Talento subutilizado: solo el 29% de los altos cargos en el mundo son ocupados por mujeres según nuevo informe
El Índice Global de Brecha de Género 2025 del Foro Económico Mundial revela que se ha cerrado un 68,8% de la brecha a nivel mundial, con Islandia nuevamente a la cabeza. América Latina es la región con el ritmo de avance más rápido, pero la participación económica y el empoderamiento político siguen siendo los mayores desafíos.

Aunque la igualdad de género ha registrado avances en las últimas décadas, los progresos son todavía demasiado lentos. Según el Global Gender Gap Index 2025, si el mundo mantiene su velocidad actual, la paridad plena solo se alcanzará en el año 2148. La brecha de género persiste en todos los sectores, especialmente en la participación económica y el liderazgo político, a pesar de que en muchas regiones las mujeres superan a los hombres en educación superior.
Islandia encabeza el ranking global por 16° año consecutivo, con un 92,6% de su brecha cerrada. Le siguen Finlandia (87,9%), Noruega (86,3%) y Nueva Zelanda (82,7%). Todos los países del top 10 han cerrado más del 80% de sus brechas. Sin embargo, ninguna economía ha logrado aún la paridad plena.
Un progreso desigual
El informe 2025 del Índice Global de Brecha de Género, elaborado por el Foro Económico Mundial, mide la equidad entre hombres y mujeres en 148 economías a través de cuatro dimensiones: participación económica, logros educativos, salud y supervivencia, y empoderamiento político.
Este año, el índice global se sitúa en un 68,8%, lo que significa que se ha cerrado poco más de dos tercios de la brecha. Sin embargo, el ritmo de avance sigue siendo extremadamente lento. “En base al progreso colectivo de las 100 economías analizadas desde 2006, se proyecta que tomará 123 años alcanzar la paridad total”, advierte el informe.
Islandia encabeza el ranking global por 16° año consecutivo, con un 92,6% de su brecha cerrada. Le siguen Finlandia (87,9%), Noruega (86,3%) y Nueva Zelanda (82,7%). Todos los países del top 10 han cerrado más del 80% de sus brechas. Sin embargo, ninguna economía ha logrado aún la paridad plena.
América Latina: avances y contrastes
A nivel regional, América Latina y el Caribe ocupa el tercer lugar en el ranking, con un 74,5% de paridad alcanzada. Lo más destacado: es la región con el ritmo de avance más rápido desde 2006, con una mejora de 8,6 puntos porcentuales. “Cada economía de la región ha cerrado al menos el 50% de su brecha económica”, señala el estudio.
En empoderamiento político, la región también muestra cifras relevantes. “América Latina y el Caribe ocupa el segundo lugar global con un 35,0% de paridad política. Quince economías han tenido a una mujer como jefa de Estado en las últimas cinco décadas”, destaca el documento. Nicaragua y México, además, han alcanzado paridad total en el parlamento.
En educación, el panorama también es alentador: 10 de los 23 países de la región han alcanzado la paridad educativa, y los demás están a menos de 3 puntos porcentuales de lograrlo.
Una de las mayores paradojas que revela el estudio está en la relación entre educación y empleo: “Las mujeres superan a los hombres en los niveles de educación terciaria, pero siguen subrepresentadas en la fuerza laboral y en roles de liderazgo. Solo el 29,5% de los altos cargos con educación universitaria son ocupados por mujeres”.
Participación económica: el gran pendiente
A pesar de los avances, la participación de las mujeres en el mercado laboral y en puestos de liderazgo sigue rezagada. A nivel global, el índice de participación económica se sitúa en apenas un 61,0%.
Aunque hay avances en sectores tradicionalmente masculinizados —como infraestructura, donde la participación femenina aumentó 8,9 puntos porcentuales—, persisten los estereotipos de género. “Las mujeres aún están concentradas en sectores de baja remuneración y centrados en el cuidado, como salud (58,5%) y educación (52,9%)”, sostiene el informe.
Una de las mayores paradojas que revela el estudio está en la relación entre educación y empleo: “Las mujeres superan a los hombres en los niveles de educación terciaria, pero siguen subrepresentadas en la fuerza laboral y en roles de liderazgo. Solo el 29,5% de los altos cargos con educación universitaria son ocupados por mujeres”.
Liderazgo político: grandes brechas y lento avance
El empoderamiento político es la dimensión con menor progreso: solo un 22,9% de la brecha se ha cerrado. A pesar de avances en representación ministerial y parlamentaria, las mujeres siguen estando poco representadas en carteras clave como economía, defensa o infraestructura.
A nivel mundial, solo un tercio de las presidencias de parlamentos están ocupadas por mujeres, y menos del 10% de las economías han tenido paridad política a nivel de jefatura de Estado.
El informe también advierte sobre un estancamiento postpandemia. “Entre 2015 y 2024, la participación femenina en cargos de alta dirección aumentó de 25,7% a 28,1%, pero el progreso se ha ralentizado desde 2022”, indica el documento.
Desafíos estructurales y brecha de implementación
Más allá de los datos, el informe subraya un obstáculo persistente: la desconexión entre la legislación y la realidad. “Existe una brecha de implementación casi universal. Incluso las economías con marcos legales avanzados muestran grandes diferencias en el apoyo práctico a la igualdad de género”, advierte el informe.
También destaca que, a nivel mundial, las mujeres son 55,2% más propensas que los hombres a interrumpir sus carreras por responsabilidades de cuidado, y lo hacen durante períodos más largos (19,6 meses frente a 13,9 meses en promedio).
Riesgos emergentes: transformación tecnológica y fragmentación comercial
El documento finaliza con una alerta sobre los riesgos de retroceso en los avances logrados. La transformación tecnológica y las tensiones geoeconómicas podrían impactar negativamente el progreso femenino. “Las mujeres, especialmente en economías de ingresos bajos y medios, han logrado acceder a empleos formales mejor remunerados en sectores exportadores. Sin embargo, estos empleos están en riesgo ante posibles contracciones del comercio”, advierte el informe.
La pandemia de COVID-19 dejó en evidencia que los impactos económicos afectan a mujeres y hombres de manera distinta, siendo más duraderos y difíciles de revertir en el caso femenino. Por ello, el Foro Económico Mundial llama a mantener el enfoque de género en las políticas comerciales y de crecimiento económico.
El Índice Global de Brecha de Género 2025 muestra un panorama mixto: avances concretos en educación, mejoras en liderazgo económico y un creciente protagonismo político femenino en algunas regiones. Pero también evidencia una ralentización en áreas clave y una persistente desigualdad estructural.
“Cerrar las brechas de género no es solo una cuestión de justicia social; es una estrategia fundamental para el crecimiento, la innovación y la resiliencia económica”, concluye el informe. El desafío no es menor: acelerar la paridad en un mundo cada vez más complejo y fragmentado.
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