamos insertos nos inocula. No conozco ningún establecimiento educacional en Chile donde no haya alguna práctica, alguna manifestación de conducta machista. No se trata de culpar a un colegio en particular. Ha habido acá estudiantes que, desafortunadamente, han generado algún gesto impropio con sus parejas femeninas, y eso lo condenamos abiertamente. Pero le preguntaba a una niña dirigenta cuántos casos habían descubierto de esta naturaleza, en que alumnos del Instituto o exalumnos habían cometido actos reprobatorios. Me dijo que seis casos. En el contexto de 4.300 estudiantes, son muy reprobables, pero son seis casos. Estadísticamente es muy bajo. No por eso voy a culpar a la institución educacional en su conjunto.

Durante la movilización, estudiantes del Carmela Carvajal pidieron su salida, porque "potencia a los estudiantes en el machismo"...

Me parece una acusación pintoresca. Es como si yo les transmitiera a ella y a los estudiantes, de su liceo y del nuestro, exigir la renuncia de los papás de cada familia, porque puede que haya también prácticas machistas en las familias de toda la comunidad. Así de absurdo. Y no creo que ella haya tenido una mala intención, a lo mejor ella quiere transmitir alguna idea que quizás comparto, pero esa sentencia es absurda, en base a la ignorancia. En el Instituto Nacional hace un par de años trabajamos con la Fundación Iguales, hemos tomado contacto con la Fundación Transitar. Fuimos el primer colegio, el año pasado, que firmó en una ceremonia formal un convenio de colaboración con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, para pedirles apoyo en elementos teóricos, especialistas y profesionales para transmitir este mensaje a través de nuestro plan de estudios. Hemos hecho cosas y estamos en esa búsqueda permanente.

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Seguramente, la consigna más repetida en cada una de las marchas protagonizadas por los estudiantes en los últimos años tiene estrecho vínculo con el fin de la denominada educación sexista. En la actualidad, el Ministerio de Educación cifra en un 3,8% los colegios que operan exclusivamente para hombres o mujeres, entre los que destacan los "emblemáticos", como el Instituto Nacional, el Liceo Carmela Carvajal, Liceo 1, Internado Nacional Barros Arana y Liceo de Aplicación, entre otros.

En medio de una toma llevada a cabo en junio de 2017, y a partir de la petición para postular de Marina Ascencio, los alumnos del Instituto Nacional exigieron, por primera vez en su historia, un "plan de transformación efectiva de los liceos hacia liceos mixtos". Los estudiantes señalaban que la tradición monogenérica contribuía a normalizar conductas impropias. En aquel momento, el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, se abría a la posibilidad: "Claro que es posible, tenemos que trabajarlo y conversarlo, y por qué no. Yo creo en los colegios coeducacionales y que sean mixtos me parece bien".

Durante la semana pasada, el edil confirmó su posición: durante la presentación del programa "Por una educación no sexista", llamó a las comunidades escolares a replantear la posibilidad de que los establecimientos monogenéricos, 10 en Santiago, cambien a mixtos, con el fin de evitar la segregación y avanzar hacia una educación más inclusiva. Además, señaló que los liceos que se abran a esta opción contarán con la ayuda del municipio respecto de los cambios de infraestructura necesarios.

El Instituto Nacional fue uno de los primeros en ser mencionados. El rector Fernando Soto, en la misma línea que sus estudiantes y el alcalde, señala que "la discriminación por género en la educación escolar genera comportamientos que no son los más esperables en una conducta social. He tenido la posibilidad de trabajar en todo tipo de colegios y, tras largos años en colegios mixtos, uno descubre la naturalidad con que niñas y niños van descubriendo el mundo que los rodea sin las miradas parciales que la educación monogenérica va formando a los muchachos".

Asimismo, sobre la opción de que el Instituto Nacional pueda ser mixto, la autoridad no tiene dudas: "Absolutamente, ojalá sea mixto en el más breve tiempo. Estamos tranquilos, porque la autoridad municipal ha manifestado su apoyo a cumplir con las condiciones de infraestructura que requeriría el cambio. Pero esto tiene que ir de la mano de un proceso de rebajar la edad de ingreso del Instituto. A partir de una edad menor, los procesos de adaptación son mucho más naturales. Si yo ingresara el próximo mes niñas de cuarto medio generará alguna tensión, porque los muchachos no están acostumbrados en un contexto escolar. Ambos procesos deben ir de la mano", asegura.

