Muertos de hambre

27 de Julio 2021 / SANTIAGO Sesión de la Convención Constitucional en el Ex Congreso En la foto: FOTO: DIEGO MARTIN / AGENCIAUNO

Luego de 24 días, Elisa Loncón y los constituyentes no llevan ni 10 minutos del partido y ya destacan más por sus reclamos que por sus goles.


Corría el minuto 90 del partido entre el Inter de Milán y el Salernitana, el 11 de abril de 1999, cuando sorpresivamente el árbitro Ceccarini decide expulsar a Iván Zamorano por protestar en cancha. “Te voy a mandar a tu país, muerto de hambre”, le habría dicho Ceccarini al expulsarlo, lo que habría provocado las lágrimas de impotencia y rabia en el ídolo nacional.

Misma impotencia y rabia deben sentir las más de 800 mil personas que identificó la Casen como personas en situación de pobreza al escuchar las declaraciones de la presidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncón, al referirse a la pretendida “precariedad” con que desempeñan su labor los constituyentes. “La gente ha bajado de peso”, afirmó Loncón, lo que se suma a diversos reclamos de constituyentes por la falta de espacios para almorzar, recursos para asesores y traductores, y otros privilegios que alegan merecer.

Lo propio deben sentir miles de chilenos que, en el último año, han sobrevivido gracias al apoyo solidario de sus vecinos. Según una investigación de la Universidad Diego Portales, hasta octubre de 2020, funcionaron más de 1.300 ollas comunes en la Región Metropolitana, las que permitieron llevar el sustento básico a las familias más vulnerables de la capital.

La desconexión profunda que la mayoría de los constituyentes pareciera demostrar con la realidad del país habla mucho de la ilegitimidad de origen que tiene el plebiscito constitucional parido a partir de una ola de violencia radical y de la deslegitimación de ejercicio que viene acumulando crecientemente la poca eficacia de la Convención.

¿Alguien cree que la Lista del Pueblo representa verdaderamente al pueblo? ¿O que la hegemonía de la izquierda en la Convención es representativa de la diversidad política e ideológica del país? Evidentemente, las elecciones de mayo se realizaron en un momento político de profunda rabia y desesperanza, producto de la pandemia y la falta de ayuda. Ello implicó que millones de chilenos se marginaran del proceso electoral y que la debida representación popular fuera reemplazada por el accionar de grupos y colectivos que hábilmente canalizaron el descontento y plantearon alternativas populistas de difícil concreción en la realidad.

Hoy, cuando esas promesas utópicas son imposibles de concretar y cuando algunos representantes iluminados se desviven por exigir mayores privilegios y luchan por los minutos de fama en un matinal, la desafección se profundiza y la esperanza de una Constitución que represente a todos los chilenos se desvanece. Luego de 24 días de existencia, y quedando 250 días por delante de mandato constitucional, la Convención Constituyente no ha discutido un solo artículo o materia constitucional. Al contrario, la atención se ha centrado en el uso del lenguaje inclusivo, la ampliación de los cargos de dirección política, los privilegios y el ejercicio de atribuciones que no le corresponden, como el derecho de indultar o amnistiar a vándalos y delincuentes.

Luego de 10 años de triunfos en Europa, Iván Zamorano tenía todo el derecho a sentir rabia e impotencia por la grosera descalificación que hizo el árbitro italiano. Un verdadero campeón que con esfuerzo, sacrificio y resiliencia se ganó en la cancha el respeto de millones de fanáticos del fútbol en el mundo. Luego de 24 días, Elisa Loncón y los constituyentes no llevan ni 10 minutos del partido y ya destacan más por sus reclamos que por sus goles. No. Los constituyentes no están muertos de hambre, sino cargados de responsabilidades que es hora de que comiencen a ejercer.

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