
Adam Sandler resucita a su rol más querido en Netflix: “Happy Gilmore no vivirá para siempre”
A casi 30 años del estreno de la primera parte, la plataforma presenta Happy Gilmore, una continuación de la popular película que marcó el despegue del actor y comediante. En la antesala a su lanzamiento en el streaming, este viernes 25, la estrella conversa con Culto. “Creo que lo único en lo que pensamos fue en ser respetuosos”, señala.

Adam Sandler (Nueva York, 1966) se ha acostumbrado a hacer lo que quiere. Un día encarna al padre de una joven que se prepara para su bat mitzvah. Al siguiente le presta su voz a un lagarto de 74 años atrapado en un terrario. Y después interpreta a un introspectivo astronauta en medio de una misión espacial.
Y un día de esos, sin mayor preámbulo, decide volver a ponerse en la piel de Happy Gilmore, uno de los dos o tres personajes más icónicos de su carrera, a la par de Billy Madison y probablemente por sobre los protagonistas de El aguador (1998) y Click: Perdiendo el control (2006). Una posibilidad a la que se había resistido durante casi tres décadas.

Sus dudas tenían sustento. Cuando dio vida por primera vez al impetuoso jugador de golf aún no cumplía 30 años y no tenía ni esposa ni hijos, una dato relevante a la hora de analizar su vínculo con un papel que es esencialmente un niño en el cuerpo de un adulto. En ese entonces también estaba impulsado por la ambición propia de la juventud (todavía no fundaba Happy Madison Productions, la compañía con la que ha realizado trabajos propios y ajenos desde fines de los 90). Frente a eso, ¿cómo resucitar la magia que logró conjurar en 1996?
Conectado a Zoom con Culto, dice que todo comenzó por garantizar el regreso de viejos conocidos. “Sabíamos que la película tenía que tener amor y que debía estar Shooter McGavin. Ese fue el comienzo de todo”, indica Sandler, apuntando a Julie Bowen y Christopher McDonald, quienes en la cinta original asumieron los roles de su interés amoroso y su rival, respectivamente.
La estrella de Embriagado de amor (2002) se volvió a aliar con el actor y guionista Tim Herlihy, con quien escribió la primera cinta, y con el director Kyle Newacheck, un talento probado en comedias televisivas con el que trabajó en Misterio a bordo (2019). El proyecto encontró su casa en Netflix, la plataforma con la que Sandler tiene una extensa relación y ha filmado desde El Halloween de Hubie (2020) hasta la inminente Jay Kelly, coprotagonizada junto a George Clooney.

La secuela –que se estrena el próximo viernes 25 en el servicio de streaming– muestra que Gilmore ha ampliado su vitrina de trofeos y ha criado a una numerosa familia. Pero, apelando a un giro dramático que es mejor mantener bajo reserva, perfila a un hombre a la deriva, sin sueños ni motivaciones. La cualidad que define a Happy Gilmore es que es un desvalido que se sobrepone a las circunstancias, no un triunfador. En ese sentido, la segunda parte respeta ese ADN que lo volvió un ícono de la comedia de los 90. Y se las arregla para buscar una buena justificación para sostener su regreso al golf profesional, donde su talento vuelve a funcionar al compás de su temperamento.
“Queríamos asegurarnos de que Happy tuviera un sentido de propósito y que no estuviera en la cima. Necesitábamos que empezara en un lugar del que quisiera salir. Así que esa fue la idea desde el principio. Y partimos de ahí. También nos dimos cuenta de que mi personaje soy yo, y ahora soy un señor mayor”, explica.
La sola idea de hacer Happy Gilmore 2 supone enfrentar de cara que la vida tiene tanto de dulce como de agraz. Viendo la película es imposible no reparar en la ausencia del fallecido Carl Weathers, quien encarnó a su mentor en el primer largometraje (algo de lo que la secuela se hace cargo). También es evidente el entusiasmo de su estrella principal por invitar a la fiesta a familia y amigos (Sunny Sandler, la hija mayor de Adam Sandler y Jackie Titone, interpreta a la única hija mujer del protagonista).
Julie Bowen ha observado la evolución del actor y, por lo tanto, del personaje. “Happy ha madurado”, afirma en la misma entrevista. “Creo que es por la naturaleza de tu familia. Jackie y tus chicas te han hecho... Bueno, ahora me agradas mucho más”. Y agrega: “Él es el más gracioso de todos. Es el más inteligente de todos. Tiene muchas facetas. La vida te añade esto”.

Luego de resucitarlo tras 29 años de ausencia, ¿tiene futuro la historia y el personaje? “Happy Gilmore no vivirá para siempre”, plantea Sandler. En cambio, su compañera de elenco sugiere que el protagonista podría perpetuarse gracias a la inteligencia artificial. “¿No sería genial?”, pregunta Bowen. “Espero que sea la IA del personaje original porque es mucho más fácil de ver”, responde Sandler.
Más serio, concluye: “Creo que lo único en lo que pensamos fue en ser respetuosos con la última (cinta). Para quienes les gustó, incluimos algunos aspectos que conectaban las dos películas y simplemente queríamos hacerla lo más divertida posible”.
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