Rector del Instituto Nacional: "No conozco ningún establecimiento donde no haya alguna conducta machista"

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Fernando Soto afirma que la ola de críticas que sufrió la institución durante los últimos días es injusta. Asegura que, durante su gestión, se ha avanzado en el objetivo de enfrentar la educación sexista y que siguen en esa búsqueda permanente.


Es uno de los escenarios más complejos que le ha tocado encarar desde que asumió las riendas del Instituto Nacional, en septiembre de 2014. Así lo confiesa Fernando Soto Concha, rector del emblemático liceo. En las últimas semanas, debió enfrentar duras críticas por el mensaje machista inscrito en el polerón de un curso, situación que motivó una toma feminista histórica por parte de alumnas del Carmela Carvajal; una funcionaria haitiana denunció un caso de acoso al interior del establecimiento, e incluso le han comentado que el colegio es una 'cuna de violadores'.

"Me parece una caricatura injusta", dice. En medio de la polémica, Soto revela su deseo de que el Instituto Nacional pueda ser mixto en el corto plazo, y cree que las alumnas del Carmela Carvajal "están equivocadas en algún sentido". También opina sobre el feminismo y la crisis pública respecto de estos temas.

Durante la presentación de su plan "Por una educación sexual no sexista en Santiago", el alcalde Alessandri mencionó que "la educación bajo la óptica del siglo pasado de separar, ha llevado a que la sociedad a veces tolere conductas que son completamente impropias". ¿Qué opina acerca de esa afirmación?

Yo participo de la mirada de él, en el sentido de que, efectivamente, la discriminación por género en la educación escolar, genera comportamientos que no son los más esperables en una conducta social. Doy mi propia experiencia: me formé en el Instituto, en ese tiempo se entraba en quinta preparatoria que corresponde hoy a quinto básico, y efectivamente vivíamos entre puros hombres. Las actividades extraprogramáticas, todo. Entonces, cuando entré a la universidad, no entendía cómo pensaban las mujeres, qué cosas sentían, a qué cosas se animaban, cuáles eran sus grandes preocupaciones. Eso no es normal. Yo, en mi cuarenta años de pedagogía, he tenido la posibilidad de trabajar en todo tipo de colegios y, en largos años trabajando en colegios mixtos, uno descubre la naturalidad con que niñas y niños van descubriendo el mundo que los rodea sin trancas, sin las miradas parciales que la educación monogenérica va formando a los muchachos.

¿Cree que esta tradición de los colegios monogenéricos son causantes de la denominada educación sexista?

Tienen participación. Pienso que esas primeras formas de transmisión de la conducta social se dan en los hogares y en la más temprana infancia. Pero los colegios que tienen esta tradición colaboran en esa mirada. Ahora, el nuestro, como muchos colegios hermanos de niñas y de varones, son colegios de gran tradición. Hay que conocer un poquito la historia y nuestra tradición en el Instituto Nacional, que cumple 205 años en agosto, es una tradición de ir en la vanguardia en muchos procesos de cambio en la educación. Desde las aulas del Instituto se promovieron cambios revolucionarios para su época: un ejemplo, en 1870, Diego Barros Arana, con el apoyo estudiantil, fue quien impulsó la integración de las ciencias naturales a los programas de estudios de la educación de las humanidades, hoy educación media. Y con enorme oposición de los sectores más conservadores, la Iglesia en ese momento. Cambios profundos que se llevaron a cabo desde las aulas del Instituto.

El Centro de Ex Alumnos del Instituto Nacional presentó un comunicado en el que manifestaron que "la diversidad de los modelos educativos asegura la libertad", dando a entender que preferían mantener la tradición. ¿Ha conversado con ellos al respecto?

