Dos años del narcotest: el 21% de los controles aplicados a conductores da positivo

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A nivel nacional, desde la vigencia de la norma se han tomado 5.665 pruebas en la vía pública. La sustancia más detectada por los 53 dispositivos operativos es la marihuana, seguida por cocaína y metanfetaminas. Los expertos coinciden en que el fenómeno obedece a una baja percepción de riesgo al manejo bajo uso de estupefacientes.


La proporción es así: uno de cada cinco controles narcóticos preventivos, realizados a personas que van conduciendo, arroja un resultado positivo para alguna sustancia ilícita. Así lo informa el Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) a dos años de la implementación de la medida, que busca reducir el uso de estupefacientes.

Son resultados “altamente preocupantes” para la autoridad. “Y va a seguir siendo preocupante mientras tengamos personas manejando bajo los efectos del alcohol o cualquier droga. Es una cultura preventiva la que hay que instalar, que todavía no tiene el tiempo suficiente”, expone Carlos Charme, director de Senda.

Alberto Escobar, gerente de Movilidad de Automóvil Club de Chile y especialista en seguridad vial, dice que las cifras “no sorprenden”. Y añade: “La incidencia del consumo de sustancias siempre ha estado presente en la siniestralidad vial en Chile. Se trata de una causa de accidentabilidad atribuible a la conducta humana y, como tal, completamente evitable”.

Los resultados del reporte de Senda señalan que desde su implementación, en la primera mitad de 2019, a la fecha, se han realizado 5.665 controles de narcotest, resultando el 20,74% de ellos positivos, es decir, 1.175 exámenes.

Mientras, el desglose de los datos muestra que el 72% de los positivos fue por cannabis, la principal droga descubierta. Le sigue con un 23% la cocaína y más atrás metanfetaminas (2%), anfetaminas (0,9%) y opiáceos (0,4%).

“El problema más serio es el tiempo de reacción, porque uno aprende a manejar midiendo sus propios tiempos y hay drogas que los echan a perder. La marihuana es precisamente una de esas, te aletarga, disminuye la alerta y en ese sentido disminuyen los tiempos de reacción”, expone Rafael Delpiano, doctor en transportes y académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes.

Charme, el director de Senda, aporta otra mirada: “La población adulta tiene una baja percepción de riesgo de cierto consumo de drogas, como la marihuana, cocaína o metanfetamina. Eso trasunta en el bajo riesgo que se cree se tiene para manejar también”.

Escobar, de Automóvil Club, recuerda que “históricamente los conductores en Chile han minimizado el efecto de las drogas en la conducción y no lo relacionan como una actitud riesgosa, especialmente la marihuana”. Señala, además, que sus propios estudios han detectado que un 5% de los conductores maneja habitualmente bajo los efectos de la marihuana, lo que, asegura, explica la baja peligrosidad que se les asigna a este tipo de conductas.

Delpiano asiente: “Durante muchos años se hizo un esfuerzo grande por normalizar el consumo de marihuana. Sin embargo, estas drogas pueden causar muertes por estos otros caminos. En ese esfuerzo comunicacional por normalizar la marihuana, la gente perdió de vista estos otros efectos”.

Para Luis Sánchez, ingeniero en Prevención de Riesgo y docente de la misma carrera en la Universidad Mayor, el 21% de positividad en los narcotest puede ser resultado de que “estamos en un proceso de estrés y hay muchas personas que se pueden estar automedicando o drogando para aliviarlo. Los resultados que aparezcan hoy no necesariamente pueden ser los mismos que en un contexto de funcionamiento normal”.

Los controles

Cuando debutó el dispositivo antinarcótico, Chile contaba con 17 equipos (uno por cada región y dos en la Metropolitana). Hoy, exponen desde Senda, son casi el triple, llegándose a casi 9.000 kits de toma de muestra por año. “Una vez que tuvimos la conciencia técnica y las evaluaciones correspondientes fuimos comprando más narcotest, para llegar a los 53 que hoy están en todo el país”, explica Charme. Y agrega: “¿Nos gustarían que fueran más? Claro, nunca van a ser suficientes si no cambiamos la actitud personal”.

A su vez, el gerente de Automóvil Club de Chile añade que “la realidad de las drogas en la conducción es escandalosa y es clave ir aumentando progresivamente los controles preventivos en las calles, tal como lo ha venido desarrollando Senda en los últimos años. Cuando solo se fiscaliza el 7% del total de conductores en el país, la sensación de impunidad prevalece y el cambio cultural es cero”.

Eso, señalan los expertos, podría explicar que una de cada cinco personas controladas arroje positivo, no reparando en los daños que podría ocasionar a su propia vida o a la de los demás. “El sistema nervioso está compuesto por neuronas y estas se comunican haciendo sinapsis. Cuando uno consume drogas estos impulsos se ven disminuidos o acelerados, generando algún daño en la respuesta y eso lleva a estar en un estado de somnolencia, relajación o presión, llevándonos a hacer alguna acción que no es acorde a la voluntad de la persona. Por eso algunos después de un accidente dicen “yo iba a frenar y vi el disco Pare muy encima”, pero ya había chocado. La persona no alcanza a reaccionar”.

La pandemia también ha sido un factor a la hora del balance. Esto, porque las medidas sanitarias por causa del coronavirus condicionaron la periodicidad y la aplicación de los controles preventivos, que son por saliva o soplido, por lo que se elaboró un protocolo especial junto a la autoridad sanitaria para continuar con su funcionamiento.

“Quién tiene el mandato legal, cómo, cuándo y dónde controlar, es Carabineros, por ley. Y bajo su disponibilidad logística van determinando. La pandemia afectó a muchas operaciones de Carabineros en muchas áreas de prevención. Nosotros activamos protocolos especiales para trabajar en los controles preventivos y se dispuso una serie de medidas para proteger al conductor y al carabinero, para no exponer a ninguno. El flujo efectivamente bajó, porque las circunstancias también cambiaron; hay un toque de queda”, señala el director de Senda.

Además, Charme adelanta que el pasado martes Senda y Carabineros acordaron el uso del narcotest en el caso de personas que estén involucradas en accidentes con resultado de muerte, algo que hasta aquí no ocurría, porque el narcotest solo tenía por finalidad la prevención, sacando de circulación al infractor. Hoy también servirá para determinar el uso de drogas de los involucrados en aquellas eventualidades.

En términos del consumo de alcohol, el balance de Senda muestra que el 0,9% de los alcotest aplicados en conductores dio positivo, pero de 319.047 controles realizados.

Pero ¿por qué se realizan más controles preventivos de alcohol que de drogas? Charme plantea que, además de que existe mayor disponibilidad de aparatos para medir el consumo de alcohol, el protocolo de aplicación es bastante específico “y determina a qué tipo de personas se les hace el narcotest: que vengan manejando erráticamente, que al momento de ser controlados el conductor no puede seguir indicaciones o tenga la mirada perdida, o bien que haya olor a cannabis dentro del vehículo. No a todo el mundo le hacemos el narcotest, el público objetivo es menor”, añade.

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