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Los Infantes y los Ingenuos de la Patria: los batallones afrodescendientes en la Independencia de Chile

Olvidados por la historiografía, los afrodescendientes tuvieron una importante participación en la lucha independentista de Chile. Organizados tanto en el batallón de Infantes de la Patria como en el de Ingenuos de la Patria, pelearon en batallas como las de Chacabuco y Maipú. Esta es su historia.

Los Infantes y los Ingenuos de la Patria: los batallones afrodescendientes en la Independencia de Chile

Con plena conciencia de su lugar en la historia, José Miguel Carrera solía escribir un diario donde registraba sus campañas. En mayo de 1813, el prócer se explayó sobre un nuevo batallón que engrosaba sus filas. “Llegó el batallón de Infantes de la Patria, fuerte de doscientos cincuenta hombres a las órdenes del Teniente Coronel don Santiago Muñoz Bezanilla".

Se trataba de un particular grupo de soldados, pues eran todos de origen africano, negros. La mayoría eran hombres libres -en una época en el que existía la esclavitud negra en el país- que se habían enrolado en las fuerzas patriotas. Pero fuera del campo de batalla, esos hombres libres se dedicaban a diferentes actividades. Así lo explicó a Culto el historiador Hugo Contreras Cruces, especialista en la materia.

“La mayoría de la población afro chilena no esclava para principios del siglo XIX entraba en la categoría de libre más que en la de liberto (a). La mayoría de ellos, en el caso de los hombres urbanos, eran artesanos (algunos bastante prósperos) y se han identificados en oficios como sastres, zapateros, plateros, carpinteros y escultores en madera, mientras que entre las mujeres muchas de ellas eran dueñas de casa, aunque otras las podríamos calificar como pequeñas empresarias, en emprendimientos de pastelería o sastrería junto a sus maridos o a sus familias”.

“Asimismo, se encuentran algunos mercaderes al menudeo de origen afro -agrega-. En el mundo rural encontramos capataces de hacienda, pequeños ganaderos y pequeños agricultores, en particular en Chile central. En la minería del Norte Chico asimismo aparecen peones de origen afro”.

Pero otros también tenían experiencia como soldados. Durante el período colonial existía el Batallón de Milicias Disciplinadas de Pardos Libres de Santiago, que reunía a oficialidad y tropa de color. Incluso, no sin esfuerzo, los oficiales lograron ser considerados para votar en las elecciones de diputados para el primer Congreso Nacional, el otoñal 6 de mayo de 1811.

Se trataba de un batallón de hombres libres, con un cuerpo de oficiales y seis compañías de un centenar de hombres, integrado en su mayor parte por artesanos. Por ello fueron considerados como parte de las fuerzas de defensa del Reino, en abril de 1811. Luego, en 1813 fueron vueltos a convocar para la defensa de la naciente república, pero ahora, por disposición de la junta de gobierno conformada por Francisco Antonio Pérez, José Miguel Infante y Agustín de Eyzaguirre, ya no se llamarían Batallón de Pardos Libres, sino el Batallón de Infantes de la Patria. Esos fueron los soldados que recibió Carrera.

“Ya están presentes como parte de la guardia del llamado Primer Congreso Nacional en 1811 y dos años más tarde combaten en las campañas de Carrera y O’Higgins en el centro sur chileno”, señala Contreras Cruces.

En su decreto, la junta consideró: “El batallón denominado de Pardos ha dado i está dando las mas heroicas pruebas de su amor a la Patria, i del jeneroso entusiasmo i esfuerzos con que se halla dispuesto a sostener la causa de nuestra libertad; i finalmente que la Patria no debe permitir que ciudadanos tan nobles se distingan con título alguno que suponga diferencia entre ellos i los demas cuerpos del Estado”.

¿Cómo fue su desempeño? según anotó Carrera, no muy eficiente. “Esta tropa y su oficialidad era muy re­cluta; los más apenas sabían hacer fuego”, aunque hay que decir esa era la realidad de gran parte de los efectivos que lucharon en la guerra de la Independencia, sobre todo en el periodo de la Patria Vieja. La mayoría eran peones sin mayor instrucción militar acostumbrados a los ataques rápidos y los desbandes blandiendo lo que tuvieran a mano, no necesariamente un fusil.

Batalla de Maipú, óleo de Pedro Subercaseaux.

Sin embargo, con el correr de las batallas, los esclavos negros que existían en el territorio también fueron incorporados en un batallón aparte. “Fueron vinculados a través de la creación de un batallón de libertos llamado Ingenuos de la Patria, de corta vida en 1814”, señala Contreras Cruces.

“Para aumentar las tropas se ofreció completa libertad al esclavo que se afiliase en el batallón de ingenuos que se mandó organizar, se pidieron voluntarios a las poblaciones cercanas, se enviaron emisarios a las ciudades para hacer traer a los milicianos en estado de marchar al combate”, señala el historiador Julio Bañados Espinosa en su libro La Batalla de Rancagua. Sus Antecedentes y sus Consecuencias.

Infantes e Ingenuos de la Patria tuvieron participación en batallas del proceso de la Independencia de Chile. Los Infantes estuvieron en San Carlos, la captura de Talcahuano, algunas acciones del sitio de Chillán, la batalla de El Roble y la defensa de Talca. Ambos serían parte también del desastre de Rancagua (octubre de 1814) y del posterior exilio a Mendoza. “Tanto los ‘Infantes’ como los ‘Ingenuos’ de la Patria operaban como unidades independientes cada una con su propia bandera. La del ‘Ingenuos’ fue capturada pero la del ‘Infantes’ logró llegar a salvo a Mendoza conducida por los restos de este golpeado batallón”, señala el Cuaderno de Historia Militar nº6, del Ejército de Chile.

Batalla de Rancagua, óleo del pintor italiano Giulio Nanetti, 1820.

Posteriormente, ambos batallones fueron incorporados al Ejército de Los Andes y en esa condición participaron en la decisiva Batalla de Chacabuco, de febrero de 1817. “En una primera instancia fueron incorporados al batallón de Auxiliares de Córdoba, para luego ser llamados de forma exclusiva tanto los ‘Infantes’ como los ‘Ingenuos’ y esclavos chilenos para formar un cuerpo cuando regresaran a Chile”, agrega el Cuaderno.

Tras la asunción de Bernardo O’Higgins como Director Supremo, los negros siguieron combatiendo. “En 1818 el Infantes de la Patria combate en la batalla de Maipú”, señala Contreras Cruces. “En 1820, por dar un ejemplo, encontramos al menos 50 esclavos del Norte chico reclutados para ir a combatir a Concepción cuando ya San Martín había partido al Perú”.

Quizás el más destacado de todos los afrodescendientes fue José Romero, teniente del batallón Infantes de la Patria, un héroe olvidado del proceso, un digno representante de una raza que en la hora decisiva supo responder al grito de la Independencia.

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