Culto

Luis Jara lanza su primer libro autobiográfico: “Acá no hay arrepentimiento de nada”

Uno de los cantantes más populares del país presenta un texto donde narra cómo su ascenso al éxito se cruza con la difícil relación con su padre. Ahí revela como vivió desde la TV las tensiones políticas de los 80, cómo "se enamoró" de Carolina Arregui y cómo se fue aceptando en un ambiente clasista como el del espectáculo, pese a que hoy confiesa que no volvería a realizarse una cirugía estética.

Luis Jara lanza su primer libro autobiográfico: “Acá no hay arrepentimiento de nada” Fotos: Andres Perez Andres Perez

No es una frase cualquiera para iniciar un libro. Suena a un hombre desde muy temprano a la caza de una obsesión. O de un golpe de suerte.

“Yo tenía doce años y buscaba con ansias una oportunidad en la televisión. Después del colegio, tomaba la micro y me iba solo a los canales, que eran los lugares donde estaba la vida que quería vivir”, narra Luis Jara (60) en las primeras líneas de No sabía vivir sin ti, el título donde retrata parte de su vida -su ascenso al éxito y la ambivalente relación con su padre como trayectos paralelos- y que llega a las tiendas esta semana.

En las páginas siguientes, profundizará en ese avanzar sin transar hacia el reconocimiento y la popularidad: “Estar arriba del escenario se volvió una necesidad. Me volví adicto. Comencé a buscar todos los festivales que aparecían. Los gané todos”.

En tanto, se sucede la historia conocida de un cantante de Avenida Matta que no se acomoda al clasismo galopante de la TV de los 80, que no está contento con su físico, que se somete a una cirugía para modificar su nariz, que se relaciona con figuras de la época como Jorge Pedreros, Patricia Maldonado o Don Francisco, que arrasa con ese primer hit llamado Ámame, que se encuentra con contemporáneas como Myriam Hernández y Carolina Arregui (“me enamoré de Carolina Arregui”, dice en el libro) y que logra consolidarse como una pieza de la cultura pop chilena.

Pero a todo ello le subyace otra cara: su padre, Luis Alberto Jara Vergara. Él se casó con Alba Cantillana cuando tenía 43 años y ella 31, y su existencia siempre circundó entre la frialdad y el misterio: no sabía manejar, no bebía, no celebraba cumpleaños, no se iba con su clan de vacaciones porque prefería quedarse solo en casa, no se relacionaba con sus vecinos, no regalaba grandes muestras de cariño, nadie sabía con claridad qué había sido de su vida antes de contraer matrimonio. “El amor entre mi padre y mi madre fue inesperado e improbable”, califica Jara en el texto.

Incluso cuando el actual cantante queda seleccionado para su primer espacio de TV, El mundo del capitán Sacacorchos, conducido por Armando “Mandolino” Navarrete, vuelve a su casa feliz y le da un beso en la mejilla a su papá. “Me tiró para atrás y se apartó de mí. Él no era violento, pero se descolocó completamente y yo pensé que había recibido un castigo (…) Me apartó de su lado y dijo: ‘Los maricones se besan’”.

En otro tramo del volumen, Jara dice que es muy posible que gran parte del aplauso que buscó en la música y la TV lo hizo como una forma de compensar la relación áspera que tenía con su padre. De alguna manera, el libro de editorial Planeta es la historia de un hombre que anheló en sus primeros años la reverencia pública que en su hogar escaseaba.

28 Octubre 2025 Entrevista a Luis Jara, Cantantante y Animador Foto: Andres Perez Andres Perez

Ese mismo abrazo íntimo algo esquivo aparece sobre el cierre, como si el relato fuera circular y concluyera con un final feliz tan distinto al empujón de su papá en la niñez. Cuando un 25 de octubre de 1992, el mismo día del cumpleaños del intérprete, su padre muere y abrazados en su cama, en su último aliento, le dice: “Cómo no voy a quererlo, si usted me enseñó a amar. Discúlpeme si yo no sabía”.

