Los informes epidemiológicos del Minsal: Qué dicen, qué omiten y por qué no son comparables entre sí

Después de que se registrara el primer caso de COVID-19 en Chile, el ministerio de Salud publica una serie de documentos en PDF con datos sobre el avance del virus, referencia para que el personal médico tome decisiones. Entre ellos hay diferencias de contenido que impiden que sean comparables entre sí, y se han cometido errores que inducen confusión, como subrrepresentar la fiebre entre los síntomas. En el equipo a cargo han dicho que "resumir la información requiere un trabajo enorme". Desde la semana pasada la información se ha homologado, pero no incluye cuánto es el desfase en la toma de tests, entre otros detalles.


“Muy contento por asumir mi nuevo cargo en EPI MINSAL. Haré todo lo posible para tener reportes de calidad frente a la pandemia que nos aqueja” posteó este martes 31 en su cuenta de Twitter el bioestadístico PUC Fabio Paredes. De vuelta recibió felicitaciones, pero también peticiones de que se “transparente” más la información que entrega la autoridad sanitaria sobre la propagación e impacto del virus, controversia recurrente; Jeannette von Wolffersdorff, integrante del Consejo Asesor Permanente para la Modernización del Estado, pidió enviarle una propuesta sobre el asunto.

EPI MINSAL es la abreviación del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud. Es la unidad responsable de procesar y publicar en el website de la cartera, en base a los datos de ésta, el Informe de Situación Epidemiológica COVID-19 Chile. Documento que se ha convertido -más allá de las vocerías del ministro Jaime Mañalich y de sus subsecretarios, y de los comunicados- en el canal escrito formal que entrega detalles del avance del virus, de interés para la población pero sobre todo para el personal médico que a diario lucha contra la pandemia que ya suma 22 muertos.

En la unidad está a cargo del informe el médico cirujano de la Universidad del Desarrollo e infectólogo Rafael Araos y trabajan cerca de treinta personas. Después de que el 3 de marzo se registrara el primer caso en el país, comenzaron a publicar en el website del Minsal una serie de estos documentos, y la demanda que recibió Paredes por “más transparencia” hace eco de la crítica más recurrente por parte de algunos especialistas: la falta de datos claves en dicha información, como el detalle día a día de exámenes practicados y especialmente el desfase hasta que se conocen sus resultados, así como su impacto en cada comuna del país.

Mientras dicha controversia sigue motivando preguntas y más preguntas a la autoridad, La Tercera PM ha ido revisando desde hace varios días la serie de informes publicados, qué información contiene y qué no, su progresión y frecuencia, si son o no comparables entre sí y en qué errores han incurrido. Valga aclarar que estos documentos no contienen bases de datos: son archivos en formato PDF con contenido variable entre ellos, que no incluyen otras precisiones, como cifras de pacientes recuperados, sometidos a ventilación artificial y otros.

Al día de hoy en la mañana, el website muestra 17 “informes de situación”. Pero no siempre han estado todos disponibles. Han sido publicados de forma parcelada, no todos han sido a medida que se elaboran y tampoco en sucesión cronológica. Se advierte que faltan algunos. Entre algunos de ellos hay diferencias de forma, de contenido, y además han caído en errores que han obligado a rectificaciones.

También hay indicadores que están presentes en unos y no en otros, en unos hay datos que en el siguiente se omiten y que después reaparecen en algunos posteriores. En suma, no son totalmente comparables entre sí. Hay que decir, eso sí, que a contar del viernes pasado la serie se ha apegado al mismo formato y con contenido homologable entre los más recientes. Eso ocurrió poco antes que el Minsal, el lunes pasado, y en medio de reiteradas peticiones de alcaldes y planteamientos del comité asesor, publicara una suerte de edición especial del informe epidemiológico mucho más extenso, liberando y desglosando en parte la cantidad de casos por comuna. Una segunda edición especial, de 39 páginas, fue publicado anteayer miércoles 1. Ambos no están dispuestos junto a los 17 que ocupan esta nota.

