La Ardilla y el Mago

"La U se pelea, por dársela de vivos, con su mejor jugador en la parte decisiva del campeonato y Colo Colo trae como refuerzo, aunque sea como golpe anímico, a un hombre que había echado hace diez meses".


Uno que llega de sorpresa y el otro que se va de la misma manera. En el límite del cierre del libro de pases Colo Colo aseguró el concurso de Jorge Valdivia. Horas antes Walter Montillo, a través de radio ADN, informaba que no seguía en Universidad de Chile. El volante argentino se sentía maltratado, no reconocido y poco valorado por el presidente de su club, Cristián Aubert, al dilatar exageradamente su renovación de contrato. El propio Aubert, saltándose la gerencia técnica, lo había llamado en septiembre para renovar por dos años, pero fue empantanando las conversaciones sin sentido hasta hacer colmar la paciencia al jugador. Valdivia, al contrario, fue gestionado directamente por su fan número uno, Aníbal Mosa, al que le pega cachamales para hacerse el gracioso. El entrenador Gustavo Quinteros lo había descartado, pero como las gestiones de la gerencia técnica habían sido lamentables en la búsqueda de refuerzos, tuvo que dar el visto bueno.

Montillo no está en los planes de Rafael Dudamel. El venezolano, bajándose del avión, ya anunció al plantel que quiere pressing, intensidad y agresividad. Suena bonito. El tema es que la U es un equipo muy limitado en sus herramientas ofensivas y depende de dos eslabones básicos: las asistencias de Walter Montillo y la contundencia de Joaquín Larrivey. Se corta uno de los dos y el arco rival se cierra como bóveda. Montillo jugará hasta que termine el campeonato, pero ya renunciado, desmotivado y enojado con los dirigentes. Es el mejor asistidor del campeonato, si el dato sirve. La U se complicó con el promedio, si este otro dato también aporta.

Valdivia es pura sonrisa. Estaba de vacaciones luego de ser cesado en el Mazatlán y firmó por un vuelto, según sus parámetros, con la intención de dar una mano al equipo. En dos años suma apenas 996 minutos en 18 partidos y en los próximos dos meses Colo Colo tiene 14 partidos. Hay que salir del último lugar. El Mago, avisó, no es un salvador, ni un milagroso, desde ya no va a estar para el partido contra Huachipato el sábado y tal vez “vea minutos” el martes frente a La Serena. El momento de Colo Colo es tan malo, que aún con todos los números en contra de Valdivia su llegada es una buena noticia: con que genere unas cuantas ocasiones de gol y juegue algunos partidos, marcará diferencia en el páramo en el que está el club. Por último, levantará el camarín con un par de chistes.

La U se pelea, por dársela de vivos, con su mejor jugador en la parte decisiva del campeonato y Colo Colo trae como refuerzo, aunque sea como golpe anímico, a un hombre que había echado hace diez meses. Mientras, los presidentes actúan como inexpertos y los gerentes técnicos ven pasar la pelota por arriba de sus cabezas. No vayamos a tener la súper final del milenio por el descenso.

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