¿Se derrumba la dorada?

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Como sucede en Chile, acostumbrados a los destructivos terremotos, ipso facto urge una reconstrucción. Con el declive de la generación dorada... ¿se derrumba esta exitosa camada? Unos dicen que sí. Que ese reloj se derrite cual pintura de Dalí. Otros creen que tiene cuerda para rato. Debates más o discusiones menos, la realidad golpea nuestros corazones.

Veamos el actual escenario mundial:

Claudio Bravo. Su regreso es un enigma. Se ignora cómo será su recuperación física del tendón y la mental con el camarín.

Johnny Herrera. Bajo los tres palos azules, sufre un permanente calvario.

Mauricio Isla. De tren bala se asoma como tren a carbón.

Gary Medel. De actor del cine arte de Federico Fellini, ahora es extra de una empalagosa serie turca.

Gonzalo Jara. Nadie mueve un dedo por él. Ya no está en los anales de nadie. La U y la barra le dan peligrosamente la espalda.

Jean Beausejour. Las lesiones por doquier lo tienen en el ostracismo nacional.

Eugenio Mena. Silente y cumplidor en el extranjero, tendría un lugar en el afecto popular.

Charles Aránguiz. Ya sufre heridas que no cierran. Además, no es germano para resistir tantas guerras cotidianas.

Arturo Vidal. En el Barcelona, cual vino de cepa, lo etiquetan como gran reserva. Al final de temporada, verán si fue acertada la compra de liquidación.

Marcelo Díaz. Atropellado por Reinaldo Rueda, con Racing demuestra su resurrección.

Fuenzalida. Lo soportaría la galería con una supuesta corona de campeón.

Eduardo Vargas. Sin goles, pierde titularidad y gana el menosprecio de su entrenador.

Y Alexis Sánchez. Hasta del Brexit lo quieren echar. Le disparan de todos lados. Parece ganso en vuelo migratorio. El amor le pegó un piedrazo y no un flechazo, como en Cupido es lo habitual. Le cortaron el pelo como a Sansón. Mourinho no le cree y menos los hinchas ingleses. ¿Qué equipo es para el molde de Alexis? Si no lo era el Barcelona, menos el Arsenal ni el Paris Saint Germain ¿Qué otro club lo puede acoger?

La reconstrucción es compleja. Salvo que, los que vienen y los que fueron, de arquitectos vuelvan a vestirse de albañil.

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