
Así es Menem, la desenfadada serie sobre el expresidente argentino
La producción –ya disponible en Prime Video– sigue la trayectoria del político hacia la Casa Rosada y los principales hitos de su primer mandato. Elogiada por la crítica trasandina, evita transformarse en una serie histórica y se toma libertades para perfilar a su protagonista y la época que habitó. Su director comparte los detalles a Culto.

Hoy, después de superar una polémica que puso en riesgo su estreno, debuta en Prime Video la serie Menem. Una producción de seis episodios que aborda el ascenso de Carlos Saúl Menem y los principales momentos de su primera presidencia.
Desenfadada y con sólidas actuaciones, pone de vuelta en el centro a una figura ineludible de la política argentina. Aquí, con aportes de Ariel Winograd, su director y productor ejecutivo, revisamos sus principales puntos.

*La actuación de Leonardo Sbaraglia
Bajo varias capas de maquillaje y prótesis, Leonardo Sbaraglia asume el rol principal en la serie. Para La Nación, se trata de “una caracterización que adquiere el perfil de una verdadera proeza. Sbaraglia reproduce en la superficie toda la gestualidad corporal de Menem, pero esa imitación casi perfecta deja la apariencia para transformarse enseguida en una portentosa representación, sobre todo concebida desde la mirada”.
“No se trata solo de una excelente caracterización (la imitación de los gestos o las inflexiones de la voz) sino sobre todo la forma con que a partir de una sonrisa o una mirada trasmite el abanico de sentimientos, los matices de una personalidad tan carismática y magnética como la de Menem”, argumentó Otros Cines.
Clarín también le dedicó elogiosas palabras, asegurando que es “el primer imán para maratonear sin pausas”. “Se gana gradualmente al espectador. Y ese voto de confianza, que ya tenía de antemano por su lograda metamorfosis física, gestual y postural, termina de cerrar en sintonía con la fidelidad de su tonada”.

*Un descargo de responsabilidad
La serie comienza con el ya habitual descargo de responsabilidad de las producciones basadas en hechos reales. Eso sí, Menem opta por ser más específica en esa aclaración.
“Ciertos personajes, incidentes y diálogos fueron ficcionalizados o inventados con fines de dramatización”, consigna al inicio de cada episodio. “Cualquier similitud con cualquier persona, viva o muerta, o cualquier empresa, tiene exclusivamente fines dramáticos y no pretende reflejar el carácter o la historia real de nadie”.
*La muerte de Carlos Menem Jr.
La serie comienza en la Quinta de Olivos en marzo de 1995. Carlos Menem, a las puertas de su reelección, llora la muerte de su hijo, Carlos Menem Jr. (Agustín Sullivan). El fotógrafo riojano Olegario Salas (un personaje ficticio interpretado por Juan Minujín) visita al mandatario en la residencial presidencial de Argentina con el fin de brindarle su pésame. Ambos se funden en un abrazo. “Prefiero estar acá, Olegario. Allá la gente llora más que yo”, dice.
La historia retrocede ocho años, hasta 1987, cuando Menem, entonces gobernador de La Rioja, proclama “Síganme” como lema de campaña para derrotar a Antonio Cafiero en la presidencia del Partido Justicialista, un trampolín hacia la Casa Rosada.
“Fue un proceso de mucho tiempo de investigación y de un gran equipo de guionistas encabezados por Mariana Levy”, explica Winograd. El director afirma que partir con el fallecimiento de su heredero “funcionó como un disparador para empezar la historia e ir para atrás. Fue una decisión narrativa”.

