Sergio Solar: adiós al chileno que fue leyenda de la cumbia en Latinoamérica

Fotos: Archivo personal Sergio Solar.

Además de haber fundado y dirigido al grupo Los Wawancó desde mediados de los años 50 -para muchos los responsables de popularizar la cumbia en el continente-, el músico puertomontino trabajó junto a figuras como Arturo Gatica, Antonio Prieto y Ángel Parra; durante tres décadas en Europa grabó junto a Raphael y Sergio y Estíbaliz; compuso un hit de Nydia Caro e hizo parte de los arreglos de la versión española de Evita por encargo de Rice y Lloyd Webber. De vuelta en Chile desde 2006, Solar murió ayer a los 85 años, tras sufrir un problema cardíaco y no poder acceder a una cama UTI en Valparaíso.


El conductor, La burrita, La plena española, No te vayas, corazón, El pescador, Villa Cariño, El galeón español, La pollera colorá, La cosecha de mujeres. Algunos de los mayores himnos de la cumbia y la música tropical del continente, versionados y bailados hasta hoy, fueron compuestos o grabados por primera vez hace más de seis décadas por un grupo de estudiantes de Medicina de Buenos Aires de distintas nacionalidades. Tres colombianos, un costarricense, un peruano y un uruguayo dieron forma a la primera versión de aquel conjunto. También un chileno, el puertomontino Sergio Solar. Se hicieron llamar Los Wawancó y para los entendidos en el género fueron los principales responsables de masificar por el resto de la región y desacralizar la cumbia, que hasta ese entonces era un ritmo circunscrito al circuito folclórico colombiano. La cumbia como la entendemos hoy, con guitarra eléctrica y vocación popular, se debe en gran parte a ellos.

“El piano y la guitarra eléctrica fue lo más revolucionario, pero también hicimos por primera vez en el mundo arreglos de dos, tres o cuatro guitarras en armonía, en el terreno de la música tropical”, aseguró Solar en 2011 al sitio de Tiesos pero cumbiancheros, colectivo que hace años investiga y difunde la historia local de ese ritmo. Una historia que tiene en Solar a un personaje fundamental, una leyenda algo anónima -al menos entre las nuevas generaciones- y un prócer de su expansión por el continente.

De vuelta en Chile desde 2006 tras décadas de vida nómade por Latinoamérica y Europa, Solar falleció ayer en su casa en Quilpué, a los 85 años, poniendo fin a una inmensa trayectoria que trascendió a la cumbia, alcanzó cumbres de popularidad en España y que lo mantuvo activo en el país hasta sus últimos años, colaborando con diversos grupos y solistas nacionales.

Según cuentan desde su entorno, el músico enfrentaba hace tiempo un cáncer pulmonar. Esta semana sufrió un paro cardíaco y fue trasladado hasta la Clínica Valparaíso, pero ante la imposibilidad de acceder a una cama UTI en el recinto -producto del alza de casos de coronavirus- fue enviado de vuelta a su casa. Su salud no repuntó y murió ayer cerca de las 5 de la tarde.

Su presencia mediática, eso sí, fue escasa, en parte por falta de conocimiento de su biografía y también por su bajo perfil. En la que habría sido su única entrevista televisiva en el país, en el programa Otra cosa es con guitarra del canal 4 de Valparaíso, en 2006, Solar se refirió a sus primeros días en la capital argentina, a mediados de los años 50, donde llegó para ser cirujano y terminó siendo director de uno de los más importantes conjuntos de la cumbia latinoamericana.

“Uno tiene dos vocaciones. Hay veces que se puede llegar a terminar una y otras veces, no. El problema mío fue que cuando tuve que estar de turno en emergencias, se me cayó el alma a los pies y dije no, elegí la música”, contó entonces.

La decisión trajo frutos inmediatos. Los Wawancó se convirtieron rápidamente en un grupo súperventas, gracias a su trabajo en torno a ritmos de cumbia colombiana, merengue, mapalé, vallenato, merengue dominicano y bolero, entre otros géneros que adaptaron con éxito. Su popularidad los llevó a salir de gira por el continente y también por Europa, recorriendo Grecia, Italia, Bélgica, Austria, Alemania, España e Inglaterra a inicios de los años 70. Por esos días, el recientemente fallecido músico chileno Pepe Fuentes se integró al conjunto, en un poco conocido paso por la cumbia de uno de los héroes de la cueca.

El éxito de Los Wawancó en Argentina fue tal que participaron en varias películas durante la era de oro del cine de ese país, musicalizando o apareciendo en pantalla en títulos clásicos como El gordo Villanueva (1964), Viaje de una noche de verano (1965), Un italiano en Argentina (1965), El romance del Aniceto y la Francisca (1967) y la célebre Villa Cariño, de 1967 (la cinta que inspiró el nombre del popular grupo chileno). “Sus altas ventas los llevaron a recibir el Obelisco de Oro, como el grupo más vendedor en la historia de EMI-Argentina”, consigna el sitio Musicapopular.cl.

