Cine Arte Normandie, el bastión de la pantalla grande en medio de la pandemia

El cine de calle Tarapacá fue el primero en abrir con películas a sala cerrada y en formato tradicional. No caben más de 200 personas por razones sanitarias, pero público hay: tal vez el pregonado fin de las salas no es tal. No al menos como se anuncia.


Alex Doll, fundador del Cine Normandie junto al ya fallecido crítico Sergio Salinas, ha aguantado demasiadas veces la borrasca como para bailar al ritmo de los pregoneros del fin de las salas. Aquilata que la situación es delicada y que probablemente el mundo tras un hipotético fin de la pandemia será un paisaje con menos multisalas y quizás más cines pequeños, pero no cree que este sea el peor de los tiempos. No es el peor que él ha vivido al frente del cine arte más antiguo del país, próximo a cumplir 40 años en el 2022.

Para muestra entrega una postal. Una de los años 90, cuando Chile salió al mundo y todos escaparon de los refugios culturales de los 80. “El peor año para nosotros fue 1992, cuando cerró una gran cantidad de cines en el país y cuando tuvimos que venirnos desde la Alameda a calle Tarapacá”, recuerda Doll. “A inicios de los 90 quebraron también todas las peñas que había en el país. No sési alguien se acuerda de eso. Ya no estábamos en dictadura y el público no necesitaba ir a guarecerse a algún local para ver o escuchar algo”, dice el empresario cinematográfico.

Con aquella experiencia a sus espaldas es que mira el 2021 apostando al vaso medio lleno. Es decir, con moderado optimismo. Quizás esa misma conducta es la que gobierna la decisión de abrir el Cine Arte Normandie, la primera sala del país que comenzó a exhibir películas con regularidad hace dos semanas. El recinto que administran otros integrantes de la familia Doll entró a jugar al difícil terreno de la exhibición presencial en tiempos de pandemia y hasta el momento ha mantenido una asistencia plausible.

El camino del Normandie lo siguió desde el fin de semana pasado la Sala K, que con un aforo al 50 por ciento exhibe los fines de semana la película chilena Algunas bestias, drama de Jorge Riquelme protagonizado por Alfredo Castro y Paulina García. Dentro de los próximos días se espera la reapertura de El Biógrafo y del Centro Alameda en el Centro Cultural del Instituto Nacional (Ceina).

Cine sin blockbusters

“Nuestra sala es de 650 personas, pero nosotros permitimos hasta 200, es decir un aforo que es bajo el 50 por ciento aceptado. Lo hacemos para no estar al límite de la exigencia sanitaria y para dar tranquilidad a nuestro público”, explica Scarlett Bozzo, gestora del cine de calle Tarapacá. Como el recinto nunca ha funcionado con el negocio paralelo de los alimentos (que ha impedido la regreso hasta hoy de las multisalas), es completamente lógico que quien vaya al Normandie entre sin comida ni bebestibles.

Bozzo cree que la situación es compleja y que la viabilidad comercial es sostenible en la medida que lleguen los apoyos estatales. Normalmente el Normandie se sostenía con un modelo que mezclaba cine chileno, cine independiente estadounidense, cine europeo, pero no en menor medida algunos blockbusters de categoría como Guasón, que el año pasado concentró una buena cantidad de espectadores. En el accidentado 2020, por supuesto, no hay superproducciones. Nadie las quiere estrenar.

“Ese es un problema de las grandes empresas distribuidoras. Yo daría inmediatamente Tenet, de Christopher Nolan, si Warner permitiera la exhibición. Pero no es el caso”, comenta Alex Doll. Sin embargo, el Normandie (como el Centro Arte Alameda, la Sala K o la Cineteca Nacional, en Santiago), siempre han jugado sus cartas a favor del cine chileno o las producciones independientes y eso se nota en su programación. Bastante.

La semana pasada se estrenó, por ejemplo, Pájaros de verano, la muy bien criticada película de los colombianos Ciro Guerra y Cristina Gallego acerca de la estragos del narcotráfico en una comunidad de pueblos originarios en Colombia. La cinta fue la candidata de ese país al Oscar internacional 2019 y ya desde su exhibición en el Festival de Cannes había llamado la atención de los críticos. Una semana antes se había estrenado el documental La cordillera de los sueños de Patricio Guzmán, la película nacional que en el 2019 ganó el premio a Mejor documental en el mismo Cannes y que aborda el Chile de hoy enfrentado a un eventual cambio.

La oferta del Normandie es con tres funciones a día, con butacas separadas por un asiento hacia los lados y por una fila hacia adelante. Son las condiciones del cine en medio de una pandemia, pero a cambio hay una pantalla grande en frente. Ahí también se pueden ver otros dos trabajos nacionales como Pacto de fuga de David Albala y Matar a Pinochet de Juan Ignacio Sabatini, pero también clásicos a mil pesos de Tim Burton como Marcianos al ataque o clásicos clásicos como El mago de Oz, el filme de 1939 con Judy Garland.

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