Muchas veces. Tengo un vínculo directo y fraterno con la actual directiva del Centro de Ex Alumnos, así como con las anteriores. Los ex alumnos del Instituto suman varias decenas de miles, y representan este tesoro que ha tenido a lo largo de su historia: el gran pluralismo y el enorme arcoíris de ideas, visiones del mundo, posiciones ideológicas, políticas, religiosas, etc. La actual directiva tiene esa mirada, que es súper respetable, ellos dicen 'que el apoderado elija: si quiere un colegio de hombres o mixto'. Y está bien, tienen pleno derecho a tener esa mirada. Yo no la comparto, pero la respeto. Somos un establecimiento laico, en el sentido de que tratamos de transmitirle a toda la comunidad de que nadie es dueño absoluto de la verdad. Tenemos que hacer permanentemente el ejercicio de tratar de entender de la otra persona que está al frente, sin tener la sensación de que nosotros somos dueños de la verdad. Yo disiento de la mirada de la actual directiva, creo que debemos promover la formación de las nuevas generaciones en el sentido de que respeten la diversidad y la dignidad de la persona humana, cualquiera sea su condición: de sexo, de género, ideológica, política.

El actual presidente del Centro de Estudiantes del Instituto Nacional comentó que, durante el año pasado, en una asamblea se votó y la mayor preferencia fue que el colegio fuera mixto...

Hemos conversado con el presidente actual y con los anteriores, desde hace cuatro años, esta idea de ir avanzando progresivamente hacia una educación mixta en el Instituto Nacional. Ahora, hay que tener clara la característica de que ésta es una comunidad enorme: 4300 estudiantes, sus padres, funcionarios, profesores, asistentes de la educación. Como este tema, de profundo cambio de cultural y educativo, no se puede imponer por decreto, lo que nosotros intentamos es convocar a la reflexión, que la comunidad se informe primero, de las experiencias, para ir sumando, cautivando con esta idea. Pero ésta es una comunidad dinámica y, hace un tiempo atrás, antes de la presidencia actual, hubo otras intenciones de hacer una estadística y la mayoría se negaba. Y si uno hace ese mismo ejercicio entre profesores, las cifras no son tan dispares. En los apoderados y ex alumnos pasa igual. Entonces, la idea es que sumemos gente a esta propuesta y que cada cual pueda opinar con conocimiento de causa.

Entonces, como rector, ¿se abre a la opción de que el Instituto Nacional sea mixto?

Absolutamente. Pero eso tiene que ir de la mano con otro proceso, que no deja tener algún nivel de complejidad. Desde ya, estamos tranquilos, porque la autoridad municipal ha manifestado su apoyo a cumplir con las condiciones de infraestructura que requeriría el cambio. Y los financiamientos se buscarán donde se pueda, y el Estado tendrá que ayudarnos a avanzar en ese camino, de tener las instalaciones adecuadas. Sólo se puede implementar la incorporación de estudiantes de sexo femenino, para que sea un aporte y no un conflicto, tiene que ir de la mano de un proceso de rebajar la edad de ingreso del Instituto. A partir de una edad menor, de cierta etapa de la infancia, los procesos de adaptación son mucho más naturales. Si yo ingresara el próximo mes niñas de cuarto medio generará alguna tensión, porque los muchachos no están acostumbrados en un contexto escolar. Ambos procesos deben ir de la mano. Ojalá sea mixto en el más breve tiempo, pero también tenemos que intentar generar una propuesta en ese sentido.

Indicó hace un tiempo que trabajaba en un programa para incluir expertos que sumen y avanzar en este debate. ¿Se traza algún plazo?

Una de las cosas más difíciles de enfrentar en el Instituto Nacional son los calendarios, porque la realidad es más dinámica que lo que uno pueda diseñar en un papel. Yo quisiera que esto fuera en el corto plazo y que, en el próximo bimestre, podamos tener este programa desarrollado, habiendo ofrecido a la comunidad distintas miradas de expertos e investigaciones para que cada cual construya su opinión. Yo quisiera que no tuviéramos más pérdidas de clases, para dejarle espacio a esta reflexión, que es necesaria.

¿Qué le podría decir usted a quienes se oponen a esta medida y tienen una visión acaso más conservadora?

