
Plátano milagroso, cuchillo y pasamontaña: los fundamentos de la Conmebol que explican la severa sanción contra la U
En un documento de 52 páginas, al que tuvo acceso El Deportivo, la Unidad Disciplinaria argumenta las decisiones que adoptó respecto del accidentado encuentro entre los estudiantiles e Independiente, en Avellaneda. El equipo chileno apeló este viernes.

Este jueves, Universidad de Chile visitará a Alianza Lima, por los cuartos de final de la Copa Sudamericana. Los azules accedieron a esa instancia después de una accidentada llave frente a Independiente. El partido de vuelta, en Avellaneda, estuvo marcado por incidentes de los más graves que recuerde el fútbol sudamericano. El segundo tiempo ni siquiera pudo disputarse producto de los desmanes protagonizados por hinchas de ambas escuadras.
El partido “continuó” y terminó en Luque, donde funciona la Conmebol. El jueves 4 se conocieron las drásticas sanciones que aplicó la entidad que preside Alejandro Domínguez. En el caso de los azules, lo único que se puede celebrar es el acceso a la ronda de los 16 mejores del torneo. Lo demás tiene consecuencias nefastas: los estudiantiles tendrán que jugar sus próximos siete partidos internacionales como locales sin público. Fuera de casa, no podrán recibir respaldo en la misma cantidad de compromisos. Además, acumularon US$ 270 mil en multas: US$ 150 mil por los actos de violencia protagonizados por sus hinchas y US$ 120 mil que corresponden a un acto de carácter racista de un hincha que imitó los movimientos de un mono. La entidad que rige al fútbol sudamericano no acogió la alusión a una histórica incidencia que involucra a Marcelo Díaz en el tiempo en que brillaba en Racing, el archirrival del Rojo.
La apelación
El Deportivo accedió a los fundamentos del fallo emitido por la Unidad Disciplinaria de la Conmebol. Los azules los solicitaron para realizar la apelación, que está a cargo del abogado Gerardo Acosta. Buscan rebajar el castigo del público de local y la millonaria multa. El dictamen está firmado por su presidente, Eduardo Gross, el vicepresidente, Amarilis Belisario y el miembro Lucas Ribeiro. En 52 páginas, se describen hechos y, principalmente, se resumen las posturas entregadas por cada uno de los clubes.
Hay, naturalmente, una serie de menciones a la responsabilidad del club local, en su rol de organizador del espectáculo y por la participación de sus hinchas en las graves agresiones a los fanáticos universitarios. De hecho, el equipo argentino fue descalificado del torneo, deberá jugar sus próximos siete encuentros internacionales como local y siete como visita sin sus hinchas y acumuló US$ 250 mil dólares en multas.

La U intentó defenderse. El escrito menciona la serie de irregularidades que los azules expusieron para acreditar la responsabilidad del club local y un ambiente hostil desde la antesala del encuentro. “En primer lugar, la Universidad de Chile se refiere al contexto en el cual ocurrieron los hechos de violencia, señalando que la inusitada violencia generada en el estadio fue consecuencia de un sistema o conjunto de hechos concomitantes o conexos -antes, durante y después del partido- que resultan injustificables y dan cuenta de una negligencia tan grave de parte de Independiente que es equiparable a una intencionalidad por parte del club local”, consigna.
En esa línea, hay alusiones a declaraciones de Julio Vaccari, entonces técnico del Rojo, llamando a ganar el partido como fuera y, si era necesario “haciendo trampa”. También menciona la detonación de fuegos artificiales en las inmediaciones del hotel Intercontinental, donde se concentraron para esperar el compromiso. También menciona el robo de una bandera por parte de hinchas locales “sin que el club organizador interviniera para impedirlo.