*Sin solemnidad
Ariel Winograd es un fanático del cine de Adam McKay, director de películas como La gran apuesta (2015), El vicepresidente (2018) y No miren arriba (2021). El realizador argentino ya había manifestado esa influencia en Coppola, el representante (Disney+), la serie que hizo en torno a Guillermo Coppola y que también abordó los años 90.
“Primero filmé Coppola y después filmé Menem, y yo siento que están un poco emparentadas. Hay algo de ese tono que experimenté en Coppola, que dije: acá hay algo que me siento cómodo, que me gusta”, indica. “Desde su perspectiva, su nueva producción “tiene humor, pero se va se va oscureciendo en un punto. Decidí, desde mi lugar, tratar de no juzgar a los personajes y de no solemnizar la serie, que no por ser una serie política tenga que ser solemne. También estaba en la búsqueda de que tuviera una mirada de análisis de la época de los 90”.
*La farandulización de la política
Uno de los primeros elementos que se ponen en juego es la debilidad de Carlos Menem por las mujeres y por el mundo del espectáculo. Un encuentro durante un show de una mujer presentada como Sandra Silvestre (un personaje ficticio interpretado por Virginia Gallardo) ocupa las portadas de los periódicos y motiva la ira de Zulema (Griselda Siciliani). Esa es sólo una de varias situaciones en que se acentúa la fluida relación del político con ese universo.
“Es el inicio de la farandulización de la política. Es una época en que no había celulares. Ha cambiado tanto el mundo en estos años”, advierte el director, quien era adolescente durante el primer mandato de Menem. “Tenía 15 años, (y leía que) hoy el presidente se junta con los Rolling Stones, hoy el presidente se junta con Madonna, la Ferrari. Hay elementos absurdos, bizarros, de comedia. Me parecía divertido contarlo de esa manera. Entraba justo el tono, en los 90”.

*¿Y Cecilia Bolocco?
La serie aborda los principales hitos de la primera mitad de los 90: el levantamiento liderado por el coronel Mohamed Alí Seineldín, el Plan de Convertibilidad, los enfrentamientos con los sindicatos por las privatizaciones, los casos de corrupción, los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA.
La narración llega hasta el año 1995, por lo que no alcanza a mostrar el segundo mandato de Menem ni mucho menos su matrimonio con Cecilia Bolocco. ¿Eso podría entrar en un potencial segundo ciclo?
“El personaje de Menem y su historia tiene para hacer como cinco temporadas. Nosotros en este momento no estamos planteando hacer una segunda temporada, ojalá que se pueda, porque creo que hay muchas cosas para seguir contando”, señala Winograd.
Desde su perspectiva, la etapa del político en Chile es “muy rica y ustedes la vivieron más que nosotros, en un punto, y deben tener más historias para contar los que la han vivido”.

*Qué dice la crítica
Clarín lo describió como un “retrato filoso de época con aura de thriller y buen manejo del sarcasmo”. “Menem cruza drama, champagne, acidez y derroche de extras, bajo una lente casi cinematográfica. Pero no por ágil y colorido oculta (ni olvida) las heridas, muchas abiertas, que marcaron a llamaradas a la Argentina de hoy”, agregó.
“Con algunas variaciones estéticas, unos cuantos hallazgos cómicos (hay graciosísimas leyendas impresas que definen a cada personaje a modo de presentación) y un tono preponderante de fábula que se alimenta de hechos reales, Menem se va definiendo a partir del contraste entre los dos personajes centrales, casi transformados en enemigos íntimos”, opinó La Nación sobre la relación entre Menem y el fotógrafo.
Aunque la definió como “muy buena”, reconoció un punto: “La decisión de asomarse a la realidad argentina de esos años y observar al poder desde un lugar más cercano al cuento y la parábola que al documento político abrirá más de una polémica”.
Para Otros Cines, “la serie constituye un retrato muy logrado del fenómeno político y social de la irrupción y consolidación del menemismo con toda su carga de contradicciones y miserias”.
También consideró que Winograd “le imprime ese tono entre desenfadado y lúdico que supo construir en películas como El robo del siglo o series como Coppola, el representante (...) Maratonear una serie argentina no es algo habitual y Winograd, Sbaraglia y compañía consiguieron que lo hiciera con felicidad”.

*La polémica del estreno
Winograd cuenta que estaba ocupado con otro proyecto cuando la justicia argentina determinó la suspensión del estreno y luego levantó la medida. Una noticia que ocurrió en medio de la disputa por la herencia del político.
El director prefiere bajarle el perfil al asunto. “Fue un tema más familiar, eso es lo que sé. Yo no estuve muy al tanto porque estoy filmando. Sé que fue algo ajeno a la serie y sé que se levantó eso, y que por eso estamos acá teniendo esta entrevista”, contesta.
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