Un ser humano que está en un espacio de aprendizaje, como es el aula por ejemplo, o los pasillos o el patio, va a descubrir en el universo que lo rodea, sea en el contexto natural o social, una mirada de mayor riqueza cuando puede ser complementada su visión masculina y una femenina. Tener una sola visión es tener una visión truncada de la realidad. Y eso va dándole mayor policromía, mayor calidad a los procesos de aprendizaje. Cuando yo estoy definiendo las características de los movimientos literarios, obviamente, yo hombre, voy a necesitar la mirada de una compañera, que me muestre aspectos que no pude tomar en cuenta. Y eso me enriquece. La co-educación tiene más aportes que riesgos. Muchas de las deficiencias que hoy vemos en el comportamiento social, diversas manifestaciones de violencia, disminuirían mucho a partir de una educación más natural.

¿Qué opina sobre el feminismo?

Es un tema que me ha acompañado por muchos años en esta búsqueda intelectual. A lo largo de la historia, ha habido una permanente búsqueda de ir construyendo una sociedad más fraterna e integral. Los desafíos más relevantes han sido de distintas características: se luchó contra la esclavitud, hubo que vencer dogmatismos religiosos terribles. Y la humanidad fue avanzando. Entre todas esas grandes causas que se han levantado y esas banderas para darle mayor riqueza al progreso, el feminismo tiene el pleno derecho. Solidarizo plenamente con las causas de la mujer: que se respete su dignidad como persona, que tienen las mismas posibilidades que el varón en términos de definir su futuro, que tiene que haber equidad en los derechos, en el aspecto laboral debiesen tener las mismas condiciones que el varón. Abrazo y solidarizo plenamente con esas causas trascendentes del feminismo.

Sin embargo, creo que éste es un tema complejo y que está en el seno de todos los hogares. Y obliga a las personas de mayor conciencia a definir estrategias de visibilización de estas causas nobles, de manera de sumar adeptos y no de restar adeptos. Cuando un grupo de mujeres se manifiesta con fuerza, con pasión contra la violencia, no lo puede hacer a través de la propia violencia. Eso confunde a la persona que no está en la causa militante del día a día. Y en lugar de sumar apoyo, al menos, genera confusión.

Cree que las tomas feministas a nivel nacional generan confusión...

No, no he generalizado a ese nivel. Yo creo que muchos de los movimientos que han habido en diversas universidades están absolutamente bien planteadas y las apoyo. Solo sentía como ex alumno de este colegio y profesor, y conociendo la historia del aporte que ha hecho el Instituto Nacional a la educación de muchas generaciones para la construcción de una sociedad mejor, que cuando una niña muy joven dice 'el Instituto Nacional es cuna de violadores' es una generalización injusta. Y eso me produce dolor.

Y en el caso de la toma del Carmela Carvajal acá en el Instituto Nacional, ¿está de acuerdo?

No estoy de acuerdo. Pienso que están equivocadas en algún sentido. A una niña que estaba encapuchada, le dije 'la primera funa que hay que hacer contra el machismo es en la propia conciencia de cada persona'. Todos tenemos, aunque no lo queramos, a veces, ciertas manifestaciones de esta herencia cultural, que el modelo y el sistema en el que estamos insertos nos inocula. Yo no conozco ningún establecimiento educacional en Chile donde no haya alguna práctica, alguna manifestación de conducta machista. Entonces no se trata de culpar a un colegio en particular. Claro, ha habido acá estudiantes que desafortunadamente han generado algún gesto impropio con sus parejas femeninas, y eso lo condenamos abiertamente. Pero yo le preguntaba a una niña dirigenta, hace pocos días atrás, cuántos casos habían descubierto de esta naturaleza, en que alumnos del Instituto o ex alumnos habían cometido actos reprobatorios. Me dijo que seis casos. Y ayer una niña me agregó otro concepto: seis casos conocidos, públicos. En el contexto de 4300 estudiantes, seis casos... son muy reprobables, pero son seis casos. Estadísticamente es muy bajo... no por eso voy a culpar a la institución educacional en su conjunto.

