Racismo y diferencia de clases: todos los pliegues de Los extraños, el thriller británico que sacude el streaming

Sentada en el sillón de un pequeño departamento de Londres, una joven afrodescendiente habla por teléfono con su hermana. Entre lágrimas, le confiesa que está hastiada, llena de deudas y sin fondos suficientes para si quiera pagar el arriendo.

Siente que está viviendo una vida que no le corresponde. “¿Está mal querer más?”, le pregunta a su hermana a través de la línea. Ella responde: “Todos queremos más, Cheryl. Pero hay que jugar con las cartas que nos tocan”. Podría parecer sólo un mal día. Sin embargo, terminó por convertirse en el comienzo de una nueva biografía, que implicó dejar atrás su identidad, casa, pareja, e incluso a sus dos hijos.

Bajo el nombre de Neve, la mujer alcanzó todo eso que añoraba: una casa amplia ubicada en los suburbios y lejos de la capital, un esposo exitoso, un empleo como subdirectora de una prestigiosa escuela privada y dos nuevos hijos que crecen en un ambiente de clase media alta. Pero más temprano que tarde, el pasado comenzará a atormentarla de la mano de dos “extraños” que irrumpen en su idílica vida.

Así arranca Los extraños, el exitoso thriller dirigido por Nathaniel Martello-White que se ha mantenido entre los contenidos más reproducidos en Netflix desde su arribo a la plataforma el pasado 22 de febrero. Una película que pretende generar mucho más que suspenso.

El mismo Martello-White señaló que el filme, inspirado en el trabajo de cineastas como Jordan Peele (¡Nop!, 2022) y Ari Aster (Midsomar, 2019) busca plantear una discusión sobre las diferencias raciales y de clase en Inglaterra. Según el director, el “cambio de código”, donde personas afro suelen adaptar sus conductas para encajar con la cultura predominante, sucede con mucha frecuencia en el país europeo.

“El cambio de código es algo que mucha gente negra ni siquiera se da cuenta de que está haciendo. Simplemente se ha convertido en una especie de mecanismo de supervivencia subconsciente”, expresó el también actor en entrevista con el medio Big Issue.

Situación que en la película es representada a través del personaje de Neve, dispuesta a esconder todos sus rasgos con tal de sentirse integrada en un barrio predominantemente blanco. “En el contexto del espacio negro, estaba realmente interesado en saber, si es que una mujer realmente se presentara a sí misma a esas personas en ese suburbio, ¿cuál sería el costo? ¿Y cuánto esfuerzo tomaría eso?”, comentó el director en la misma conversación.

“Una vez que hace ese cambio de código, entendemos que, para operar en esa clase, realmente tienes que convertirte en uno de ellos. De lo contrario, no puedes existir realmente en ese espacio. Hay ideales, hay etiquetas, hay cosas que hacen a las que ella tiene que adherirse. E incluso entonces, tiene que lidiar con las microagresiones o los momentos racistas”.

Martello-White también recordó que, en cierta oportunidad, un productor le recomendó reubicar la historia en Estados Unidos. Sin embargo, para el director era importante comunicar que los conflictos tratados en la película representan “problemas británicos”.

“Creo que existe un sueño británico. Es esta cosa insidiosa de la que nadie habla realmente, pero que es como: ¿eres dueño de tu casa? ¿Tus hijos van a una buena escuela? ¿Obtuviste alguna herencia? ¿Hay libros en la casa? ¿Tu familia iba al teatro? ¿La cultura es parte de tu experiencia formativa?”, señaló.

El impulso para contar esta historia también tiene sus orígenes en una historia real. En una conversación sostenida con Radio Times, el director debutante reveló que el argumento de Los extraños llegó gracias a una charla con su madre, quien le comentó sobre una anécdota verdadera.

“Se trataba de la historia de una madre que negaba la existencia de sus dos hijos negros. Esta también tenía dos hijos con piel clara, casi blancos, pues ella era birracial. Me sorprendió este tipo de complejidades y pensar en qué haría que alguien sintiera que debe negar y borrar su pasado”, afirmó Martello-White.

Aquello provocó un momento de sinceridad entre ambos, en el que su mamá pudo compartir algunas de sus reflexiones como una mujer birracial. “Tuve una conversación muy interesante con mi madre sobre el trauma generacional, ella también es birracial, y me hablaba sobre sus experiencias y cómo atravesaba diferentes culturas y clases, y a veces es percibida como casi blanca, algo que afecta cómo la gente la trata. Y luego un tipo extraño de desliz, y luego hay una microagresión o algo así, que en realidad es bastante ofensivo o bastante impactante”, recordó.

El año en que el director escuchó dicha historia coincidió con su primer año participando en el programa liderado por la fundación BFI Network, el Festival de Cine de Londres y Black Star, donde la pregunta más frecuente apuntaba a cuál debería ser su primer largometraje. “Salí de esa experiencia pensando que tenía que ser algo realmente personal, que explorara la raza de una manera realmente compleja, pero que también tuviera un elemento de género que lo hiciera más universal y de gran alcance”.

Como suele pasar con la mayoría de los estrenos de Netflix, la prensa especializada manifestó opiniones divididas sobre el filme. Por ejemplo, la revisión de The Guardian destacó algunos elementos positivos de la puesta en escena, como el cuidado de los detalles, “desconcertantes e inquietantes”: “un mono de juguete que sonríe chillonamente en el pasillo del antiguo apartamento de Cheryl, la forma en que Neve aparta la mano de Ian de su rostro mientras tienen relaciones sexuales, para que no le toque el cabello. El diseño de sonido en el rascado frenético de Neve en los bordes de su peluca mientras su pasado desentraña su presente fue lo suficientemente fuerte y pronunciado como para hacer que mi piel picara”.

También destacaron el nivel actoral de los protagonistas, pero deslizando una crítica hacia el guion: “Hay algo provocativo e interesante en cuán severamente compartimenta Neve su vida como mujer negra y, en todo menos en su nombre, uno de blancas, cómo el racismo internalizado se transmite a sus hijos. La actuación de Madekwe como una mujer escindida de sí misma (en acento, voz y postura) y de la violencia psicológica requerida para mantener las apariencias, es desconcertante en todo momento, aunque se ve obstaculizada por un guion torpe que construye poco tejido conectivo entre los personajes”.

La crítica del medio británico finaliza destacando que la historia no perpetúa “la violencia y la degradación contra los personajes negros en nombre de la representación o la honestidad”. Sin embargo, agrega que también termina “con poco que decir sobre las divisiones raciales y la dinámica que establece inicialmente. La inevitable colisión final exagerada entre la familia de Neve y el legado de Cheryl se descarrila, en lo que equivale a un remate que socava sus propias ambiciones de comentario social. Son unos últimos 15 minutos incómodos, forzados y extraños, y no de una manera productiva e introspectiva”.

En la vereda contraria, otros medios como Esquire apuntaron a que, justamente, el cierre del filme es una de sus mayores virtudes. “Cuando todos se reúnen para el asombroso acto final, la película eleva la tensión a niveles casi insoportables. No entraremos en spoilers, pero si pensabas que tus partidas familiares de Scrabble eran tensas, piénsalo otra vez. Es un clímax impredecible que culmina con un oscuro broche dorado”, afirma el medio.

Una revisión que concluye que, “para algunos, Los extraños puede terminar demasiado abruptamente y su reparto secundario no está tan desarrollado como su trío protagonista. Sin embargo, cuando la película es tan emocionante y te deja con tanto por digerir, es probable que puedas perdonar esos pequeños defectos”.