Ejército mantiene desplegados 4 mil efectivos por incendios, seguridad y migración

La institución está cumpliendo labores de control en el norte, en La Araucanía y Ñuble, lo que ha significado el traslado de casi el 8% de su dotación. Esto, sin considerar los relevos y el personal que debe mantenerse reentrenado para cumplir sus operaciones del día a día.


“Nosotros vamos a cumplir la Constitución y las leyes que se establezcan, pero es un deber señalar que la misma Constitución genera para las Fuerzas Armadas, para el Ejército en particular, unas tareas prioritarias que tienen que ver con la defensa y, justamente, todas estas tareas que se derivan hacia el orden público están desvirtuando nuestra tarea y rol principal”.

De esta manera, el 18 de enero, el comandante en jefe del Ejército, Javier Iturriaga, reconocía ante la Comisión de Seguridad de la Cámara, que en las filas militares no era del todo cómodo asumir un despliegue en la frontera norte del país, siendo que, ya en La Araucanía, estaban cumpliendo labores de control por el estado de excepción, decretado en mayo del 2022, por la ola de atentados en la zona. Días después vendría la ola de incendios en el sur y el Ejército sería, nuevamente, requerido por el estado de catástrofe.

El 24 de febrero, además, el Ejército recibiría otra instrucción. Contraloría tomó razón del decreto ingresado por el gobierno para desplegar a las Fuerzas Armadas (FF..AA.) en la frontera, por lo que -otra vez- debía desplegar sus fuerzas. En total, según la información entregada por la institución castrense, entre los funcionarios que están en el norte, en La Araucanía por el estado de excepción, y en la zona de los incendios, han dispuesto cerca de 4 mil efectivos para estas labores.

En el estado de excepción en la Macrozona Sur hay casi mil efectivos, en el norte poco más de 600 soldados y entre Biobío y Ñuble, otros dos mil uniformados para combatir los incendios. Si se considera que el Ejército cuenta con aproximadamente 45.000 funcionarios, la institución dispuso de poco más de un 8% de su dotación total para cubrir la contingencia.

Sin embargo, en el Ejército explican que los casi 4 mil efectivos desplegados, no incluye el personal de apoyo en las respectivas unidades militares del país, los que contribuyen al cumplimiento en terreno de estas misiones, así como al personal de la institución que se encuentra realizando otras labores en terreno, como los integrantes del Cuerpo Militar del Trabajo que realiza obras viales y de conectividad en las zonas más aisladas del país.

Reentrenamiento y relevo

Esos 4 mil uniformados tampoco incluyen al personal militar que está en terreno realizando maniobras de entrenamiento correspondiente a sus respectivas especialidades, las que se realizan permanentemente a lo largo de todo el año. Y acá hay algo clave.

Según explica John Griffiths, exgeneral del Estado Mayor del Ejército, y ahora jefe del Área de Estudios en Seguridad y Defensa de AthenaLab, “en la norma internacional dice que si tú tienes mil efectivos desplegados, tienes que tener mil en reentrenamientos y mil esperando el relevo. Si tienes un batallón empleado, tienes que tener uno más en preparación y otro en reentrenamiento”.

Griffiths agrega que “estas son misiones adicionales al empleo de la fuerza. Entonces, si dejas de entrenar, dejas de capacitar a los soldados. En las FF.AA. si no te entrenas -para tus labores permanentes-, pierdes la operacionalidad. Cuando asumes tareas externas, tienes que seguir reentrenándote. Por lo tanto, por cada tercio de efectivos que acuden a esta contingencia, tienes que tener otro tercero de relevo y otro capacitándose. Considerando ese circuito, el Ejército debería estar disponiendo de 12 mil efectivos sólo para esto”.

Para José Miguel Poblete, experto en materias de seguridad y exjefe de asesores de la Subsecretaría del Interior, el despliegue militar tiene que siempre estar acompañado de especialización y capacitación.

“La militarización de tareas policiales -a través de uso de personal, equipamiento o tácticas militares- no es una novedad en el continente, ni en el mundo. Hay buenos y malos resultados. Pero si se decide usar personal militar para mantener el orden público en un contexto complejísimo, como el control migratorio, se requiere extenso entrenamiento teórico y práctico, acompañamiento policial los primeros meses y reglas claras”, dice.

El personal designado cuenta con un sistema de turnos, sin asignaciones especiales (viáticos), pues el presupuesto que usa el Ejército sale de su glosa anual y no de un nuevo fondo para estas tareas extraordinarias.

El sistema de turnos funciona de distinta manera en cada zona. En el norte, explican desde el Ejército, el personal se renueva cada 15 días de manera escalonada y opera a lo largo de toda la frontera y en más de diez bases de avanzada.

Antes de ello, los militares realizan un pre-despliegue de 10 días, oportunidad en que reciben instrucción para el cumplimiento de sus obligaciones. El personal proviene de las unidades del norte del país.

En La Araucanía, los relevo del personal se producen cada 30 días y estos provienen de las unidades del Ejército ubicadas en el centro y sur del país. La diferencia de la prolongación de estos turnos, advierten desde al institución, se debe a que el terreno de operaciones en el norte es geográficamente más agreste y más alejado de zonas urbanas.

En el Ejército creen que el despliegue en el norte durará más de 90 días, que será renovado y, por ende, deberán mantenerse en la zona, lo que genera una preocupación no menor: cubrir las elecciones. En mayo se escogerá a los consejeros constitucionales, donde los encargados de resguardar los centros de votaciones será, otra vez, personal militar.

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