Paolo Bortolameolli: "No hago diferencias entre las músicas"

BORTOLAMEOLLI
A sus 37 años, Paolo Bortolameolli ya es una figura con nombre propio, a nivel internacional, de la dirección orquestal. Foto: Juan Farías

Con Gustavo Dudamel partió siendo una relación profesional y se fue convirtiendo en amistad. Él sigue siendo mi mentor, y además he sabido que habla bien de mi trabajo en todos lados.  Soy como su protegé, y para mí, él es como un ángel.


Como las ideas le vienen con rapidez, cuando habla matiza esa velocidad con una gestualidad carismática. Paolo Bortolameolli (1982) no tiene miedo de profundizar en un concepto, de reflexionar en voz alta o de expresarse en forma emotiva. Y hoy ese ritmo vertiginoso con el cual se comunica se está espejando en su actividad musical: no solo es director asociado de la Filarmónica de Los Ángeles, en Estados Unidos, y director invitado principal del Municipal de Santiago, sino que, además, está consolidando un circuito en Estados Unidos y Europa, y expandiendo su acción hacia Asia.

De hecho, el próximo domingo viajará a Hong Kong, para presentar allá un proyecto musical-teatral que él mismo desarrolló con la compañía TeatroCinema, hace un par de años, cuando era director asistente de la Filarmónica de Los Ángeles: La Canción de la Tierra. Esta relectura de la obra de Mahler tuvo un éxito rotundo en la ciudad estadounidense, y el verano pasado el propio Bortolameolli lo presentó en Santiago, a tablero vuelto, con la Sinfónica de Chile.

"Gracias a la gestión de la Fundación Teatro a Mil vamos a llevar este proyecto a un festival en Hong Kong.Vamos con los mismos cantantes, Evelyn Ramírez y Javier Weibel, y con todo el elenco de TeatroCinema, y allá se nos va a sumar la Filarmónica de Hong Kong. Estamos súper entusiasmados", dice el músico chileno, de 37 años.

"Este proyecto de La Canción de la Tierra es un buen ejemplo de la innovación que caracteriza a la LA Phil. La gente va a los conciertos en el Disney Hall para saber con qué los va a sorprender cada semana. Es un verdadero faro que enciende la escena cultural y la proyecta en el entorno. Más encima, tienen un director musical como Gustavo Dudamel, que es tremendamente querido por el público, por su carisma y por su talento", enfatiza.

¿Cómo es su relación con Gustavo Dudamel?

Partió siendo una relación profesional y se fue convirtiendo en amistad. Él sigue siendo mi mentor, y además he sabido que habla bien de mi trabajo en todos lados.  Soy como su protegé, y para mí, él es como un ángel.

¿Qué implica su nuevo puesto de director asociado de la Filarmónica de Los Ángeles?

Implica cada vez más responsabilidades artísticas.Esta temporada tengo mi primer concierto oficial de abono, volveré al Hollywood Bowl y conduciré música contemporánea en el ciclo Green Umbrella. Además, voy a desarrollar proyectos artísticos propios, porque en la LA Phil son súper jugados y cuando ven buenas ideas las quieren apoyar. El Ponle Pausa, por ejemplo, les encantó y me pidieron que desarrollara videos educativos allá también.

Para el músico chileno, la LA Phil es exitosa porque es innovadora. "Es la orquesta que hace más comisiones a compositores al año, y al mismo tiempo hace programas sinfónicos con artistas pop como Moby, Coldplay y Katy Perry, lo que atrae a públicos súper transversales. En lo personal, soy fanático de Beatles, Queen y Doors, me gusta el rock clásico y, de los grupos más nuevos, Radiohead. Además, soy cinéfilo, me encantan Kubrick, Bergman y Hitchcock, y soy un fanático fiel de la trilogía original de Star Wars", revela.

Por eso le emocionó tanto conocer a John Williams, compositor de esa trilogía y asiduo a los conciertos de la LA Phil. "Es un encanto de ser humano. Tengo una partitura suya autografiada", confiesa.

