Por Pablo Retamal N.De su genialidad a la tensa historia de su hijo sospechoso: Rob Reiner, el director que redefinió el drama y la comedia
Hollywood se estremece tras la violenta muerte de Rob Reiner y su esposa. Más allá de su asesinato, que tiene a su hijo como sospechoso, su obra perdura: fue el maestro que dotó de capas adultas a la comedia romántica ("Cuando Harry conoció a Sally.") y un narrador capaz de transitar desde el candor de la amistad ("Cuenta conmigo") hasta el terror psicológico ("Misery"). La crítica revive el inmenso legado de un cineasta que logró ser irreverente, nostálgico y brillante a la vez.

Hollywood despertó esta mañana con una escena terrible, parecía sacada perfectamente desde un slasher o alguna cinta perdida de cine B. Pero no, es la pura y áspera realidad. El reconocido actor y cineasta Rob Reiner, de 78 años, fue hallado muerto en su exclusiva mansión de Los Angeles junto a su esposa Michelle. Ambos, fallecidos tras haber sido apuñalados repetidas veces.
Según informa Los Angeles Times, el Departamento de Bomberos de la ciudad respondió la noche del domingo a un llamado de solicitud de ayuda médica poco después de las 15.30 horas. Y al llegar al lugar encontró sin vida a un hombre de 78 años y a una mujer de 68 años. Justamente Reiner y su esposa.

Un portavoz de la familia declaró: “Con profundo pesar anunciamos el trágico fallecimiento de Michele y Rob Reiner. Estamos desconsolados por esta repentina pérdida y solicitamos privacidad en estos momentos increíblemente difíciles”.
Citando una fuente policial, Los Angeles Times aseguró que los investigadores creen que sufrieron heridas de arma blanca y un miembro de la familia está siendo interrogado como sospechoso.
Y este terminó por tener nombre y apellido. Nada menos que Nick Reiner, el hijo del cineasta. Transcurridas las primeras horas posteriores al crimen, aparece como el principal sospechoso, según informan los medios internacionales. De hecho, fue arrestado, según informa The New York Times.

Reiner Jr. tiene un perfil de “niño problema” y conflictivo. Creció en el seno de una familia que hizo del cine, la TV y la actuación un credo habitual. Su padre, Rob Reiner, es conocido por dirigir películas icónicas que iban desde los dramas adolescente hasta el terror psicológico como el falso documental música This Is Spinal Tap (1984) y las recordadas películas Cuenta conmigo (1986), The Princess Bride (1987), Cuando Harry conoció a Sally... (1989) o la muy recordada A Few Good Men (1992), con un soberbio Jack Nicholson interpretando al duro coronel Nathan R. Jessup.
Así, a nadie le extrañó que terminara colaborando como guionista en la película Being Charlie (2015), dirigida por Rob. El filme, que abordaba la lucha contra la adicción, estaba inspirado en la propia experiencia de Nick, quien desde los 15 años enfrentó problemas con el consumo de drogas y alcohol. Esa vida tortuosa ha sido una constante en su biografía. De hecho, tras múltiples ingresos en centros de rehabilitación, Nick llegó a vivir en situación de calle entre los 19 y 22 años, recorriendo distintos estados de EE. UU. como Maine, Nueva Jersey y Texas.

Las lágrimas de Hollywood
La muerte de Reiner por supuesto que no ha dejado indiferente al mundo estrellado de Hollywood. Por su lado, el cineasta Paul Feig tuiteó: “Rob fue mi verdadero héroe. Un auténtico titán visionario y una persona encantadora. Uno nunca sabe si es apropiado publicar durante algo tan trágico como esto. Pero solo quiero que el mundo sepa lo que muchos de nosotros sabemos en la industria. Rob fue el mejor”.
Christopher Guest, el protagonista de This Is Spinal Tap, y su esposa, Jamie Lee Curtis, declararon: “Christopher y yo estamos conmocionados, tristes y conmocionados por la violenta y trágica muerte de nuestros queridos amigos Rob y Michelle Singer Reiner. Nuestra única preocupación en este momento es sus hijos y sus familias más cercanas, y les ofreceremos todo el apoyo posible. Habrá tiempo de sobra para hablar de las vidas creativas que compartimos y del gran impacto político y social que ambos tuvieron en la industria del entretenimiento, el desarrollo infantil temprano, la lucha por el matrimonio igualitario y su apoyo global a un mundo en crisis. Hemos perdido a grandes amigos. Por favor, dennos tiempo para el duelo”.

