Don Sergio y su paso por Hollywood: “Todo el mundo quiere verlo a él”

Maite Alberdi, la directora de El Agente Topo, se encuentra desde hace una semana en Los Angeles para asistir a la gala de este domingo 25 junto a Sergio Chamy y la productora Marcela Santibáñez. Aquí, habla con Culto sobre finalizar una campaña realizada únicamente por Zoom, el incierto pronóstico de la categoría y su arribo al evento con su protagonista, el que ha centrado la atención. “En la práctica, somos sus acompañantes”, dice riendo la cineasta de La Once.


El camino completo de El agente topo ha estado marcado por lo excepcional. Tempranamente, en su lanzamiento en Sundance en enero de 2020, se convirtió en el primer documental de Maite Alberdi en priorizar Estados Unidos en vez de Europa; luego se mostró por plataformas digitales en Chile al derrumbarse la posibilidad de un estreno en salas, y su extensa campaña para lograr posicionarse de manera sólida en la temporada de premios y en los Oscar duró casi un año y fue únicamente a través de Zoom.

Atípicamente, la directora de Los niños sólo pudo viajar una vez fuera del país desde el inicio de la crisis desatada por el Covid y fue en el contexto de un festival: a San Sebastián, en septiembre pasado, donde su cuarto largometraje ganó el Premio del Público a la mejor película europea (es coproducción entre Chile, Estados Unidos, Alemania, Holanda y España).

“No podemos creer que vamos a tener un evento presencial y que ese evento presencial va a ser el Oscar”, señala la cineasta desde Los Angeles, conectada a Zoom a un par de horas de asistir por esa misma vía a la ceremonia de los Independent Spirit Awards. En esos galardones la cinta postulaba a Mejor documental y competía con tres de los cuatro títulos con los que se mide en la entrega de los Premios de la Academia este domingo 25.

Allí, en la 93° edición de los Oscar, la autora de La once también se alista para participar en algo de carácter excepcional: la gala no sería una transmisión de televisión habitual, sino que sus productores –encabezados por el director Steven Soderbergh– lo planifican para que luzca como una película. Su locación principal será una estación de trenes, la Union Station, a 20 minutos del Dolby Theatre, la casa de la ceremonia desde 2002.

“Sabemos que va a ser mucho más íntimo, va a haber muchas menos personas, no va a haber nadie que no sean los nominados, lo que hasta cierto punto lo va a volver una cosa media hogareña”, apunta Marcela Santibáñez, sentada en la habitación del hotel junto a Alberdi y reconociendo el hermetismo bajo el que se ha movido este año la organización detrás de la mayor cita de Hollywood. “La verdad es que la logística misma nosotros no la tenemos tan clara”, indica la productora.

Sí eran claros los protocolos que debían cumplir una vez que recibieron la aprobación para viajar a Estados Unidos, partiendo por completar diez días de cuarentena en ese país y realizarse una serie pruebas PCR que se extenderán hasta incluso el mismo domingo.

También pueden confirmar que acudirán a los Oscar junto a Sergio Chamy, el octogenario protagonista del documental, que en su cuenta de Instagram contó que su salto a Estados Unidos se trataba del primer viaje de su vida y definió que quería “representar a todos los que saben que en esta etapa podemos empezar de nuevo”.

“Nosotras somos las acompañantes de Sergio, en realidad. Todo el mundo quiere ver a Sergio, no a nosotras. En la práctica, somos sus acompañantes”, dice entre risas Alberdi sobre el agente infiltrado de su historia, a quien ahora presentan como el “+1” suyo y de Santibáñez, oficialmente las nominadas al galardón. Con Chamy, cuentan, comparten pasillo de habitación en el hotel pero no han podido salir juntos, con el fin de mantener la cuarentena.

Obtengan o no el reconocimiento, el evento de este domingo será el cierre a casi 12 meses de conversatorios, entrevistas y diversas actividades para promover el largometraje entre los nombres clave de la industria. Lo más reciente, pero ya fuera de la campaña de los Oscar –que concluyó sus votaciones este martes 20–, fue un almuerzo por Zoom con sus compañeros de categoría, horas antes de esta entrevista. “Vimos que todos estamos en el mismo hotel, porque teníamos el mismo cuadro atrás, pero nadie se ha visto, entonces fue demasiado raro”, expresa la directora.

El agente topo tiene algo que ayuda mucho, es una película entrañable que el público recuerda. La gente a veces vota por lo que acaba de ver, por la película recién estrenada y (por lo mismo) todos tratan de estrenar muy pegados a las votaciones”, sostiene Alberdi sobre el arrastre que la terminó posicionando entre las cinco finalistas. “El agente topo envejece bien y creo que eso nos ayudó mucho en este año de campaña por Zoom”, subraya.

En la previa a la entrega de la estatuilla, la revista Variety da como más probable triunfadora a Mi maestro el pulpo, pero en el ítem “debería ganar” ubica como su apuesta número uno al filme chileno. IndieWire, en tanto, también le otorga el mote de favorita a la cinta sobre el octópodo de Netflix. Como sea, el título que se imponga será aquel que reúna el mayor número de preferencias entre el universo total de integrantes de la Academia, a diferencia de la configuración de los cinco nominados a Mejor documental, elegida sólo por los especialistas del rubro.

“Ahora votan los nueve mil, diez mil miembros, y cuando se amplía así, ya empiezan a ser (importantes) las estrategias de los estudios, quién logró comunicar más… Es una categoría en la que también la gente ve poco las películas”, afirma la directora, remarcando que “lo que pase el domingo es muy azaroso”. “Lo que nos llena de orgullo es que los votantes que son tus pares, los 700 académicos documentalistas, nos nominaron”.

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