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El martes 15, pasadas las 11 horas, el Centro de Exalumnos del Instituto Nacional (Ceain) se sumó al debate. Con un comunicado, dividido en 10 puntos, el organismo se refirió a las situaciones que enfrentó la comunidad escolar del establecimiento durante los últimos días. El mensaje, sin embargo, fue repudiado tanto en redes sociales como por sus estudiantes. La principal crítica apuntaba a que el contenido estuvo enfocado en destacar la excelencia académica del liceo y sus tradiciones, sin referirse mayormente a los casos de violencia de género.

En el texto, además, se puede desprender la posición de los exalumnos respecto de la posibilidad de que el liceo sea mixto. "El Instituto Nacional también promueve la libertad (...). En Chile, conviven diversos modelos educativos. Algunos que pocos ciudadanos pueden pagar, otros a los que muchos pueden acceder. Algunos de talentos especiales, muchos otros científicos, humanistas o técnicos. Algunos otros colegios o liceos exclusivamente de niñas o solo de niños, la gran parte mixtos. Esa es la diversidad que asegura la libertad", destaca el pronunciamiento.

El otrora ministro y senador Carlos Ominami es uno de los exalumnos que no están de acuerdo con esa posición. "He conversado con ellos y no estoy de acuerdo. Me parece que es un anacronismo y que no tiene que ver con el signo de los tiempos. Creo que hay que romper con la cultura machista y una manera de hacerlo es sobre la base de que liceos como el Nacional se transformen en liceos mixtos".

En esa misma línea, el expresidente del directorio de TVN Ricardo Solari afirma que "no veo en qué puede hacer mejor al Instituto tener personas del mismo sexo. Desde el punto de vista formativo, es indudablemente mejor que los niños y niñas aprendan y convivan desde muy pequeños. Solo puede ser positivo. Y, al revés, un Instituto Nacional solo masculino puede tener el defecto de reforzar conductas que no son las que nos proveen una mejor sociedad y una mejor convivencia".

Por su parte, el exministro de Educación Sergio Bitar señala que "los muchachos tienen que revisar su posición. Creo que un liceo público de la calidad del Instituto Nacional debe preservar esa característica en una posición de futuro. Y, en ese terreno, la presencia de jóvenes mujeres puede ser un factor que proyecte nuevas experiencias y visiones".

"La actual directiva tiene esa mirada, ellos dicen 'que el apoderado elija: si quiere un colegio de hombres o mixto'. Y está bien, tienen pleno derecho a tener esa mirada. No la comparto, pero la respeto", opina el rector Fernando Soto.

En conversación con Reportajes, sin embargo, el presidente del Ceain, Mario Benavides, fue más cauto respecto de su postura. "Existen opiniones en ambos sentidos por parte de nuestros representados: unos están por hacerlo mixto y otros que siga siendo de hombres. Lo importante para nosotros es que siga esa tradición de ser un liceo de excelencia, laico y respetuoso de los valores de la persona humana, independiente de que sea o no mixto".

"Concordamos con el planteamiento del alcalde de Santiago en el sentido de que el traspaso del Instituto Nacional a liceo mixto debe ser un planteamiento hecho por el Consejo Escolar, con el acuerdo de la comunidad. Lo importante es preservar que nuestro buque insignia de la educación pública siga en la senda de la excelencia, mérito y esfuerzo que nos caracteriza por 205 años de existencia", cierra.

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Desde hace cuatro años, Fernando Soto sostiene conversaciones con los distintos centros de estudiantes para avanzar progresivamente hacia una educación mixta en el liceo: está convencido de que ese es el camino que debe seguir el Instituto Nacional. Sabe, sin embargo, que se trataría del fin de una tradición, de un tema sensible que no se puede imponer por decreto. Su estrategia, entonces, es otra: a través de la persuasión.

"Lo que intentamos es convocar a la reflexión, que la comunidad se informe de las experiencias, para ir cautivando con esta idea. Esta es una comunidad dinámica: hace un tiempo, antes de la presidencia actual, la mayoría se negaba a la opción. Si uno hace el mismo ejercicio entre profesores, las cifras no son tan dispares. En los apoderados y exalumnos pasa igual. La idea es que sumemos gente a esta propuesta y que cada cual pueda opinar con conocimiento de causa", explica.

¿Se pone algún plazo?

Yo quisiera que no tuviéramos más pérdidas de clases, para dejarle espacio a esta reflexión, que es necesaria. Y quisiera que esto se dé en el corto plazo, que ojalá en el próximo bimestre podamos tener este programa desarrollado, habiendo ofrecido a la comunidad distintas miradas de expertos e investigaciones para que cada cual construya su opinión.

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