El flanco derecho de Coloma: las soterradas turbulencias que debió sortear para sellar una agenda de seguridad con La Moneda

La ministra Tohá y el senador Coloma en la reunión del 7 de abril, junto a la secretaria general de la Presidencia (s), Macarena Lobos y el presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic.

La política de acuerdos que ha promovido el apodado “coronel” de la UDI ha tenido que sortear las presiones desde la derecha para endurecer el tono con la alianza gubernamental, especialmente a semanas de las elecciones de consejeros constitucionales. En las directivas de Chile Vamos, que también están presionadas por la competencia que ha levantado el Partido Republicano, admiten en privado que ha existido incomodidad con ciertos movimientos del presidente del Senado.


“Lo veo muy cercano a los de enfrente”, le lanzó como chiste en la sesión del pasado martes el senador Iván Moreira (UDI) a su correligionario de partido y presidente del Senado, Juan Antonio Coloma.

En esos instantes, el parlamentario por Los Lagos se oponía a la petición de Álvaro Elizalde (PS) de cambiar el orden de la tabla de la sesión para favorecer un proyecto de ley sobre paridad, y aprovechó de bromear con Coloma quien había manifestado su disponibilidad a la petición del socialista.

Aunque Moreira suele tratar de divertir las sesiones con comentarios de ese tipo, sus palabras traslucían sin querer un escenario delicado en el que ha tenido que desenvolverse Coloma desde que asumió la presidencia del Senado en marzo pasado.

Como promotor de una política de acuerdos con el oficialismo y el gobierno, uno de los denominados “coroneles” de la UDI ha tenido que sortear y ajustarse a las presiones desde la derecha para marcar un tono de mayor dureza con la alianza gubernamental, especialmente a semanas de las elecciones de consejeros constitucionales.

En las directivas de Chile Vamos, que a su vez también están presionadas por la competencia desde el flanco derecho que ha levantado el Partido Republicano, admiten en privado que ha existido incomodidad con los movimientos y jugadas de Coloma. Incluso, algunos lo ven muy complaciente con La Moneda.

Particularmente la incomodidad comenzó a evidenciarse con la agenda de seguridad.

A las directivas de Chile Vamos no agradó que Coloma hiciera esfuerzos para tratar de esperar a la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), para la firma de dicho pacto.

En esos días, los diputados de la UDI, RN y Evópoli, junto algunos senadores de oposición, eran partidarios de seguir imponiendo el ritmo de la agenda legislativa, tal como ocurrió con la llamada ley Nain-Retamal (que crea un estatuto de protección jurídica a policías y militares que use su armamento en situaciones extremas).

Sin embargo, a pesar de las tensiones, Coloma fue clave al momento de convencer a las bancadas de derecha para que la ley Nain-Retamal no se votara el mismo día que llegó al Senado (el jueves 30 de marzo) y se dieran un tiempo para analizar el texto y proponer enmiendas. El gesto del presidente del Senado trajo un alivio al gobierno para que los ministros Tohá, Luis Cordero y Macarena Lobos (entonces subrogante en la Secretaría General de la Presidencia) pudieran rearmar su estrategia legislativa que en esos instantes iba encaminada hacia una nueva derrota gubernamental a semanas del fracaso de la reforma tributaria.

Un cuadro similar se vivió con el proceso de elaboración de la nueva agenda de seguridad, que surgió tras el asesinato del suboficial de Carabineros, Daniel Palma, el miércoles 5 de abril.

En momentos en que legisladores de derecha subían exigencias de mano dura, incluso, algunos solicitando la salida de la titular del Interior, Coloma concurrió a La Moneda, el jueves 6, a un encuentro convocado por el Presidente Gabriel Boric, con representantes de todos los poderes del Estado. A esa cita asistieron Tohá, Cordero, Lobos y el presidente de la Cámara, Vlado Mirosevic (liberal).

El viernes 7, el presidente del Senado volvió a reunirse en La Moneda con Tohá, Lobos y Mirosevic para comenzar a diseñar una agenda, que inicialmente iba tener sólo 10 puntos. Y durante todo el fin semana estuvo en comunicación particularmente con la ministra del Interior.

Sin embargo, debido a las presiones que estaban enfrentando el gobierno, por la izquierda, y el mismo Coloma, por el flanco derecho, la agenda creció a 31 proyectos. De todas formas, ese listado no dejó completamente conforme a algunos senadores de RN y del Partido Republicano, pues dejaba fuera mociones que eran impulsadas especialmente por esas bancadas.

