Reseña de libros: de Sonia Montecino a Kamala Harris

Un conjunto de textos dispersos de la antropóloga chilena, las memorias de la vicepresidenta de Estados Unidos, un audaz discurso del filósofo trans Paul B. Preciado y el poemario más reciente del poeta Andrés Anwandter, en las lecturas de esta semana.


El Pelo de Chile y otro Textos Huachos, de Sonia Montecino (Ed. Subdirección de Investigación, Servicio Nacional del Patrimonio)

La mesa del pellejo, esa institución de antiguas familias de élite, separaba a los adultos de los niños a la hora de comer, y funcionaba como instrumento jerárquico. La antropóloga Sonia Montecino, Premio Nacional de Humanidades 2013, utiliza esa figura para hablar de cultura, diversidad y exclusión. “Los sistemas simbólicos de la alimentación, la cocina y el comensalismo nos impulsan a atrevernos a imaginar otros modelos posibles de convivencia en la diversidad. Las y los que comen juntos en una misma mesa son hermanas y hermanos. Olvidados de ese mínimo y sabio gesto, hemos ido dejando a varios y varias fuera de la mesa de la abundancia en la mesa del pellejo”, escribe en unos de los ensayos de este libro que reúne un conjunto de artículos dispersos. Escritos con agudeza, sensibilidad y un rico campo de referencias, estos textos “huachos” abordan desde temas de género a preguntas por la identidad, todos enlazados certeramente por citas de Gabriela Mistral.

Nuestra Verdad, de Kamala Harris (Planeta)

En noviembre de 2016, Kamala Harris fue electa senadora por el Partido Demócrata. No fue una victoria completa: esa misma noche, Hillary Clinton era derrotada por Donald Trump en la elección presidencial. Tres años después anunció su candidatura a la Casa Blanca, y oportunamente publicó un libro de memorias. Nuestra verdad llega al español cuando la autora es la primera vicepresidenta de EE.UU. Hija de una doctora nacida en India y de un economista jamaicano, Harris recrea su niñez al fragor de la lucha por los derechos civiles y la trayectoria que la llevó a convertirse en la primera fiscal general de California. Lejos de la elegancia y la épica de las memorias de Barack Obama, el libro encuentra sus momentos más entrañables en el relato de la infancia, pero la autora pasa rápidamente hacia la carrera académica y política. Probablemente ella sea hoy una de las figuras con más proyección en su país, pero el futuro de su libro no parece igualmente promisorio.

Yo Soy el Monstruo que os Habla, de Paul B. Preciado (Anagrama)

Hace más de un siglo, Franz Kafka escribió Informe para una academia: el discurso de un simio humanizado ante una comisión de científicos. En 2019 el filósofo trans Paul B. Preciado tomó ese referente para dirigirse a 3.000 sicoanalistas en la Escuela de la Causa Freudiana en París. “Yo soy el monstruo que os habla”, dijo. “Yo, como cuerpo trans, como cuerpo de género no binario, al que ni la medicina, ni la ley, ni el piscoanálisis reconocen el derecho a la palabra”, agregó. En su discurso audaz y provocador, recogido en esta edición, acusó al psicoanálisis de reproducir las relaciones de poder del patriarcado colonial y responder a una idea de identidad de género binaria. Preciado, ex pareja de Virginie Despentes y quien comenzó su transición hace cinco años, dice que esta concepción está en crisis, que hoy se vive una revolución de las identidades sexuales y desafía al psicoanálisis a salir de la jaula en la que parece encerrado.

Pasados en Limpio, de Andrés Anwandter (Ed. Aparte)

Al atardecer, sale a caminar con un perro imaginario, para que no lo reconozcan, y pueda ver en tiempo real “el nacimiento de marte”. Recoge conchitas en la arena, aún brillantes, que se volverán oscuras en su bolsillo, mientras busca el camino a casa. A veces “cree saber cómo leerle/ a las nubes los labios/ pero confunde las palabras”. O se lamenta de haber dejado escapar una araña y ruega “que no se aparezca/ en los sueños/ del niño”. Andrés Anwandter escribe poemas delgados, de versos breves, sin mayúsculas ni signos, habitados de pequeños blancos de silencio; poemas de sólidas raíces y de emociones sobrias y profundas. El poemario puede leerse como un diario eventual, donde transitan sueños, recuerdos, veranos y fantasmas. Imágenes de infancia, pérdidas, versiones de la memoria y donde el hablante suele preguntarse “cuál de todos/ los borradores/ de uno mismo// pasar a fin de cuentas/ en limpio” .

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