Experiencia Black Mirror: cómo es la esperada película interactiva de Netflix

BM_Bandersnatch_still_08
Black Mirror Season 5

Videojuegos, conspiranoia y comentario político se mezclan en el filme, que permite al espectador tomar decisiones sobre la historia, aunque con limitaciones.


Desde tomar de desayuno cereal de hojuelas de maíz o cereal bañado en miel, hasta determinar si debe morir uno u otro personaje, pasando por aceptar desarrollar un videojuego con una compañía especializada. Entre esos puntos fluctúa la posibilidad de elección que brinda la película interactiva de Black mirror, titulada Bandersnatch y disponible desde hoy en Netflx. Por cierto, se trata del primer filme de la serie británica que ha sorprendido al mundo con sus inquietantes distopías desde 2011, pero también un proyecto que podría dar paso a nuevas producciones similares, quizás con un abanico incluso mayor de alternativas que lo nuevo del creador Charlie Brooker.

Luego de una explicación en que se detalla que el espectador tendrá dos posibilidades cada cierto tiempo (que debe elegir con su control remoto antes de completar diez segundos), la acción en la película parte el 9 de julio de 1984, en que un joven llamado Stefan (Fionn Whitehead) se levanta para ofrecerle una idea de videojuego a la empresa Tuckersoft, que tiene como principal estrella al joven Colin RItman (Will Poulter). La idea que les presenta a través de un demo, inspirada en el libro Bandersnatch y consistente en hacer un videojuego que permita al espectador la opción de escoger entre dos opciones que pueden definir el curso de la historia, gusta al dueño de la compañía, por lo que lo obvio, cuando aparece en la pantalla aceptar o no la oferta de desarrollar la idea junto a ellos, es que uno opte por el "Sí". Pero las reglas del filme apuntan a que –y el único camino para no quedarse entrampado– es que el personaje rechace el ofrecimiento. Al volver a intentarlo, en lo que es la primera vez que la película ofrece retroceder la historia, si se elige "No", el protagonista dice que prefiere desarrollar el proyecto en solitario en su casa, hasta entregarlo en septiembre para que salga a la venta en Navidad.

A partir de ahí vienen otras posibilidades más cruciales para la historia, pero hay sucesos que ocurrirán de todas maneras, como que luego de comprar un vinilo (que también uno puede escoger) Stefan adquiere un libro que aborda la vida de Jerome F. Davies, el autor del texto que quiere adaptar en su videojuego y un personaje que la historia ha recordado como quien enloqueció y terminó asesinando a su esposa. Luego el personaje, quien toma pastillas y vive con su padre después de perder a su madre siendo niño, entra en un espiral crítico que tiene en un rol clave a quien está viendo.

Dependiendo de las elecciones, la cinta puede durar incluso menos que un capítulo promedio de la serie, o llegar a la hora y media. Todo dependerá de lo que vaya decidiendo el espectador y de cuánta disposición tenga a volver a comenzar cuando en ciertos puntos la narración queda en un punto muerto. Y dentro de una gama de finales que siempre involucran un componente trágico, hay algunos más frustrantes o satisfactorios para el protagonista. Pero, en cualquier caso, lo que propone directamente Black mirror con este experimento es un comentario sobre el libre albedrío, que se acentúa si uno logra abrir una veta más política y conspiranoica de la historia. La experiencia está bañada por un humor negrísimo que incluso da para que el mismo Netflix se involucre en la historia y aparece como opción, en un momento en que el protagonista se pregunta quién está tomando decisiones por él. De seguro no es un ejercicio perfecto de interacción, pero es tan absorbente, adictivo y frustrante que cualquier explicación posible, no se compara a vivirla por sí mismo.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.