A ello se sumaba el problema de que la ministra del Interior y el presidente de la Cámara no tenían el suficiente margen de maniobra en las fuerzas de Apruebo Dignidad (PC y Frente Amplio), lo que llevó a Coloma poner cierta pausa para que el oficialismo tratara de ordenarse lo más posible.

Algunos parlamentarios de derecha dicen que también les hizo ruido que Coloma dijera el lunes que “hay un gobierno que entiende que la seguridad tiene que abordarla con un nuevo criterio”.

Dirigentes de Chile Vamos, que prefieren mantenerse en el anonimato, admiten que detrás hay un temor electoral, pues a días de las elecciones de constituyentes del 7 de mayo, no es prudente que la coalición se vea muy ligada al Ejecutivo. Ello podría ser aprovechado por los republicanos para arremeter y cuestionar a los partidos tradicionales de derecha.

Una muestra de ello fue el comentario al pasar que hizo el senador y presidente de RN, Francisco Chahuán, en Radio Cooperativa, en el que se abría a que un órgano estatal administre las pensiones. Inmediatamente, el excandidato presidencial de los republicanos, José Antonio Kast, quien es una carta que podría volver a competir por La Moneda, lo emplazó por redes sociales pidiendo explicaciones a todo Chile Vamos.

Un miembro de la mesa de la UDI admite que en el partido hubo ruidos y resquemores de que Coloma apareciera sellando un acuerdo de seguridad con La Moneda, a pesar de que ese pacto solo era un listado y un cronograma que no obligaba a votar de determinada manera.

En las bancadas opositoras finalmente se resolvió apoyar el plan de Coloma para dar señales contra la delincuencia. Sin embargo, también se acordó que los acercamientos solo debían limitarse a ciertos puntos de la agenda de seguridad y, en ningún caso, dar espacio a un entendimiento en otras materias como el royalty a la minería. De ahí, los motivos de fondo de la carta de presidentes de Chile Vamos, en los que pedían al gobierno quitarle la urgencia al royalty y retirar la reforma de Reglas de Uso de la Fuerza, que, según el análisis de la oposición, sería una cortapisa para la ley Nain-Retamal.

Con esas consideraciones sobre la mesa, la decisión mayoritaria de las bancadas de RN, la UDI y Evópoli es mantener un piso de apoyo a Coloma.

Frente al riesgo de una arremetida de los republicanos, el senador Moreira sostuvo que “algunas personas se equivocan en los conceptos. Una cosa es la debilidad y otra cosa es la habilidad. Y Juan Antonio ha sido muy hábil de llevar la fiesta en paz y sacar adelante proyectos de ley tan importantes que le convienen al país”.

El senador y jefe de bancada de RN, Manuel José Ossandón, señaló que respaldan plenamente las gestiones lideradas por Coloma. “Era la oportunidad (para empujar una agenda de seguridad). Y, claro, nosotros vamos a complementar eso, que es distinto. Al menos con los senadores Felipe Kast y Alejandro Kusanovic también tenemos otros proyectos y los vamos a priorizar. Pero el hecho de dar la señal y dar importancia a los problemas de seguridad, creo que lo hizo bien el presidente del Senado”, dijo el legislador de RN, que integra la Comisión de Seguridad de la Cámara Alta.

También dio su apoyo a Coloma el senador José Durana (UDI), quien ha sido uno de los más severos para pedir un endurecimiento en seguridad y control migratorio, al punto que votó en contra de la ley Nain-Retamal y de las últimas renovaciones del estado de excepción en el sur como forma de protesta. De todas formas, Durana advirtió que “ojalá, no más, que no estemos con fast track con el royalty”.

Por su parte, otros legisladores de oposición también hicieron ver ciertos reparos, aunque no vinculados necesariamente al factor electoral.

“No tengo problema que se apure la agenda, pero que se apure en los horarios que tenemos definidos para trabajar. Apurar estos temas en semanas previstas para el trabajo en regiones es una falta de respeto sobre todo para las regiones más apartadas. Lo que no se hizo en 20 o 30 años, no lo vamos a resolver en un día, perfectamente pudimos habernos corrido unos días y haber hecho el mismo trabajo con calma”, indicó el senador Kusanovic (independiente-RN) , quien representa a Magallanes y parte de la Comisión de Seguridad.

“Estamos contentos con la priorización de buenos proyectos, valoramos el trabajo, en particular del presidente del Senado. Pero también es verdad que la mayoría de los proyectos priorizados por Republicanos no están en esa lista. La lista es insuficiente”, añadió, en tanto, el senador Rojo Edwards (P. Republicano).

Cercanos Coloma, en todo caso, aseguran que nunca recibió una advertencia por la agenda de seguridad.

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