“Yo creo que el día en que murió mi papá sentía que había escrito un capítulo y había abierto otro”, dice Lucho Jara ahora sentado en su departamento en Providencia.

Luego detalla: “Es simbólico que se muera tu papá en tu cumpleaños, de la forma en que lo hizo es casi cinematográfica, hablando en su último respiro. Pero más que eso, estaba esta relación con este ser apático, o que pasa a ser un papá más bien frío a prácticamente tu mejor amigo. Siempre tuve esa historia y en una reunión en la que caí hace un tiempo con gente de editorial Planeta lo conté y me propusieron escribirlo”.

-¿Qué pudor tuvo que derribar para escribir una historia así?

Uno escribe este tipo de cosas cuando logra perdonar y perdona. Yo entiendo que los padres son consecuencia de su propia vida, y por otro lado yo también creo que llegué a los 60 años con una mirada mucho más amigable de mí mismo y de mi carrera. Me he reconciliado con mi historia. La vida de cierta manera me ha ido entregando otra mirada, y observo para atrás y le tengo mucho cariño al gordito de 10 años que paseaba por los canales, que no estaba tan mal con lo que quería, que no lo llevaba el papá en micro, el gordito de esos ojos gigantes que competía con los galanes de la época y todo ese personaje que fue creciendo con tantas dificultades, con no ser un cantante de ciertos sectores para poder estar en lugares de privilegio, y todo eso que de cierta manera era una carga.

“En este libro yo cuento que estaba lleno de presiones; la obsesión por conquistar a mi padre, la obsesión por triunfar, la obsesión por muchas cosas. Y está bien que haya sido así. Pero yo he sido más obsesivo que ambicioso. La obsesión tiene que ver con ser visto. Y ese niño de 10 años era un soñador”.

28 Octubre 2025 Entrevista a Luis Jara, Cantantante y Animador Foto: Andres Perez Andres Perez

-Buscar obsesivamente ese reconocimiento, ¿era porque en su casa no lo tenía con su padre?

Yo creo que en algún momento sí, en algún momento yo quería estar más en otro lugar, había lugares donde me sentía más cómodo que en mi propia casa. Como en un estudio de TV o en otras casas donde se cantaba y había guitarra. Porque cuando llegaba a mi casa, había silencio, había orden, no había radio, no había tele. Entonces me daba pena, porque yo quería más bulla, quería más atención, pero no sabían hacerlo, era lo que había que hacer. Y yo quería más de la vida: quería colores, quería focos, quería risas.

“Por eso en un momento saqué a mis padres de ahí y los llevé a vivir a Vicuña Mackenna, donde había un antejardín, había más espacio, yo quería tener un equipo modular en el living. Pero las preguntas con mi papá seguían. Hay una idea que ronda en mi cabeza de hacer otro libro con 50 preguntas que nunca le hice: ¿por qué no aprendió a manejar? ¿Por qué nunca se subió a un avión? ¿Cuándo se enamoró por primera vez? ¿Qué sintió por su madre? ¿Qué le daba miedo? ¿Por qué nunca me enseñó a nadar? ¿Por qué nunca me llevó al cerro San Cristóbal? ¿Quería a mi mamá? Pero nunca preguntando desde el juicio”.

-¿Cuál fue el punto de inflexión para que su padre se acercara más a usted?

Fue cuando estaba toda la familia en la mesa y yo tenía el disco Ámame, y digo “¿qué hago con estos discos?” Y mi padre dice: “bueno, si yo estoy jubilado yo ahora tengo tiempo para usted. Yo no tengo plata, pero ahora le puedo dar mi tiempo”. En ese momento algo me pasó a mí y dije “este es el viejo que yo quería”.