Por su lado, la familia del difunto Norman Lear escribió en un comunicado: “La familia Lear está devastada por la muerte de Rob y Michele Reiner. Norman solía referirse a Rob como un hijo, y su estrecha relación era extraordinaria, tanto para nosotros como para el mundo. Norman habría querido recordarnos que Rob y Michele dedicaron todo su esfuerzo a hacer de este país un lugar mejor, y lo lograron a través de su arte, su activismo, su filantropía y su amor por la familia y los amigos. Lyn Lear se mantuvo muy unida a ellos y dijo: «El mundo está inequívocamente más oscuro esta noche, y estamos desolados".
En tanto, la actriz de La princesa prometida de Reiner, Cary Elwes, publicó una foto en Instagram de sus sillas desde el set con el texto: “Sin palabras…”.
Hasta el mundo de la política estadounidense reaccionó. El expresidente Barack Obama, señaló: “Juntos, él y su esposa vivieron vidas definidas por un propósito. Serán recordados por los valores que defendieron y las innumerables personas que inspiraron”. Incluso, se sumó la congresista demócrata Nancy Pelosi: “Rob era creativo, divertido y muy querido. Y en todos sus proyectos, Michelle fue su compañera indispensable, su recurso intelectual y una esposa amorosa”.

El cine de un hombre bueno
¿Cuáles son las claves del cine de Rob Reiner? Responde a Culto la editora de Cultura de radio Duna, Paula Frederick: “Más allá de lo trágica e incomprensible de su muerte, la partida de Rob Reiner duele desde otro lugar: porque nos ha acompañado toda la vida, como una suerte de padrino cinematográfico. El director y actor se siente cercano, porque apeló a las emociones precisas en el momento justo: la camaradería, la amistad y el despertar a la crudeza de la vida en Cuenta conmigo, su primer acercamiento al universo de Stephen King; el cuento de hadas eterno y amargo a la vez, al que todos quisimos pertenecer, en La Princesa Prometida; amistad y amor que se funden de manera irremediable, con humor y perspicacia en Cuando Harry conoció a Sally, con un sandwich de pastrami y mostaza, una maravillosa Meg Ryan y una de las escenas más icónicas de la comedia romántica mundial; con la extraordinaria Misery, nuevamente de Stephen King, cuando Kate Bates encarnó el peor miedo de un escritor, con martillo en mano, al ritmo de Claro de Luna de Beethoven".
Por su lado, Rodrigo González, crítico de cine de Culto, asegura: “Creo que Rob Reiner era un maestro moderno de la comedia, pero al mismo tiempo un realizador capaz de viajar desde el suspenso al drama sin perder el pulso ni el sentido clásico de la narración. Prueba de ello son los inmensos trabajos que realizó en películas como Misery (1990) o Cuestión de Honor (1992)”.

“Su mejor época fueron sin duda los años 80 y parte de los 90, renovando la comedia, dándole más capas y miradas, haciéndola más ‘adulta’ si se quiere -añade González-. En ese sentido, Cuando Harry conoció a Sally (1989) es un punto de inflexión, en la medida que se transformó en modelo de muchas otras clásicas comedias de los años 90 y principios de los 2000, desde Sintonía de Amor y Tienes un E-Mail a las británicas Notting Hill (1999) y Alta Fidelidad (2000)“.
De todos modos, para González el mejor Reiner está en otros filmes: “El de los inicios, el de ese director que mezclaba irreverencia y candor y que fue capaz de hacer de un solo tirón una serie de obras maestras por las que el paso del tiempo no ha hecho ningún estrago. Están hechas con el desparpajo, el sentido del descubrimiento y la frescura de un niño desordenado y genial. Es el Rob Reiner de This is Spinal Tap (1984), Cuenta conmigo (1986) y La Princesa Prometida (1987). Este año había regresado con la segunda parte de This is Spinal Tap, una manera perfecta de cerrar el círculo".
Paula Frederick remata: “El imaginario de Reiner mira siempre al pasado con afecto, pero sin perder la capacidad crítica ni el hilo de los temas universales que trascienden épocas y circunstancias. Emotividad y humor finamente entrelazado, que genera una extraña sensación de nostalgia anticipada, como si siempre hubiéramos sabido que un día lo perderíamos en el camino, tal vez demasiado pronto. Y que su legado cinematográfico, sería nuestro mejor consuelo”.
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