El club estudiantil también imputó graves fallas al club organizador como explicación para los problemas. “Universidad de Chile pasa al argumento de que existieron dos situaciones que son clara manifestación de la negligencia grave e inexcusable del club organizador: 1) ubicar a la hinchada visitante arriba de una tribuna donde se ubicaba una facción muy exaltada de la parcialidad local y sin ningún tipo de separación, protección, reja, plexit o cualquier tipo de elemento de seguridad que evitaran los conatos entre las hinchadas, así como la ausencia total de personal de seguridad y/u orden público; y 2) que los sistemas de seguridad implementados por Independiente no evitaron ni adoptaron ningún tipo de medidas para evitar el robo banderas de la Universidad de Chile y su posterior exhibición en forma desafiante hacia la hinchada de visita. Este hecho generó que se iniciaran una serie de acciones violentas entre la parcialidad local (ubicada en la tribuna baja y en una ‘garganta’ o tribuna ubicada a un costado de la tribuna asignada al visitante) y la parcialidad visitante, ubicada en la tribuna alta”.
En relación a la incidencia que motiva la acusación de racismo, la U presentó a Marcelo Díaz para intentar defenderse de la grave acusación. “El club rechaza categóricamente esta acusación, y explica que el episodio del plátano hace relación con el jugador Marcelo Díaz y la anécdota para recordar a los hinchas de Independiente que Marcelo Diaz estaría en el campo de juego y que, si llegaba a comer un plátano, ellos ya sabían la consecuencia. Explica Universidad de Chile que no se trataría de un gesto discriminatorio, pues se puede apreciar que el hincha solo sostiene en su mano el plátano y hace gestos como de tener frío, pero no amaga comerse el plátano como un mono, y tampoco hace gestos de mono con el plátano en la man a modo de recordatorio de aquella anecdótica situación ocurrida años antes”, dice.
El juicio de la Conmebol
En el mismo escrito, en la página 46, la entidad con sede en Luque comienza lamentando la gravedad los hechos de violencia que marcaron el duelo.
“En primera medida, se debe destacar la gravedad de las infracciones de las cuales es responsable Universidad de Chile, como son los actos de agresión, violencia, lanzamiento de objetos a otros espectadores, activación de objetos pirotécnicos, entre otros, los cuales constituyen infracciones muy graves a la disciplina deportiva”, dice.
De ahí, en adelante, explica las razones de otorgarles 7 partidos de local y de visitante. “Los hechos de violencia cometidos por los aficionados visitantes merecen que la sanción a imponerse sea lo suficientemente disuasoria y ejemplificante con el propósito de reducir al máximo la posibilidad de futuras infracciones”, advierte.
“Así, consta de las pruebas audiovisuales obrantes en el expediente, como de los informes de los oficiales de partido, que fueron los aficionados de Universidad de Chile quienes comenzaron a arrojar objetos contundentes y líquidos a la hinchada rival, desde antes de iniciarse el partido. Y también consta en las mencionadas pruebas que los disturbios ocasionados por hinchas visitantes se produjeron también durante el entretiempo y en lo poco que duró el segundo tiempo”, señala.
“Lo mencionado, va con lo exhibido en el Video 10, prueba donde se observa a un hincha de Universidad de Chile, en la parte interna de la tribuna, exclamando ”somos los de abajo” e insultos posteriores, portando un cuchillo de dimensiones medianas y a otros aficionados rodeándolo, mientras utilizan pasamontañas. Todos estos elementos, permiten a esta Comisión concluir que el ánimo de muchos de los aficionados visitantes fue siempre de causar caos y desorden dentro del estadio", clarifica.
En relación a la multa de US$120 mil, la Conmebol no creyó la justificación de los azules." Los argumentos por los cuales el club pretendió se les exonere de responsabilidad no generaron la suficiente convicción en esta Comisión de que no se haya tratado de un acto de racismo; por el contrario, esta Comisión observó Video 1 a un mono con la intención de provocar y burlarse de un aficionado de Independiente, y no consideró relevante para estos efectos la anécdota de milagroso. Ahora bien, debe señalarse que la Universidad de Chile es reincidente en este tipo de conductas, pues fue sancionado por un acto discriminatorio cometido por uno de sus hinchas en el expediente CL.O-139-25. Por lo tanto, se configuró en el presente caso un elemento agravante de responsabilidad del club. Por otro lado, no se observan elementos de atenuación de la responsabilidad", complementa.
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