¿Sabían que un arquitecto chileno estuvo a cargo de diseñar un museo en Qatar? Así como de impresionante se escucha esa pregunta, el estudio de arquitectura Elemental, dirigido por el laureado Alejandro Aravena, recibió el encargo de convertir un antiguo molino de harina en la costa de Doha, en una nueva institución cultural.

El futuro Museo Art Mill, que formará parte de la ruta de museos en la capital de Qatar, será un hito que unirá aún más a estas dos naciones. Un puente cultural en expansión, sobre el cual el propio Aravena destaca el impacto que este tipo de obras tiene en la vida de las ciudades.

“La arquitectura, en el fondo, es darle forma a los lugares donde la gente vive... No es más difícil que eso, pero tampoco más fácil”, comentó. “Lo que importa es entender cuáles son las fuerzas en juego que informan la forma de esos lugares”, explicó.

El proyecto del Museo Art Mill en Doha es solo una muestra de los desconocidos lazos que nuestro país y Qatar han forjado, y que este 2025 se verán acrecentados con la iniciativa “Years of Culture”, que eligió este año tanto a Chile como a Argentina como sus países asociados.

“Qatar es una cultura diversa y distinta a la nuestra, pero hay algo en el desierto que se siente cercano... Ese equilibrio entre algo nuevo y algo familiar está en el núcleo de nuestro trabajo como arquitectos”, planteó Aravena, ganador del Premio Pritzker, principal premio de arquitectura en el mundo y que en marzo pasado fue parte de un encuentro clave de “Years of Culture” Qatar - Chile en el Centro de Innovación UC, donde discutieron el impacto del arte, la arquitectura y el deporte en la construcción de sociedades más innovadoras y sostenibles.

Educar desde el cruce de culturas

“Years of Culture” es un programa lanzado en 2012 con el objetivo de generar intercambios culturales globales. Desde esa fecha, Qatar ha impulsado iniciativas que abarcan desde el cine y la educación hasta el desarrollo urbano, con socios en países como Reino Unido, Francia, Japón o Brasil.

Una de las áreas más apoyadas es la educación. Así fue con el foro ”Reimaginar la educación: nuevos caminos para la innovación educativa”, que se realizó en junio pasado en Chile como parte del programa. La jornada, organizada por la Fundación Reimagina, reunió a especialistas en políticas públicas, docentes y líderes de proyectos educativos con un objetivo claro: repensar la enseñanza desde la colaboración y la creatividad.

Desde Qatar llegaron representantes de la Qatar Foundation y Qatar Museums, instituciones que desde hace años trabajan en la intersección entre cultura, innovación y aprendizaje. Aurelio Amaral, Director de Programas en WISE (Cumbre Mundial de Innovación para la Educación), explicó durante el encuentro que “la innovación requiere un enfoque sistémico que conecte ideas locales con marcos globales”. “Es justamente eso lo que la hace escalable y resiliente”, precisó Amaral a este medio.

Desde Chile, Ana María Raad, fundadora de Reimagina, añadió: “La transformación educativa no ocurre de manera aislada... Necesitamos redes, intercambios y compromiso práctico con los desafíos del siglo XXI, desde la alfabetización digital hasta la creatividad y el pensamiento crítico”.

El foro también sirvió como vitrina para AprendoLAB, una de las seis iniciativas finalistas del premio WISE 2024-2025, un reconocimiento en el área educativa otorgado por el Emir, que actualmente se está implementando en escuelas de Chile, México y Ecuador. El proyecto busca fortalecer la conexión entre docentes y estudiantes mediante recursos digitales orientados a reducir las brechas educativas y tecnológicas.

“Esta es una apuesta por soluciones que ya tienen trayectoria... No hablamos de respuestas perfectas, sino de esfuerzos comprometidos que vale la pena acompañar”, señaló Amaral respecto al reconocimiento a AprendoLAB y otras experiencias que han sabido crecer desde lo local.

La educación como práctica cultural y experiencia comunitaria es otro de los caminos que se deben impulsar en esta década. Así lo señala Hazem Idriss, subdirector de Desarrollo Comunitario en Qatar Museums, quien durante su intervención defendió que “lo más valioso ha sido ver cómo el aprendizaje mutuo entre estudiantes, artistas y territorios puede generar confianza y nuevas formas de conocimiento compartido”.

Idriss dejó la puerta abierta para que los aprendizajes del programa internacional de voluntariado de Qatar Museums, que promueve el intercambio de saberes entre jóvenes qataríes y comunidades locales del mundo, pueda replicarse con personas del país. “Esto no tiene que ver con una agenda diplomática, sino de una conexión humana”, explicó sobre el enfoque de la organización.