También pasaron por Chile en la década del 60, dejando un profundo impacto entre los músicos jóvenes que luego renovarían la escena tropical del país. “Mientras estuvimos en Santiago nos fue a ver mucha gente y nosotros también visitamos a casi todas las orquestas y solistas que actuaban en la capital. Entre ellos podemos destacar a la Huambaly, Los Peniques, la Ritmo y juventud, la Cubanacán”, contó Solar al sitio de Tiesos pero cumbiancheros.

“Era lógico que nuestra música, arreglos, coros y formación fuera advertida y asimilada por la mayoría de los músicos que nos escucharon y tomaran nota de la importancia del movimiento que nosotros iniciamos años antes. Ahí tienes pruebas palpables de la prehistoria de la cumbia chilena”, agregó el artista, consultado por el influjo que tuvieron en el país piezas como El galeón español y La pollera colorá, versionadas durante décadas a nivel local por bandas como Los Viking’s 5 y La Sonora Palacios.

“En Los Wawancó todos componían pero Sergio principalmente fue arreglador, el encargado del concepto musical, de los arreglos musicales. De hecho, la guitarra eléctrica que se empezó a usar en la cumbia, era la guitarra eléctrica de Sergio”, explica el guitarrista Juan Hernández, colaborador y amigo cercano de Solar e integrante de Diapasón Porteño.

“La cumbia partió a nivel popular con los Wawancó, no tengo ninguna duda”, sentencia el intérprete.

De Raphael a Evita

Pero la carrera musical de Solar no se quedó sólo en el ámbito tropical. A inicios de los años 70, luego de un quiebre interno en Los Wawancó, el músico puertomontino emigró a España, donde vivió por más de 30 años y timbró un destacado segundo capítulo de su vida musical, con hitos destacados como compositor, arreglista y guitarrista de sesión.

“Cuando Los Wawancó se separan, Sergio tomó la guitarra acústica y el requinto y en España armó Latitud Sur, otro grupo importante, con músicos uruguayos y argentinos”, detalla Hernández, quien conserva buena parte del archivo de su amigo y oficia como una suerte de biógrafo del mismo.

“Estuvo 31 años en España, eso le permitió estar en contacto con mucha gente. Cuando llegó Arturo Gatica como agregado cultural se contactó con Sergio y Latitud Sur lo acompañó tocando. Además, la versión de Alfonsina y el Mar de Sergio y Estíbaliz tiene un arreglo de violín que hizo Sergio”, agrega Hernández.

En la Madre Patria, Solar además trabajó e hizo arreglos para Raphael, el uruguayo Alfredo Zitarrosa, Los Andariegos, Les Luthiers. Antes colaboró también con Antonio Prieto, otra de las leyendas chilenas de la canción continental y coincidió en más de una oportunidad con Lucho Gatica, como atestiguan algunas fotografías que conservaba hasta su muerte.

Tal vez el capítulo más llamativo de la trayectoria de Solar en España fue el que lo vinculó a Paloma San Basilio y a los autores de Evita, los británicos Tim Rice y Andrew Lloyd Webber. Cuando el director Jaime Azpilicueta adaptó el musical a los escenarios madrileños con San Basilio en el rol protagónico de Eva Perón, Solar realizó parte de los arreglos del espectáculo, por encargo directo de Rice y Lloyd Webber. “Esas orquestaciones reemplazaron a las partituras originales en todas las futuras representaciones de la obra en el mundo”, contó el chileno a Musicapopular.cl.

Ya de vuelta en Chile, participó en varios proyectos musicales muy diversos, sobre todo junto a Diapasón Porteño. Con ellos colaboró junto a Mario Rojas y Cecilia Echenique en el disco Tonadas chilenas (2007) y en uno de los últimos discos de tangos de Ángel Parra. Hace un año, fue convocado por el colectivo Trópico sur para grabar junto a Joe Vasconcellos, Moral Distraída y otros guitarristas Luna llena estival, tema de su autoría que que fue número 1 en ránkings españoles y que fue grabada por Los Wawancó (en 1971) y también por las cantantes Maya (Rosa María Lobo) y Nydia Caro.

“Siempre vamos a estar al debe con Sergio, porque somos poco dados a reconocer a nuestros talentos. Dentro de las posibilidades que tuvimos de visibilizarlo, de darlo a conocer, yo puse todo de mi parte para que así fuera, pero es evidente que no tuvo lo que realmente mereció en los 15 años que estuvo en Chile”, sentencia Hernández, quien cuenta que uno de los proyectos inconclusos que dejó su amigo es un libro de memorias donde detalla su maravillosa vida nómade por el mundo, y que podría ver la luz próximamente.

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