Macarena Ponce de León, directora del Museo Histórico Nacional: “La historia y la cultura pueden tener un impacto súper positivo en este momento”

Macarena Ponce de León junto a su equipo de trabajo en el Museo Histórico Nacional. FOTO: RICHARD ULLOA / LA TERCERA.

El MHN donó 90 mil cuadernos para colorear destinados a familias vulnerables. La directora habla también de los avances en el nuevo guión.


A veces, cuando cruza la Plaza de Armas de Santiago, Macarena Ponce de León (1971) siente que retrocede en el tiempo. Los camiones del Ejército y la presencia de militares parecen llevarla de regreso a los años 80. Pero la imagen de la gente que circula con sus rostros cubiertos por mascarillas, vuelve a situarla en el presente, en el centro de una emergencia de contornos históricos. La misma que forzó a cerrar las puertas de Museo Histórico Nacional el 16 de marzo y que planteó a la directora un desafío: cómo hacer visible la colección en medio del encierro.

Doctora en historia, Macarena Ponce de León cumplió un año en la dirección del MHN, y en los últimos meses ha conducido los esfuerzos de su equipo a visibilizar las colecciones a través de la web y de redes sociales. “Estamos muy rápidamente poniéndonos al día con la comunicación virtual”, dice.

A través de Facebook, Instagram y la plataforma del MHN, ofrecen recorridos virtuales, muestras, conversaciones y actividades interactivas. Particularmente exitosa resultó Mi Objeto Favorito, en la que funcionarios, autoridades y público general comparten sus preferidos de la colección.

“Este tema fue una sorpresa, porque uno tiene que elegir un objeto y reseñar cortito por qué, y los relatos son súper cercanos. Claramente aquí hay un tema de experiencia que el museo tiene que sacar en limpio durante y después de esta cuarentena: la historia tiene que contarse a partir de la empatía”, afirma.

Con este propósito, en mayo lanzaron una colección de cuadernillos descargables, Colores del Pasado. El primer número está dedicado a la Guerra del Pacífico y presenta cuatro obras del museo e igual número de dibujos para pintar en casa. Luego de lanzarlo en redes, ahora donarán casi 90 mil copias para ser distribuidos en hogares de sectores vulnerables de Santiago, junto con las cajas de mercadería del gobierno.

Con el apoyo del Ministerio de las Culturas y del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, la semana pasada entregaron la mitad de las copias al Ministerio del Interior. “Es súper importante para el museo sentir que la historia, los objetos y la cultura pueden tener un impacto súper positivo en este momento tan crítico, y ser muy cercanos. Es darse cuenta que uno puede cooperar con cosas chiquititas y relevar la cultura no solo para acompañar. La cultura tiene que ver con cómo uno se conecta con relatos comunes, donde uno puede verse o ver a su familia en el caso de los niños, y le hace sentido”, dice Macarena Ponce de León.

Acuerdos y controversias

Aun con todas las dificultades que han enfrentado en este período, la directora del MHN destaca que han logrado ampliar su audiencia digital. “Ha sido una buena época para el museo”, afirma.

Desde el año pasado, el museo trabaja junto con una comisión asesora en un nuevo guión, que actualizará su relato desde 1973, donde concluye hoy, hasta 2010. Una vez iniciada la cuarentena, se suspendieron los trabajos de ampliación del edificio.

-¿Han logrado avanzar en el nuevo guión?

-Nuestra ambición es inaugurar la primera sala del nuevo guión a fin de año. El equipo está trabajando en desarrollar las otras salas. Estamos trabajando con expertos y tenemos una comisión asesora que funcionó bastante bien el año pasado, y vamos a volver a convocarla una vez tengamos un borrador del nuevo guión.

-¿Resolvieron cómo van a abordar los últimos 40 años, de 1973 a 2010, que no están en el relato del museo?

-Las dos últimas salas van a tocar ese período. Los expertos ya nos enviaron una propuesta de temas. Ahora nuestra pega es cómo lo contamos, de acuerdo con los cuatro objetivos del nuevo guión: fomentar la empatía; valorar las diferencias, porque el guión antiguo intentaba mostrar la idea muy decimonónica de que somos una nación de individuos iguales, y eso está bien en crisis; mostrar los acuerdos y las controversias, el guión debe ser explícito en estos dos aspectos, y la incorporación del territorio no solo como espacio sino como parte de la historia: tratar de contar la historia desde lo global hasta lo local.

-En algún momento se pensó que el nuevo guión ofrecería una versión alternativa al Museo de la Memoria...

-No sé si alternativa, más bien complementaria, en el sentido que el Museo de la Memoria es un museo basado en la memoria de los protagonistas, y el Museo Histórico tiene que contar la historia de lo que pasó. Ahora, obviamente se trata de historia presente y esta se construye también a partir de memorias. El museo va a tener que trabajar con ese punto. Uno puede incorporar relato oral, memorias, mucha fuente documental, hay que ser súper rigurosos, y volver a insistir en que hay controversias: hay episodios muy conflictivos de la historia en los que aún no estamos de acuerdo y ni siquiera sabemos cien por ciento cómo pasaron. En eso el museo tiene que ser transparente y veraz.

-¿No entrará en controversia con el Museo de la Memoria?

-Lo que buscamos es complementar, hay distintas voces que podrían ser incorporadas en un relato de este último tiempo. Vamos a tener que ser súper creativos, eso me parece el mayor desafío: no contar la historia tradicional muy política. Aquí estamos pensando en incorporar el arte, la música del período, incluso podemos fijarnos en la publicidad, hay un aspecto estético propio que a uno le hace mucho sentido.

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