¿Conoce estos seis casos que le comentaron?

Algunos de ellos, porque quiero también decir que, para la niña, el concepto de lo público es porque otra niña subió algún tema al Facebook o algunos canales del mundo virtual. Pero no necesariamente algunos de esos canales son de carácter oficial. Entonces, mal podríamos los educadores estar todo el día sentados en el computador para descubrir, a través del Facebook o de estos elementos, lo que está pasando.

¿Y cómo ha procedido en estos casos?

En algunos casos, cuyos nombres han estado al alcance nuestro, hemos ofrecido todo el apoyo de nuestro Departamento de Psicoorientación para orientar, apoyar al niño y a su familia. Cuando hay una persona que está en proceso formativo, formando sus criterios, tiene 14 o 15 años e incurre en un error grave de esta naturaleza, al momento de tomar conciencia de ese error el impacto que recibe es fuerte. Y algunos de nuestros estudiantes están pasando duros momentos, porque han sido enjuiciados de manera que los han expuesto al escarnio público de manera preocupante.

¿Cree que cuando una estudiante hace una denuncia por redes sociales es injusto si no pasa por otro estamento?

Claro, porque es complejo. Uno de los relatos a los que tuvimos alcance y pudimos conocer, habla de una niña que, en la relación con su pololo, alumno nuestro, en la casa de él, se había propasado, lo que por supuesto es condenable, más cuando ese joven tiene cierto nivel de conciencia de sus actos. Desde temprana edad uno va definiendo la separación entre lo que es correcto y lo que no, de manera que no estoy exculpando las responsabilidades del joven. Pero no tengo cómo yo, rector del Instituto, saber qué está pasando en la casa de un alumno mío un fin de semana, en el ámbito privado. A eso quiero llegar. Salvo que esa niña haga una acusación formal ante la autoridad competente: un juzgado de familia, la policía, su colegio o el nuestro pero de manera oficial, con nombre, rut y firma. Si no, no somos adivinos...

En la línea de las movilizaciones feministas, durante los últimos días, tomó fuerza el mensaje machista de unos alumnos del Instituto en su polerón. ¿Siente que hay una crisis pública respecto a este tema?

Hay una crisis y qué bueno que la haya. Trabajé muchos años con el cura Whelan en el Colegio Saint George's, y él decía 'las crisis son una oportunidad de aprendizaje'. Y yo comparto plenamente eso. Qué bueno que la haya, porque la pone en la reflexión de los niños, de sus familias y de los educadores. En este contexto, de una comunidad con tantos miles de personas, que conviven unos con otros en una atmósfera de gran intensidad, existen profesores con menos criterio y que cometen graves errores. También niños y apoderados que se manifiestan de manera que no corresponde. Como comunidad, permanentemente, estamos tratando de buscar las herramientas para que eso no se repita y podamos avanzar. Sobre el tema del polerón existe la tradición de utilizar la prenda para identificarse y usan mucho el recurso del humor en sus inscripciones y dibujos. A veces, adolescentes cometen errores: bromas de mal gusto que denigran la condición de un compañero o profesor, por lo tanto, hace muchos años se ha ido construyendo un protocolo para proteger a las personas. Ahora, tenemos 15 cuartos medios, el año pasado 17, y así hacia atrás. Y en todo el vértigo diario, a veces pasan cosas que no quisiéramos que sucedieran. En el caso particular de este cuarto que se hizo famoso por esta inscripción de mal gusto y sesgo machista, había un protocolo en el que ellos debían entregarle varias propuestas a su profesor jefe y, entre varias, él fijó su mirada en una que era evidentemente reprobable. El curso aceptó y se rechazó la primera propuesta. Desgraciadamente, el profesor no advirtió en una segunda propuesta el detalle de la frase, se le pasó. Finalmente, él después reconoció esa responsabilidad involuntaria. El curso, después de la denuncia femenina, tomó conciencia, hizo una reflexión interna y decidió no usar más el polerón.

