Montecinos 2.0: el cañonero del torneo lo es por parte de padre

Cristián y Joaquín Montecinos posan con la histórica camiseta 15 de Deportes Concepción, con la que brilló el padre.

Una familia unida por el fútbol. Una historia de mano dura. Joaquín, el hijo, empieza a destacar en Audax Italiano, después de un complejo inicio. Cristián, el padre, recién comienza a disfrutar los logros de su retoño y sueña con que cumpla todas las metas que le quedaron pendientes.



Cristián Montecinos (50) se advierte orgulloso de los logros de su hijo, Joaquín (25). Sin embargo, el ex delantero de Unión Española y Deportes Concepción, por citar algunas de las camisetas que vistió en Chile, y del Necaxa y el Junior de Barranquilla, por mencionar apenas dos de las que lució en el extranjero, está lejos de ser un padre complaciente. En cada parte del diálogo que ambos sostienen para La Tercera quedará clara la exigencia que el Pelado aún le plantea a su retoño, quien empieza a destacar en Audax Italiano, en cada paso de una carrera que suma esforzados pasos por La Serena, Unión Temuco, San Luis y Melipilla.

* Joaquín Montecinos (J. M.): Con mi papá la relación es espectacular. Es el consejero, porque tuvo una trayectoria extraordinaria en el fútbol y yo trato de llevarlo a mi vida, no solamente es ir a entrenar e ir a jugar partidos. Mi papá ha sido súper importante en mi vida, en poder guiarme en lo que quizás él erró y no hizo. Yo soy el Montecinos 2.0, con una mentalidad distinta, quizás, que puede resolver situaciones que mi papá quizás no pudo, porque no tenía quién se lo dijera. Trato de aprovecharlo muchísimo, de siempre conversar con él. La familia es súper importante. Mis hermanos, mi madre, mis abuelos. Yo soy súper de piel, súper regalón, y trato de mantener contacto con ellos.

* Cristián Montecinos (C. M.): Yo soy un poco más frío, quizás porque la profesión me hizo ser así. También por la parte personal. Mi familia no era tan cariñosa. Fueron un poco más fríos conmigo. Salí muy joven de Talca y fue encontrarme con un mundo muy distinto. Y a veces esa frialdad me sirvió mucho, porque hice camino y pude tener las agallas para poder seguir luchando. Lo de Joaquín es algo similar en cuanto al esfuerzo que ha hecho. Desde chico que vengo tratando de inculcarle todo lo que hice en mi pega, pero hay muhas cosas en las que somos distintos. Él juega en una posición distinta a la mía, sus características son diferentes. Tiene más velocidad, es un jugador explosivo. Yo era un jugador también de fuerza, de potencia, pero él es mucho más rápido. Yo era más de área, él juega afuera. Tiene la ventaja de tener un papá que jugó. Yo puedo decirle las fallas que tuve. Trato de corregirlo antes, para que no le pase lo mismo. A mí me quedó pendiente un Mundial. Tuve también problemas con el técnico de la Selección, Nelson Acosta, al que conocía de Unión. Estaba haciendo carrera en el extranjero, era ídolo en Colombia, campeón, mejor extranjero. Si no llegué, fue por otras cosas. Eso me hizo más fuerte. En la vida y en la parte económica. Fui el primer chileno en jugar en Emiratos y en Qatar. Tuve éxito. Logré ser goleador donde fui. Fui campeón en Colombia, en México, tres veces goleador en Emiratos, campeón con Unión. Joaquín es el heredero de lo que yo hice. Y espero que siga con la energía y el carácter que le he tratado de transmitir. Eso es clave. Entrena bien, es ordenado, vive las 24 horas para el fútbol. Y eso se ve.

* J. M.: Mi papá es motivo de orgullo, es el ejemplo a seguir, mi ídolo. Solo pude observar la parte de final de su carrera, pero cuando empecé a jugar me di cuenta del nivel que tuvo en todos lados. Fue un jugador valorado cuando Chile era mirado distinto a cómo es hoy. Abrió oportunidades, rutas. Para eso había que tener carácter y mi papá lo tuvo. Quizás no brilló tanto en las portadas, porque no le importaba mucho la prensa. Era más piola, no hacía ruido. Habló en cancha, con goles, que es lo más difícil. Es un ejemplo. No es nada de presión y sí mucha motivación. Y como jugamos en posiciones distintas, no nos podemos comparar. Él a los 23 jugaba en el extranjero. Yo voy un poco detrás, pero sueño con lo mismo.

* C. M.: Del Joaco me gusta la pegada. No la ocupa tanto para lo buena que es. Es un arma que tiene que seguir desarrollando. La otra es la parte física. Marca una gran diferencia con los rivales, los pasa a llevar. Tiene que calmarse un poco más. Eso lo ha ido resolviendo. Eran nuestras discusiones desde que era niño. Se debe acordar de que salía enojado por muchas cosas, se ofuscaba rápido. La base es tener la cabeza limpia para resolver. En la parte defensiva, había técnicos que lo ponían como volante y hasta como lateral y yo siempre pensé que su potencial estaba hacia arriba, como puntero, hasta como delantero. No le sacaron provecho y él también evolucionó. Tuvo una lesión grave que lo tuvo casi dos años sin jugar. Regresó lentamente. Pero todo eso lo ha revertido. Hoy es un jugador mucho más maduro. En muchos términos está siendo un jugador de primer nivel. Tiene un futuro tremendo. Tiene que enfocarse en jugar, en rendir y va a conseguir lo que quiera. Ir al extranjero y a la Selección. Yo ya hice mi pega. Siento que fue dura y que él lo siente así, pero hoy está viendo los resultados. Hoy se está dando cuenta de que las cosas son como el papá le decía.