“No queremos solo observar desde afuera... Queremos trabajar junto a las comunidades y es ahí donde ocurre el verdadero intercambio”, complementó Idriss al referirse a los talleres realizados en zonas rurales de Chile.

Sabores del sur en pleno Doha

Si las madres chilenas cocinan porotos granados en pleno verano, el Chef chileno Benjamín Nast no iba a ser la excepción en pleno Doha, capital de Qatar conocida por sus altas temperaturas. El experto sirvió un clásico de las recetas locales en la última versión del “Qatar International Food Festival” (QIFF), el principal encuentro gastronómico del país.

Él fue uno de los tres cocineros locales, sumando a Nicolás Gárate y Victoria Blamey, que llevaron los sabores y especias del país, siendo también parte de este programa cultural en 2025. El QIFF 2025 reunió a más de un centenar de chefs de todo el mundo en torno a experiencias culinarias abiertas al público, como clases, cenas temáticas y demostraciones en vivo. En ese escenario, los sabores de Chile se abrieron paso en el desierto.

“Representar a Chile en cualquier parte del mundo es algo único para cualquier cocinero”, comentó Gárate, conocido por ser el CEO en la Academia Gastronómica Internacional, donde ha desplegado su labor formativa para que otros puedan replicar el sabor nacional alrededor del Globo.

“Traer un trozo de Chile a Doha fue súper interesante y repleto de aprendizajes... Desde lo cultural a lo impresionante de la organización, creo que estas instancias son sumamente poderosas para potenciar culturalmente a nuestros países y nuestras cocinas”, afirmó, enfatizando que la cocina latina tiene mucho que decir. Además, dijo que “tenemos una cantidad gigante de recursos que son maravillosos y que el mundo debe conocer”.

Por su parte, Nast, quien también es conocido por su rol como jurado en la última versión del programa de TV “TopChef Vip”, apostó por una carta 100% nacional. “Fui con un recetario local con productos chilenos, mostrando nuestra identidad en cada plato”, apuntó, quien además de los porotos, preparó un menú inspirado en el mar.

Desde Nueva York hasta Qatar, Victoria Blamey, radicada hace 21 años en Estados Unidos, donde ha forjado una trayectoria en cocinas de alta gama, fue la tercera representante nacional. Para Blamey, ser parte de este tipo de eventos que destacan el talento chileno es especial, particularmente porque le permiten volver al país gracias a la magia de los alimentos y sus sabores. “Fue una experiencia multicultural increíble y espero volver el próximo año”, señaló.

De vuelta a los museos

Si algo une a estos dos países fácilmente son nuestros paisajes desérticos. En pleno San Pedro de Atacama, una comisión de Qatar Museums participó en el Congreso ICAHM, el máximo encuentro de actores relevantes para la arqueología mundial que se realizó en mayo pasado.

La delegación qatarí, que se sumó a cientos de especialistas de todo el mundo, conectó las prioridades de su país en conservación con una apuesta por el intercambio intercultural. En palabras de Abdullatif Al Jasmi, director de Protección del Patrimonio Cultural, la tarea es “compartir nuestro compromiso con la protección del patrimonio mediante alianzas inclusivas”.

A lo realizado en el norte de Chile, Qatar Museums coorganizó un taller de cinco días dirigido a profesionales locales del área patrimonial. El programa incluyó ejercicios prácticos, visitas a terreno y debates en torno al marco internacional People-Nature-Culture (PNC), con foco en el cambio climático, el desarrollo futuro y la gestión comunitaria del patrimonio. Reuniones con arqueólogos, gestores culturales y representantes de instituciones chilenas fueron parte de las actividades que finalmente tenían un objetivo en común: establecer colaboraciones de largo plazo más allá del calendario oficial de “Years of Culture”.

Lo que vendrá con “Years of Culture”

El compromiso de ambos países permitirá durante lo que queda del año disciplinas como el arte o el deporte. En específico, directivos de “Years of Culture” formalizarán una alianza con el club Palestino, que posee reconocimiento entre los fanáticos árabes, siguiendo su participación en los diferentes torneos.

Se prevé que para el segundo semestre el elenco de Palestino viajará hasta Doha para realizar una serie de partidos con equipos de la liga local Qatar Stars League. A lo largo del año se anunciarán más actos y celebraciones comunitarias. Para obtener información actualizada, revisa “Years of Culture” en las redes sociales o el sitio web yearsofculture.qa.