A continuación, el detalle.

Unos primero, otros después

Para entender lo que viene: según su fecha de publicación en el mismo menú del canal oficial del ministerio, y según la información entregada, los 17 documentos online pueden clasificarse en tres grupos. Uno, los que se habían subido hasta el jueves de la semana pasada, que comprenden entre los del 23 y 25 de marzo. Dos, los que se subieron el viernes anterior, que cubren parte -pero no todo- el tramo anterior, entre el 10 y el 20 de marzo (en adelante, los “antiguos”, para no enredarse). Tres, los que se han ido subiendo desde el 26 en adelante, ya más comparables entre ellos.

A esta mañana, el más reciente del listado estaba individualizado con fecha 1 de abril, anteayer.

Hasta la noche del jueves 26 de marzo, solo estaban publicados tres informes, identificados así: el “primer”, de fecha 23 de marzo y cerrado al 24; el “segundo”, del 25 de marzo, cerrado al 26, y el “tercer”, del 26, cerrado el 25. Pero a esas alturas ya existían al menos siete documentos anteriores que no estaban en el sitio dedicado para esto, que es el canal formal del ministerio donde estos datos quedan por escrito. Araos sí los había posteado por su cuenta en Twitter.

Solo ese viernes 27 de marzo aparecieron siete de estos documentos, con fechas entre el 10 y el 20 de marzo. Ese día La Tercera PM los descargó y almacenó.

A la vista saltan detalles. Uno, dicha serie -los “antiguos”- no cubre todo ese rango de diez días; faltan informes fechados el 12 y el 19 de marzo. Dos, cada uno lleva en el margen superior derecho un epígrafe a modo de rótulo, distinto del título de cada uno, con un número: están el Nº 5, 8, 9, 10, 11,12 y 14.

También hay diferencias de contenido y presentación. Salvo, claro, la cantidad de casos confirmados, notificaciones y regiones afectadas, común para todos. Los primeros cuatro “antiguos” tienen unas cinco páginas. La mayoría de la información refiere a la situación mundial o en el extranjero. La nacional se traduce en gráficos y tablas que desglosan por edad, sexo, incidencia de los síntomas medida en porcentajes y número.

El primero de estos tres “antiguos”, fechado el “10 de marzo” y rotulado “Nº5” incluyó cuatro mapas que marcan con colores las comunas que entre el 3 y 10 del mes pasado registraban casos en cuatro regiones, sin especificar la cantidad en cada una. Esa información no se incluyó en el PDF inmediatamente siguiente ni en los posteriores.

Los restantes tres “antiguos” son muy distintos. De partida, no están titulados como “informes” sino que como “resumen ejecutivo” y cada uno consiste en una sola hoja con cuatro gráficos y tablas que no siguen una correlación homogénea entre ellos.

Segundo grupo: aumenta la información

Luego están los tres informes que ya estaban publicados desde antes del viernes, pero cronológicamente posteriores a los “antiguos”. En el menú listado del website aparecen fechados correlativamente como 23, 24 y 25 de marzo. Al abrirlos y observar el rotulado numérico del margen superior derecho, se trata de los Nº 16, 17 y 18; falta entonces el Nº15.

Estos tres documentos son -a su vez- bastante distintos a los anteriores en presentación y contenido, aunque contienen más información: una tabla de casos notificados y confirmados por regiones, junto con la tasa de notificación. Otra desglosada por rangos de edad, sexo y tasa, acompañada de un gráfico. También una con el número y tasas de hospitalizados por tramo etéreo y sexo. Y dos más, una con casos confirmados según síntomas y la incidencia porcentual de cada uno, y otra según factor de exposición.