En el caso de la acusación de la funcionaria haitiana, ¿cuáles son sus pasos a seguir?

Estamos en pleno proceso para identificar la responsabilidad de quién es la persona que causó esto. La propia funcionaria, compañera nuestra, no pudo ver, porque esto fue un caso por la espalda en que una persona la abrazó forzadamente e hizo movimientos de connotación sexual y después salió arrancando, como una broma intolerable. Pero la asistente no pudo identificarlo y estamos en ese proceso, de definir esa responsabilidad. Somos educadores, y no somos investigadores privados, no tenemos muchas veces las herramientas y cuesta en un universo de 4300 estudiantes y 300 funcionarios, poder rápidamente definir quién fue la persona.

¿Cree que éste, un colegio emblemático, es el lugar donde se deben atacar las prácticas machistas?

Sin duda. Las primeras determinaciones de cómo se construye la personalidad de un ser humano es en su seno hogareño, desde la cuna. Pero la institución educativa debe dar las herramientas, tanto a la familia como a los estudiantes. Desde todas las asignaturas, aportarle elementos para que la persona que está en proceso de formación, vaya descubriendo cuál es el camino correcto de convivir con otros seres humanos.

"(La petición del Carmela Carvajal de su renuncia) Me parece una acusación pintoresca. Es como si yo le transmitiera a ella y a los estudiantes, de su liceo y del nuestro, exigir la renuncia de los papás de cada familia, porque puede que haya también prácticas machistas en las familias de toda la comunidad. Así de absurdo".

Me comentaba que ha escuchado que el Instituto Nacional es 'una cuna de violadores' ¿Piensa que se han hecho las cosas tan mal como se ha mencionado en los últimos días?

Me parece una caricatura injusta, errónea, probablemente basada en la ignorancia absoluta. El Instituto Nacional ha ayudado a la formación de personas que han hecho un gran aporte a la sociedad en que viven. En cada espacio de la construcción de la república ha habido algún institutano que ha hecho un aporte en beneficio del bien común. Y que eso se desconozca de una plumada, en una caricatura de un evento que se pretende visibilizar, me parece una profunda injusticia.

Estudiantes del Carmela Carvajal piden su salida, porque "potencia a los estudiantes en el machismo"...

Me parece una acusación pintoresca. Es como si yo le transmitiera a ella y a los estudiantes, de su liceo y del nuestro, exigir la renuncia de los papás de cada familia, porque puede que haya también prácticas machistas en las familias de toda la comunidad. Así de absurdo. Y no creo que ella haya tenido una mala intención, a lo mejor ella quiere transmitir alguna idea que quizás yo comparto, pero esa sentencia es absurda, en base a la ignorancia. En el Instituto Nacional llevamos tiempo asumiendo estos temas y hemos logrado un par de cosas. Hace un par de años trabajamos con la Fundación Iguales, hemos tomado contacto con la Fundación Transitar. Hace un año, precisamente, un alumno nuestro levantó su mano y dio a conocer su condición de transexual, y tanto él como su familia manifestaron que nunca se había sentido agredido en el Instituto. Además, este fue el primer colegio, el año pasado, antes de que se tocaran estos temas, que firmó en una ceremonia formal un convenio de colaboración con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, para pedirles apoyo en elementos teóricos, especialistas y profesionales para transmitir este mensaje a través de nuestro plan de estudios. Hemos hecho cosas y estamos en esa búsqueda permanente.

¿Cuáles son los pasos a seguir para evitar que sigan ocurriendo situaciones como la del presunto acoso y las frases machistas en el polerón?

Diálogo, respeto, tolerancia en esta búsqueda que todos los que constituimos esta comunidad tenemos. No es una búsqueda sólo de la mujer, tiene que ser de todos y aportar a la mirada más progresista de la construcción de una sociedad mejor para todos. Siempre abiertos al diálogo y las sugerencias y aportes de todos.

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