Punto de partida: Arranca la carrera presidencial

Los alcaldes Joaquín Lavín y Daniel Jadue lideran las encuestas.

Primero fue la pandemia y las grave crisis sanitaria y social que enfrentaba el país, luego la prioridad era el plebiscito que abriría el camino a una Nueva Constitución, las razones -para otros, excusas- que obligaron a dirigentes políticos y a las colectividades a guardar silencio respecto de la próxima contienda presidencial e, incluso, ponerle freno de mano a algunos de sus liderazgos. Un silencio que terminará hoy tras el triunfo del Apruebo y del mecanismo de la Convención Constitucional.


En los partidos políticos hay consenso de que esta semana comenzará a manifestarse una suerte de ansiedad por la carrera presidencial y que será muy difícil contener a los cada vez más numerosos aspirantes a La Moneda.

“Vamos a ver una urgencia por instalarse en la carrera presidencial, porque muchos candidatos sienten que se les acaba el tiempo. Si no están posicionados de aquí a diciembre ya no tendrán espacio, pues después el país entrará en la contienda por los constituyentes y las municipales”, afirma en el analista político Gonzalo Müller, quien además asesora a Joaquín Lavín, la principal carta del oficialismo y que se jugó desde un principio por el Apruebo. De hecho, Lavín ayer tuvo una suerte de debut en este nuevo escenario, al compartir escena con la figura más fuerte de la oposición, Daniel Jadue. Ambos participaron juntos en Tolerancia Cero.

Lavín y Jadue anoche en Tolerancia Cero.

En la oposición el naipe está abierto. Por lo pronto, el miércoles 28 de octubre, a eso de las 11 de la mañana, en el restaurante El Hoyo -emblemático local de su familia-, ubicado en pleno centro de Santiago, el timonel del PPD, Heraldo Muñoz, lanzará oficialmente su precandidatura presidencial. La decisión del excanciller ya movió las aguas dentro de su misma colectividad y llevó a Francisco Vidal, actual vicepresidente del PPD y exministro de varios gobiernos de la Concertación, a anticipar su deseo por entrar en una competencia a la que podrían sumarse otras figuras, como el exdiputado Jorge Tarud, quien ya pidió a su partido el ser incluido, mientras que los senadores Felipe Harboe y Ricardo Lagos Weber no han descartado sumarse a esta pelea que debiera ser zanjada durante el próximo Consejo general del PPD previsto para diciembre.

El apuro en el PPD por posicionar un liderazgo presidencial en la centroizquierda, no ha sido bien vista entre sus aliados del PS. “Es un error acelerar la carrera presidencial, porque más que unir, divide. Si tuviéramos un liderazgo nítido en el sector sería distinto, pero con el nivel de dispersión que tenemos, con pequeños liderazgos, sólo se va a incrementar la división de la oposición, en momentos en que tenemos en que las prioridades debieran estar puestas en las primarias de gobernadores y en las negociaciones para cerrar las planillas de candidatos a constituyentes y a las municipales”, señala el secretario general del PS, Andrés Santander.

Para el analista político Max Colodro es claro que a partir de hoy los tiempos de la presidencial se van a anticipar, pero no cree que los resultados del plebiscito de ayer vayan a incidir en esta carrera.

Una opinión similar manifiesta el experto electoral Mauricio Morales. “El resultado del plebiscito no afectará ni positiva ni negativamente a los candidatos de centroizquierda, porque la opción Apruebo era unánime en este sector. Ninguno podrá atribuirse el éxito, pues será compartido, incluso, habrá sectores que dirán que el cambio constitucional no fue gracias a los partidos y los líderes políticos, sino a pesar de ellos. En la centroderecha los candidatos que estuvieron por el rechazo serán claros perdedores, pero insistirán en sus candidaturas de nicho”, asevera.

La paradoja que abre una nueva Constitución

La paradoja es que tras el triunfo del Apruebo y el inicio del proceso constituyente, quien resulte electo en las presidenciales de diciembre de 2021, podría enfrentar un escenario completamente distinto y su mandato ser más acotado. Así lo advierte el abogado constitucionalista Gabriel Osorio, quien participó en la comisión técnica responsable de redactar la reforma constitucional que materializó el acuerdo del 15 de noviembre pasado.

“Estamos todos preocupados de la próxima elección presidencial y podría ocurrir que el Presidente que elijamos en diciembre de 2021 no dure nada, porque la nueva Constitución obligue a una nueva elección. No se tomó en cuenta que la nueva Carta Magna podría fijar un ‘reseteo’ de todo el mapa institucional y obligar a elecciones generales de todos los cargos uninominales. Ya ha ocurrido en otros procesos constituyentes en los que se fijó como norma transitoria el que se tengan que hacer nuevas elecciones de autoridades casi seis meses a un años después de entrada en vigencia la nueva Constitución”, remarcó.

Eso fue precisamente lo que ocurrió en Colombia en 1991, donde la asamblea constituyente incluyó como artículo transitorio número 1, la convocatoria a elecciones generales. Lo mismo pasó en Ecuador con el cambio constitucional de 2008, que citó a elecciones generales el 26 de abril de 2009. O en Bolivia, donde también se incluyó en la Constitución de 2006 como primer articulo transitorio la obligación de realizar elecciones generales un año después de que entrara en vigencia la nueva Carta magna. Perú, también hizo lo mismo en 1994.

No sólo eso, más allá de si Chile sigue ese camino, es muy posible que el rol y las facultades del próximo Mandatario ya no sea el mismo. Uno de los temas que analizará la convención constitucional será el sistema político chileno y uno de los consensos que se ha ido arraigando en los distintos sectores en precisamente la necesidad de terminar con el hiperpresidencialismo de la actual Constitución. La duda que existe es la futura constituyente buscará sólo equilibrar los poderes entre el Ejecutivo y el Parlamento o si los cambios serán más profundos, como la posibilidad de separar las actuales atribuciones del Presidente en dos, un jefe de Estado y un jefe de gobierno o primer ministro, muy al estilo del sistema político francés.

Algo que parecen no haber reparado quienes ya están apuntando sus fichas a la próxima elección presidencial.

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