Los tres no son una planilla al calco. Las tablas están dispuestas en distinto orden y sus encabezados no son exactamente iguales. Pero además, la incidencia de la sintomatología está medida y expresada con parámetros diferentes. El Nº16 (sindicado como “al 23 de marzo”) es sobre “casos confirmados”, y los otros dos sobre “casos confirmados hospitalizados” o que “han requerido hospitalización”.

La forma como el Minsal publicó la incidencia de la sintomatología -especialmente la fiebre- fue la que arrojó una discordancia importante en las cifras, al punto que hubo dos versiones del informe Nº16, y que provocaron controversias y críticas de las que Araos tuvo que hacerse cargo en su red social. Dicho episodio amerita un acápite por sí mismo.

La fiebre y el asunto del informe Nº16

El problema es que el informe Nº16 terminó teniendo dos versiones porque el PDF inicial, que hoy ya no está en el website oficial, arrojó un porcentaje de incidencia de la fiebre que generó múltiples consultas y criticas. En esa “versión 1”, la fiebre anota el 9%, 79 personas, sobre “los confirmados según sintomatología”. Fue publicado y además Araos lo tuiteó diciendo que “en la medida que tenemos más y mejores datos vamos granulando los informes”.

Una cifra tan baja llamó la atención y varios de sus followers le consultaron por ella haciéndole ver que era una cifra muy distinta a la de otros países y preguntando si acaso de debería replantear la definición de caso sospechoso.

Araos defendió y explicó la cifra varias veces en ese hilo, diciendo que “es una hipótesis: hasta ahora hemos puesto el esfuerzo en testear viajeros y contactos de enfermos a quienes no les pedimos fiebre como requisito; x ej. tos y viaje califica. Ergo, muchos sospechosos tienen etapas tempranas de la enfermedad y puede explicar por qué vemos poca fiebre”.

Ante las inquietudes intervino en el mismo hilo la infectóloga doctora Jeannette Dabanch, quien propuso “a lo mejor desagregar los datos o hacer una auditoría a la calidad del dato”. Araos no contestó. Mientras, otros le hacían ver que la entrega de informes no era diaria, a lo que el especialista retrucó que “resumir la información requiere un trabajo enorme de >30 personas y cuellos de botella generan intermitencias”.

Llamativo como era, el dato del 9% de fiebre fue publicado por algunos medios que destacaron que no era el principal síntoma del coronavirus, mientras continuaban las consultas y debates por redes sociales, con dudas respecto de si acaso entonces no serían mucho más los casos que los reportados.

Al día siguiente, 25 de marzo, Araos replicó en su cuenta un nuevo y siguiente informe, comentando que según ese PDF “en pacientes hospitalizados la fiebre sí fue frecuente, volveremos con más info en la medida que vayamos curando los datos”. Hubo nuevas inquietudes y el médico comentó que “hay mucho dato q curar diariamente y tratamos de mostrar lo disponible con regularidad”.

Pero al día siguiente, 26 de marzo, Araos reconoció que su equipo había cometido un error: “El reporte del 24.3 levantó dudas por la baja frec. de fiebre. Revisamos procesos y detect. el problem, por eso anoche solo hubo datos de hospitalizados. Hoy irán valores corregidos. Disculpas en nombre de todos, gracias por su feedback, así crecemos en el camino”.

También intervino ahí la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, celebrando que “se ha visto el avance”, pero también diciéndole a Araos “pida que le contraten más manos”. Al día siguiente La Tercera PM contactó al especialista para preguntarle por esta y otras particularidades de la serie de informes publicada hasta entonces, pero rehusó contestar, manifestando expresamente molestia por el llamado.

Luego de eso el sitio de Epidemiología bajó la “versión 1”. En la “versión 2”, el indicador para la fiebre es 54%, 496 personas sobre “casos confirmados”.

El lunes pasado, el website de Epidemiología agregó al final de la lista de enlaces a cada documento una “Fe de erratas”, que dice: “Con fecha del 24 de marzo se publicó el reporte epidemiologico covid-19 del 23 de marzo en la página de epidemiología. Dicho informe fue revisado debido a dudas en cuadro de sintomatología por lo que fue revisado nuevamente por expertos generándose las correcciones pertinentes y vuelto a subir a la web. Agradecemos la comprensión y comentarios sugeridos”. La "versión 2″ dice en su encabezado que reemplaza al eliminado.