Cristián Montecinos, con sus hijos Joaquín y Camila, cuando jugaba en Santos Laguna.

* J. M.: Era complicado aguantarlo, sobre todo cuando era más chico. Lo veía muy poco, porque estaban separados con mi mamá. En ese tiempo en que lo veía, él aprovechaba para poder enseñarme un par de cosas, sobre todo la mentalidad. Tenía que madurar lo más rápido posible para entender el fútbol. Cuando uno madura, va viendo los matices, va resolviendo mucho mejor. Mientras más rápido, mejores resultados. Me decía las cosas súper frías. Para mi mamá, mis abuelos, yo era el mejor. Mi papá era súper frío. Me decía “ponte las pilas, que de esa forma no vas a llegar a ningún lado”. Para mí era terrible, porque yo era súper trabajólico. Esas cosas duelen, pero me sirvieron. Me hicieron un jugador con carácter. Ahora se nota.

* C. M.: Sinceramente, siempre pensé que Joaquín jugaría fútbol profesional. El tope dependía de él, de su ímpetu y de lo que estamos conversando. Todos tienen las mismas chances. Ahora, de la forma en que se estaba formando, le iba a costar mucho. Le faltaba mucho físico. Lo discutía con él, que cuando era juvenil lo tocaban y se iba al suelo, porque no tenía un buen trabajo en el tren superior. Eran cosas que trataba de incularle. El nivel se lo ha ganado. Se ha sacado la cresta para lograrlo. Lo que venga depende de él. Esto es presente. El secreto está en la permanencia. Y así jugará en el extranjero o en la Selección con mucha facilidad.

* J. M.: Yo era bajito y flaquito y me costaba ir a chocar. En la Sub 15 no me inscribieron, me puse a hacer halterofilia para crecer y desarrollar un físico adecuado para ser profesional y para estar en la elite. La única forma era el sacrificio. Trabajar el doble cada vez que podía. Sacar ventaja en lo físico suple incluso lo técnico.

* C. M.: Una vez levanté el teléfono. Le pedí ayuda a Miguel Latín. Joaquín venía con los problemas que cuenta. Se vino a vivir conmigo. Logré meterlo en Unión Temuco y debutó ahí. Fue la única, porque vi que Joaquín tenía la necesidad de seguir jugando, de lograr su sueño. Hasta hoy tengo una relación muy linda con Miguel. Le digo a Joaquín que es una persona importante en su carrera, porque le dio una chance para reincorporarse. Fue un gran apoyo. Pero eso ya pasó. Joaquín ha hecho su carrera con sacrificio.Logró lo que en algún momento se veía perdido.

* J. M.: En algún momento pensé en otra carrera. Estando en Temuco terminé el colegio y me inscribí para ser chef. Fui a una pura clase, porque me subieron al primer equipo. No pude seguir, pero siempre he tenido la idea de estudiar cocina. Trato de hacer cursos. Me gustan los negocios, por mi papá. Ahora hay muchas plataformas online para aprender. Hago una salsa blanca con champiñones y pollo que me queda muy buena.

* C. M.: Ah, esa que hace la máquina, esa que está de moda, la Thermomix, ja, ja. Tenía claro que si Joaco no jugaba se iba a meter conmigo en los negocios. Ahora tiene que ganar plata, cuidarla, invertirla. Depende de él. Tiene varios hermanos que mantener. Tiene una buena tarea.

* J. M.: He podido sacar ventaja de eso. Me ayudó a madurar, incluso dentro de la cancha. Uno tiene otro roce, experiencia. Mis compañeros me ven leyendo un libro o haciendo algo relacionado con negocios. El futbolista tiene la capacidad para hacerlo. Depende de uno. A mí se me hizo más fácil. Tengo el ejemplo a mi lado, pero también la disposición. Partí vendiendo chicles, chocolates en el colegio. Está en los genes. Cuando mi papá esté cansado, ahí voy a estar yo. Por eso no voy a tener hijos. Con mis hermanitos basta.

* C. M.: Me gustaría que logre lo que yo no, jugar en España. Siempre fue mi sueño. Tuve varias chances, pero no me fui porque no me estaban pagando como quería y porque ganaba mucho más. Sería una gran alegría. En la Selección lo va a hacer pronto. Que juegue en Europa, que yo no lo pude hacer, sería un orgullo, un placer.

* J. M.: Y a mí me encantaría jugar en Europa. Es un fútbol que tiene todo para seguir potenciándose. Además, es una calidad de vida maravillosa. Sería un sueño llevarme a mi familia. Me encantaría también vestir la Roja. Estuve en las menores y me imagino lo que será en la Adulta. Por eso trataré de hacer las cosas lo mejor posible en Audax.

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