Leonardo Cubillos, presidente del Partido Radical: “Si se pretende llegar a una figura distinta a un órgano constituyente 100% electo, se debe hacer un plebiscito de entrada”

El líder del partido enfatiza que el mandato del plebiscito de 2020 sigue en pie. En esta línea, es crítico de las gestiones de los senadores para avanzar en un órgano designado o mixto. "Los partidos están representados hoy día por sus agentes negociadores, que son los presidentes de los partidos", señala.


En medio de las negociaciones finales para sellar el acuerdo por una nueva Constitución, el timonel del Partido Radical, Leonardo Cubillos, afirma que es una opción reducir el número de integrantes del órgano a una cifra cercana a 75, para acercarse a la propuesta que propuso Chile Vamos. Eso sí, ratifica que la futura Convención debe ser 100% electa y no mixta o designada, como se ha deslizado al interior del Senado. De lo contrario, dice, debe hacerse un plebiscito de entrada.

¿Cómo ha visto la negociación que se ha dado para continuar con el proceso constituyente?

Soy bastante optimista de cómo ha avanzado, aunque ha sido lento, desafortunadamente, por las circunstancias del proceso. Aparentemente el resultado del plebiscito de salida generó interpretaciones que diversos sectores se han apropiado de manera subjetiva. Eso ha hecho avanzar el proceso constitucional de manera más lenta.

Además de la velocidad, ¿hay algo que le preocupe?

Las tutelas constitucionales que se han ido instalando o acordando para el futuro órgano. Son todas estas circunstancias de marcos, de bordes, que van restringiendo la libre y soberana discusión. También existe un árbitro, que también fue consensuado por nosotros. Pero todas estas instancias que se van generando son tutelas constitucionales que van amarrando poco la libertad de acción del órgano constituyente, quizás por la experiencia desastrosa que vivió el país con la antigua Convención, pero en el hecho concreto y objetivo, se va generando una camisa de fuerza al órgano.

De lo que ya está más o menos consensuado, ¿le gustaría que algo no estuviera?

De lo consensuado, estamos absolutamente conformes, porque es parte del proceso de negociación del cual nosotros fuimos incumbentes.

Pero, por lo que dice, lo ve como algo que podría afectar el proceso.

Si se siguen instalando más tutelas al proceso, podemos caer eventualmente en una delgada línea roja que pueda afectar la representación y la legitimidad del proceso.

¿Estaría dispuesto a bajar el número de integrantes del nuevo órgano a uno más cercano a 50, como propone la derecha?

Consideramos que los 50 no son representativos acorde a la necesidad de un proceso constituyente. Un proceso constituyente no puede quedar atrapado solamente por mayorías partidarias. No es una cuestión de número, sino de principios. Tenemos que tener claro que la cantidad de constituyentes no haga perder la legitimidad y representatividad al órgano constituyente. Si bien es cierto que 90 era nuestro óptimo, si es que hay que hacer un esfuerzo y la mesa de negociación está disponible para acotar el número y llegar a una propuesta que se acerque a la propuesta de Chile Vamos, pero que genere este equilibrio de legitimidad y representatividad, por su puesto que vamos a estar de acuerdo.

¿Pero tiene algún mínimo? ¿Se podría hablar de 70, 75?

Como es un proceso de desarrollo, adelantar cualquier posición puede perjudicar ese proceso de negociación. La prensa ya ha filtrado algunas posiciones, hablaron de 78, que es una de las propuestas de un partido del Socialismo Democrático. Nosotros, por supuesto, vamos a esperar la respuesta que dé Chile Vamos y con esa respuesta vamos a ir acotando los números, porque no necesariamente puede ser 78, puede ser 80 o puede ser 75. No lo sé.

¿Considera que sería un fracaso para la alianza de gobierno que la discusión decante en un organismo mixto?

Más que un organismo mixto, es un deber ético-político de todas las fuerzas políticas el respetar el resultado electoral de 2020. Ese resultado no ha sido modificado por ninguna otra consulta. Por lo tanto, si se pretende llegar a una figura distinta a un órgano constituyente 100% electo, y no lo he visto hoy día en la discusión, por una opción ética-política y respeto al régimen democrático, requeriría llegar a esa posición no en una mesa de negociación de partido, sino que se debe hacer un plebiscito de entrada, para cambiar justamente a través de los mismos estándares democráticos el resultado que se dio en el plebiscito de entrada.

De todas formas, esta es una conversación que sí se ha dado por parte del oficialismo. Los senadores han conversado sobre la posibilidad de avanzar en lo que podría ser un órgano mixto.

Con el debido respeto a los senadores, los partidos están representados hoy día por sus agentes negociadores, que son los presidentes de los partidos o quienes representen. O sea, si se quieren hablar alternativas que contribuyan al proceso, fantástico. Eso puede ser una contribución de los parlamentarios en el Senado. Pero volvemos a insistir, o sea, si eso conlleva a un acuerdo, requiere llegar a un plebiscito de entrada nuevamente.

¿Lo mismo ocurre con la idea de un órgano compuesto de forma designada?

Claro, porque en definitiva lo que aprobó la ciudadanía en el plebiscito del año 2020 es un órgano 100% electo.

¿Dentro de la mesa, en consideración de que las conversaciones a ratos se ven un poco lentas, no percibe que adquiere fuerza la idea de algo designado?

No. Vuelvo a insistir: hasta el día de hoy todos los partidos presentes en la mesa, incluyendo a Chile Vamos, Amarillos, Demócratas y los partidos oficialistas, están presentando propuestas y sus conversaciones están enfocadas y conducidas a un órgano 100% electo.

Sobre la posibilidad de un plebiscito de entrada, ¿es una opción realista en consideración de los tiempos? Están las elecciones de 2024 como una amenaza, porque es complejo que se topen los procesos.

Por naturaleza, ojalá no lleguemos nunca a un nuevo plebiscito de entrada, porque eso sería hablar mal de la capacidad de acuerdo que tienen los partidos políticos. Recargar el año 2023 de procesos electorales va a ser complejo. Claramente los tiempos políticos para realizar las distintas elecciones futuras es un factor que debe tenerse en cuenta.

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