Dos miradas médicas

A la mañana siguiente, el viernes 27, Epidemiología comenzó a subir al sitio del ministerio los documentos que no estaban, y los que ha publicado sucesivamente después exhiben el mismo contenido. Ese mismo día La Tercera PM le consultó en dos ocasiones a la subsecretaria Paula Daza por las razones e implicancias de lo ocurrido con el error de la fiebre, así como por qué Salud venía publicando así los informes.

La primera vez contestó personalmente que “con respecto a la información que se va publicando, todos los días vamos publicando más informacion que nos están pidiendo. Vamos a ir desagregando información en función de lo que necesitan las personas: dónde están, donde viven, casos positivos, cuales en seguimiento, si estamos hablando de viajeros o de contactos cercanos. Eso no lo dábamos y ahora lo estamos dando”.

Daza agregó entonces que “a veces nos dicen que el informe es tan complicado, tan largo, que cuesta entender”.

La segunda vez contestó por escrito que “con fecha del 24 de marzo se publicó el reporte epidemiológico COVID-19 del 23 de marzo en la pagina de epidemiología. Dicho informe fue revisado debido a dudas en cuadro de sintomatología por lo que fue revisado nuevamente por expertos generándose las correcciones pertinentes y vuelto a subir a la web”.

Entre algunos especialistas hay distintas visiones respecto de qué implica todo esto. El doctor Cristóbal Cuadrado, académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, observa que “la transparencia y completitud de la información sobre la evidencia es clave para que los equipos clínicos puedan planificar la respuesta a la epidemia. La opacidad e inconsistencia con se manejan muchos datos a la fecha hace que sea muy difícil anticiparse a lo que viene, además de faltar información clave para entender las características clínicas que está teniendo COVID-19 en Chile”.

¿Qué información clave? “La caracterización de los pacientes en cuidados intensivos: sexo, edad, comorbilidades (enfermedades asociadas), complicaciones presentadas, tiempo desde el inicio de síntomas antes de ingresar a UCI”, dice, Y agrega que también falta en los informes “el número de test diarios realizados en cada centro de diagnóstico del país, número de exámenes en espera y el tiempo promedio de aquellos exámenes en espera de confirmación por cada centro de diagnóstico. Creo que esos dos datos son los más urgentes para informar decisiones locales”.

La infectóloga doctora Jeannette Dabanach destaca que “estos reportes son parte de la tarea de manejo de la epidemia, es bien importante. La información va creciendo en la medida también, así que tampoco podemos pedir que el informe 1 sea similar al de hoy, por ejemplo. Los equipos que tratamos de colaborar queremos más información; ahora, hay que recordar que es una infección nueva y que se convierte en una enfermedad de notificación obligatoria. Tiene un formulario que debe llenar el médico ante sospecha, y cuando se confirma se envía la confirmación”.

Explica que “habitualmente los equipos de epidemiología hacen un seguimiento de todo lo publicado en otros países: edad, factores de riesgo. La información no solo es para publicarla, sino que tiene que tener calidad y que permita a los tomadores de decisiones, públicos y privados, y los equipos de salud ir tomando medidas a medida que la epidemia va cambiando o se mantiene”.

Sobre la disparidad de los informes publicados hasta la semana pasada y errores como el caso de la fiebre, Dabanach dice que “quizás destaco que se ha ido optimizando la información. Me concentro en que ha ido generando mejor información que nos permite tener una mirada más amplia y específica. Queremos mejores datos, pero ha ido mejorando la calidad del informe". E insistió que es vital “sumarse a la autoridad sanitaria”.

“No voy a polemizar. Hay que sumar miradas positivas”, cerró.

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