Deportes: La danza más larga del haka
Nueva Zelanda afina cada detalle para el mundial de Rugby 2011 que se inicia el próximo 9 de septiembre. Acá sólo se habla de rugby: ya se sienten los beneficios de los fanáticos que están llegando, pero también sus costos.

En Nueva Zelanda todo ha pasado a segundo plano. Todo menos una cosa: el Mundial de Rugby. Por uno u otro motivo el evento empapa y es imposible permanecer indiferente. Guste o no, eres parte de esto. El cajero automático se encarga de alimentar tu ansiedad recordándote desde el primer mes del 2011 las horas, minutos y segundos exactos que quedan para el comienzo.
La televisión, por su parte, te inyecta una sobredosis de mundial por la mañana, tarde y noche. Y qué menos se puede esperar. Se trata definitivamente del evento deportivo más importante que se ha llevado a cabo aquí. Porque pese a que fueron los dueños de casa durante el primer mundial, en 1987, en esa época esta actividad no contaba con el interés que hoy tiene en el mundo.
Esta vez la inversión ha sido importante. No tienen miedo. Los esfuerzos están puestos en satisfacer las expectativas del alto número de visitantes que desde hace unos días están llegando. Que nadie diga que el organizador no estuvo a la altura de las circunstancias. Por eso, el tema de que Nueva Zelanda invirtió US$ 310 millones y que espera recibir US$ 280 millones en concepto de entradas desde hace bastante tiempo que dejó de ser prioridad. Con los ingresos que dejarán los más de 75 mil visitantes que se esperan durante los 45 días que dura el certamen probablemente todos quedarán contentos. Además, Auckland estrenó calles peatonales y nuevos servicios de autobuses gratuitos que van desde el centro de la ciudad hasta el principal estadio, Eden Park, lugar en el que se concretarán los partidos más importantes.
Si bien es cierto que el trágico terremoto ocurrido en Christchurch hizo que la copa del mundo arrancara con el pie izquierdo el 2011, finalmente se levantó y aquí está. Y aunque los partidos que se disputarían en Christchuch fueron trasladados de locación, esto definitivamente se ha transformado en un verdadero bálsamo para las heridas.
Sin embargo, eso de que la felicidad de unos es la tristeza de otros aquí parece ser cierto. "Debe usted entregar las llaves de esta propiedad por la temporada de rugby; voy a arrendar el inmueble a un precio mucho más elevado", dijo sin titubear el propietario de una casa en Auckland a sus sorprendidos arrendatarios. Asimismo, algunos estudiantes también han debido asumir nuevos precios.
Todas estas discusiones quedarán en suspenso cuando se inaugure el campeonato el próximo 9 de septiembre. En un país donde incluso se dice que el rugby es como una religión no se hablará de otra cosa. Y como buenos locales, sumado a la tradición, los All Blacks se saben favoritos, a pesar del último tropiezo en la cancha. La semana pasada Australia se adjudicó el torneo de las Tres Naciones, en el cual también participa Sudáfrica, lo que fue tomado acá como un gran balde de agua fría, una desilusión que golpeó el ego, un llamado de alerta.
Incluso algunos sostienen que esta última derrota podría hacer crecer a un grupo que deberá aprender a lidiar contra la fuerte presión que genera ser favorito para así poder levantar por segunda vez -tal como lo hicieran en 1987- la anhelada copa. Y probablemente, entonces, la tradicional danza de guerra haka, que acostumbran efectuar antes de cada partido, intimidará más que nunca al rival.
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