La emoción de un estreno

Hace una semana, Bortolameolli debutó de una manera muy singular en Polonia: lo invitaron a dirigir la Orquesta de la Radio Nacional del país, en la apertura del Festival Lutoslawski, nada menos que con la Primera Sinfonía de Penderecki y la Segunda de Lutoslawski. "La sala de conciertos era fantástica, y la audiencia, ávida e informada. La recepción fue genial. Ahora que lo pienso, fue impresionante. Con tantas cosas que van pasando en lo profesional, a veces no te das el tiempo para darle el peso a cada una de esas cosas", reconoce.

En esta etapa de su carrera, lo cierto es que Bortolameolli debe ejercitar la versatilidad para responder a los distintos repertorios que lo invitan a abordar.

"La semana anterior al Festival Lutoslawski estuve en Portugal dirigiendo un repertorio estándar, que es lindo, por supuesto, pero que incluía hasta la suite del Cascanueces, más 'oreja' imposible. Y cinco días después, Lutoslawski en Varsovia. Hay diferencias, claro, estéticas, de lenguajes, de contextos y de estilos, pero desde el punto de vista del ejercicio mismo de la música, al final es lo mismo: es la expresión inevitable del creador en su momento. Y por eso yo no hago diferencias entre las músicas", asegura.

¿Pero tiene compositores favoritos?

Sí, tengo a mis favoritos para dirigir, que son territorios donde me siento más cómodo: Beethoven, Mahler, por supuesto, y el primer período del siglo XX me encanta, Schoenberg, Berg, Shostakovich, Prokofiev. Pero también me fascina estrenar obras; la emoción de abrir una partitura que no ha sonado jamás, descubrirla, trabajar con el compositor. Es súper lindo vivir en carne propia el proceso de la creación, que por lo demás siempre ha sido así. Todos los compositores trabajaron con los intérpretes, porque la música, como toda arte escénica, vive del momento en el cual se interpreta, y no en el papel. Pongámonos filosóficos: la Sinfonía Eroica de Beethoven tiene que sonar para existir, el papel es solo la idea de esa música. Incluso en un consagrado como Beethoven, su música podría llegar a morir si no se toca.

¿Ha trabajado con compositores chilenos?

Claro. Lo que más me resuena es el encargo que le hice el año pasado a Miguel Farías. Como en el programa con la Filarmónica de Santiago estaba la Séptima Sinfonía de Mahler, que a él también le encanta, se le ocurrió hacer una extensión de esa obra agregando un tercer Nocturno, pero latinoamericano. ¡Fue una obertura perfecta!

¿Cómo es una semana de Paolo Bortolameolli?

Uffff (ríe). Bueno, son todas distintas. En Santiago, en general, uno tiene cinco días de ensayo, parecido al Festival Lutoslawski, que fueron cuatro días. En las orquestas profesionales norteamericanas suelen tener dos ensayos, y en el Hollywood Bowl se hace un ensayo en la mañana y "nos vemos en la noche, caballeros" (ríe).

A la vuelta de Hong Kong, su agenda se acelerará. A fin de mes debutará con la Sinfónica de Detroit, y en marzo lo hará con la Filarmónica de Louisiana. Después, tiene compromisos con dos o tres orquestas al mes, tanto en Norteamérica como en Europa.

En Chile se destacan dos espectáculos que asumirá en su nueva posición de director invitado principal de la Filarmónica de Santiago. A fines de abril abordará la Novena Sinfonía de Mahler, la misma obra que tenía programada para agosto de 2019 con la Sinfónica, pero que fue suspendida por el CEAC, entidad que administra a la orquesta.

Nuevamente en el Municipal, pero en agosto, Bortolameolli dirigirá una nueva producción de El buque fantasma, de Wagner, con régie de MarceloLombardero.

"He sido wagneriano desde niño, y aunque El buque fantasma es una obra juvenil que todavía exhibe un espíritu italiano, Wagner ya le da protagonismo a la orquesta", comenta.

Padre pleno

Bortolameolli cuenta que ha organizado su calendario para residir entre Los Ángeles y Santiago. "Ahora tengo mi casa acá, en Santiago, donde vivo con mi hijo de cinco años, porque estoy separado. He logrado compatibilizar la agenda internacional con el rol de padre pleno. Siento un amor irrefrenable por lo que hago como músico, y amo también a mi hijo con la misma intensidad. Hablamos todos los días, en persona o por skype, y mi red familiar me ayuda mucho cuando no estoy".

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