28 Octubre 2025 Entrevista a Luis Jara, Cantantante y Animador Foto: Andres Perez Andres Perez

No a las operaciones

-En el inicio de su carrera como cantante no sólo lucha con la indiferencia de su padre, sino que también con los estereotipos de la TV. Dice que no cuajaba con los estándares físicos de la pantalla. ¿Sigue sintiendo clasista a la TV?

No, la televisión hoy es otra cosa, todos hemos cambiado. La televisión hoy no tiene límites sobre los resultados. A mí me tocó eso, como había gente también que no podía entrar a la tele, había otra que no sabía entrar a la tele y otros que entraban como yo, levantando el dedo, haciéndose visible de cualquier forma. Pero había productores que los escuchabas decir: “tú sabes que tu voz suena por todos lados, pero hay que buscar un cabro con mejor mono”. Esa discriminación hoy sería inaceptable y yo como papá podría dejar la escoba. Pero yo nunca me quedé pegado. Lo mío es mucho más desde la meritocracia, el huevón que juntó la chaucha y partió como un soñador.

-Dice que se aceptó, pero cómo ve hoy el hecho de que se operó la nariz

Fíjate que hoy día yo no le aconsejaría a nadie que se operara algo. Porque el primer punto del éxito es aceptarse como uno es. Esa es la primera batalla que hay que lograr. En esa época yo no me aceptaba. Porque te dicen que eres feo. Y si hay algo que me afectaba a mí era mi nariz. Hoy día yo soy jurado, tengo un desfile de cabros delante mío, y los veo y no me atrevo ni siquiera a decirles que adelgacen. No es necesario que sean flacos. No es necesario que sean ni hombres ni mujeres. Yo no podría darle una recomendación de esa naturaleza, porque el éxito hoy día no está ahí. No tiene nada que ver con el éxito lo físico. Entonces hoy yo no sé si me operaría la nariz, ni me pondría pelo. Tampoco lo juzgo, porque hoy tengo la capacidad de mirarlo de esa forma.

28 Octubre 2025 Entrevista a Luis Jara, Cantantante y Animador Foto: Andres Perez Andres Perez

Días de TV y dictadura

-En el libro también cuenta cómo era formar parte de la TV de los 80, condicionada por la dictadura y a la que muchas veces se le acusa de haber servido para camuflar lo que estaba pasando en el país. ¿Se arrepiente de algo al respecto?

Yo fui más testigo que protagonista de esa historia.

-¿Nunca le dieron ganas de ser más protagonista? En el libro cuenta que estudiaba en la USACH, donde veía la realidad de gente distinta a la de la TV

Yo una vez juntándome con algunos cincuentones, dije que había en esa época un montón de jóvenes que no querían militar, que no querían salir a la calle con banderas ni protestar, querían estudiar, sacar una carrera y ponerse a trabajar. Yo me sentía más cómodo así, porque yo lo único que quería era grabar un disco, hacer un concierto y cantar, pero me decían que tenía que militar y yo no quería. Mi padre me dice: “lo único que le pido es que usted no se meta en hueás”.

“Entonces, esa es la composición final en la que una parte de la juventud de los ochenta caminaba en silencio y éramos muchos, una gran parte de mi generación, no se iba para ningún lado ni para el otro y caminaba para adelante con un solo objetivo: sacar una carrera y formar una familia, porque era así la estructura. Había un montón de jóvenes como yo que queríamos ir por ese camino silencioso, porque teníamos un solo objetivo. Yo no pisé el palito por ningún lado y seguí por ese túnel de propósitos personales, y no siento culpa para nada ni arrepentimiento, porque después cuando yo desperté y cuando me convertí en un adulto y empecé a ver que la sociedad requería de más de nosotros y yo empecé a tomar otras decisiones, cuando fui a votar por el No, o sea, yo sentí el vértigo de lo que significaba poner el voto. De ahí yo he sido un ferviente participante activo de las elecciones desde ese 5 de octubre del 88 hasta hoy”.

28 Octubre 2025 Entrevista a Luis Jara, Cantantante y Animador Foto: Andres Perez Andres Perez

-¿Votó No?

No, yo voté en blanco.

-En el libro dice que no se acuerda qué votó en 1988. ¿Por qué votó en blanco?

Porque no sabía por qué votar, porque no tenía conciencia, no tenía claridad, no tenía la información, no sabía. Y cuando llegué, me bloqueé. Yo tenía un papá que votaba Sí y tenía un montón de gente que votaba No y ahí dije: “pero si es que yo no pertenezco a esta huevá”. ¿Dónde me ubico yo? ¿Dónde está mi lugar? Cuando yo hablo de mí, y yo te puedo asegurar que mucha gente le pudo haber pasado lo mismo y es la única vez en mi vida que yo he tenido un voto que no he llegado sin haberlo analizado.

-Pero es particular que diga que no tenía conciencia de lo que estaba pasando si ya era un adulto y el voto esa vez fue muy decisivo, el ambiente además estaba muy fuerte.

Sí, porque yo en el 88 estaba grabando mi segundo disco. Bueno, ahí llegaron las franjas, me parecía horrible la del Sí, pero me encantaba la canción del No. Y veía a Gervasio, a la Anita González en la del No, y yo no habría estado ahí, me habría cagado de susto.

-¿Por miedo a perder el trabajo?

Miedo, miedo, miedo. Y tampoco habría estado en la del Sí. ¿Por qué tiene que haber una franja? ¿Por qué tiene que haber dos franjas? ¿Por qué me tengo que poner en una de las dos? Eso me pasó a los 21 años, yo a ese huevón le perdono todo. Yo no le hice mal a nadie. Yo estaba forjándome. Yo me estaba formando. Ese pendejo es el que soy hoy día. Hoy con cincuenta, sesenta años, hay gente que sigue estando perdida. Yo no.

28 Octubre 2025 Entrevista a Luis Jara, Cantantante y Animador Foto: Andres Perez Andres Perez

-En su libro menciona a coetáneas de la época, como Myriam Hernández, de quien vuelve a recalcar que no fueron pareja. Pero también a Carolina Arregui, de quien dice que se enamoró y con quien coincidió en la teleserie Los títeres. ¿Se enamoró de ella?

Es que yo creo que a los 18 años uno se enamora cada dos semanas. Yo no tuve nada con ella. Me acuerdo cuando ella llegó yo dije ‘guau’, probablemente en ese momento me enamoré de ella, pero se entiende que no hay una relación, pero claro que me enamoré de ella cuando la vi. Y llegué a la universidad contando me iba a tocar trabajar con una mujer increíblemente hermosa y yo dije “bueno, ¿y si aquí pasa algo?”. Y a la semana veo que está pololeando con el director de la teleserie. Pero ella tenía enamorado a medio Chile, produjo eso una suerte de enamoramiento masivo.

-Además, en la teleserie usted la acosaba y tuvo que protagonizar una escena violenta donde la tiraba a la cama

Eso fue tremendo, yo a los 18 años concebía el amor desde otro lugar, a mí no se me habría ocurrido acosar a nadie y ni menos tirar a la cama a una mujer. Era una escena brutal. Yo dije: “no puedo hacer esta huevá”. Y (el director) Óscar Rodríguez me obligó a hacerlo porque estaba escrito por Sergio Vodanovic. ¡Qué le iba a decir yo que no! Ahí aprendí que no hay que hacer cosas para las que uno no esté preparado. Yo no estaba preparado para hacer teleseries.

-Parece el sino de su vida: siempre querer levantar la mano para estar ahí, incluso no estando preparado

Sí, ha sido parte de una estrategia maravillosa. Yo no quiero escribir otra historia. No quiero corregir mi historia. Acá no hay arrepentimiento de nada. No hay corrección. Pa qué.

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